[Woogyu] Mírame solo a mí (Completa)

Capítulo 16. Prepárate, no querré parar

POV. SUNGGYU

¿Qué sentía WooHyun por mí? Aquella pregunta no abandonó mi cabeza desde que había abandonado la cama que compartí con él en el hotel.

Pasé aquel día en la playa dándole vueltas al tema, preguntándome si me amaría... si querría algo más conmigo que solo una amistad.

Amigos con derechos, había dicho. Y yo había aceptado.

No podía permitirme regalarme completamente a alguien que no me amase. No quería cometer nuevamente aquel error. Un error que aún dolía.

Había hombres que podían ser posesivos con aquello que consideraban suyo, sin que significasen sus pertenencias realmente algo en su vida...

Yo quería ser algo de lo que tuviese que depender en todo momento, igual que yo quería depender de él.

Quería que pensase en mí tanto como yo lo hacía en él, que fuese tan mío como yo suyo.

Pero no sabía qué era lo que él sentía.

- Celos. Está muerto de celos.

Miré a Key a los ojos.

Habíamos quedado en una cafetería después de volver de la playa. Algo había pasado entre él y WooHyun que no se hablaban, y él había insistido en querer hablar conmigo.

Jonghyun no había venido esta vez, tenía trabajo aún.

- ¿De qué? Tampoco tiene motivos para sentirlos. Somos amigos, él mismo lo quiso – le contesté, mirando un momento el helado que tenía en frente.

Key suspiró. La verdad es que sí tenía aires de diva. Cuando hacía esos gestos se veía bastante claramente.

- A ver, hyung, ese niño está celoso de cualquier cosa que te mira o se te acerca, sea hombre, mujer o animal. ¿Pero que no visto cómo se portó contigo en la playa? Ni que te fuesen a robar – replicó algo molesto.

Tomé algo de helado mientras pensaba qué contestarle. Yo no opinaba así realmente. Era un amigo-propiedad.

Probablemente en la mente de aquel depravado dongsaeng solo era un hyung con el que podía hacer y deshacer a su antojo y le molestaba que alguien más intentase meterse con su distracción momentánea.

Porque aquello no iba a ser duradero. Los chicos como WooHyun raramente se tomaban algo en serio.

Y, a pesar de todo, yo había accedido a hacer aquello.

A veces creía ser el ser humano más estúpido sobre la faz de la tierra.

- ¡Hyung! – llamó mi atención Key.

Al parecer había seguido hablando y no le había prestado atención.

- Kibum, las cosas no son así. Es como cuando un niño tiene un juguete nuevo y no quiere que nadie se le acerque por si se lo rompen o se ensucia. Es solo eso.

Me estaba deprimiendo a mí mismo diciendo esas cosas. Pero... ¿no era eso, al fin y al cabo lo que ocurría?

Key negó con la cabeza, provocando que su rubio cabello tapase sus ojos un momento.

- Dios, otro tonto – murmuró, aunque le pude oír –. Hyung, ese inconsciente está loco por ti. Puede que comenzase con una obsesión, pero nunca le había visto así por absolutamente nada ni nadie. Siente algo por ti. Y vamos a hacer que lo confiese.

Sus felinos ojos relucían, como si tuviese una gran idea en mente que necesitase llevar a cabo.

Por un lado, no quería saber cómo pretendía llevar a cabo aquello... mientras que por el otro, sí quería saberlo.