Habitación Oscura - Parte 3

215 14 6
                                    

Algo cansada, y como ya se estaba haciendo de noche, decidí volver a casa. Subí hasta donde había aparcado mi coche, cerca de la casa de madera.

Pero no estaba donde lo había dejado.

¿Donde estaba entonces? Estaba completamente segura de que lo había dejado ahí. Sin embargo, no lo veía ahí.

Busque cerca de la casa, por si acaso me había confundido, aunque ya me temía que no lo hubiese hecho. Y así fue. No encontré mi coche. Seguramente me lo hubiesen robado.

Le di una patada al tronco de un árbol y me hice daño. Sabía que no tenía por que hacer eso, y que el árbol no tenía culpa de nada. Pero estaba muy enfadada, y tenía que descargar mi ira en algo. Lo siento mucho, árbol.

Me tome unos momentos para respirar profundamente y relajarme, y pensar con frialdad. No podía volver a mi casa andando, por eso me traje el coche, y no había otra vía de transporte que me pudiese llevar. La ciudad más próxima estaba a muchos kilómetros de aquí, y tampoco podía llamar a nadie para que me viniese a recoger, ya que mi móvil estaba sin cobertura. Aparte, ya se estaba empezando a hacer de noche.

Suspiré. No me quedaban muchas opciones. Me tendría que quedar en aquella casa hasta mañana, y ya buscaría alguna solución...

Aunque no se bien porque, pero no me llego a agradar de todo la idea...

Fui hacia la casa, y abrí la puerta.
Espera, ¿no debería estar cerrada? Todo esto es muy extraño...

Entre, aún algo desconfiada. Mire todo con atención. No había mucho allí. Una sala, con un solo sofá, y una cocina al lado. Revise todo, pero no parecía haber nada importante. Sin embargo, seguía teniendo aquel sentimiento de inseguridad.

Vi las escaleras que conducían al piso de arriba, y decidí subirlas. La madera crujía cada vez que daba un paso, así que iba despacio y con cuidado para que no rompiera.

Solo había dos puertas en aquel piso. Fui hacia la que más tenía cerca, y abrí la puerta de aquella habitación.

Parecía un cuarto normal, aunque muy vacío. Solo tenia un armario, una mesilla de noche y una cama de matrimonio. Seguramente seria la habitación donde habían dormido los padres de ella.

Espera, entonces, la otra habitación... Sería...

Corrí hacia la segunda puerta, y la abrí de golpe. Todo estaba muy oscuro y no se veía nada.

-Donde está, donde está...-

Busque en el bolso que tenía conmigo hasta encontrar una linterna. La encendí, pudiendo así ver un poco de la habitación. Una cama, y su mesita, un-

¿¡Que era eso?!

Di un grito de terror al verlo. Lo había visto. No me lo quería creer, pero lo había visto. Alumbre de nuevo la linterna, con la mano temblando, hacia aquella dirección para verlo mejor.

Allí se encontraba el cadáver de mi amiga.

Estaba en una especie de tumba, pero hecha de cristal, y en su interior había agua. Pero no solo eso, si no que también allí crecían unas plantas con una flores rosas, que se enredaban alrededor de su cuerpo. Sus manos estaban entrelazadas, y parecía que estaban atadas por las plantas. Su vestido estaba roto, y en su cara no había ninguna clase de expresión. Pálida  y sin vida, es como estaba ahora ella.

Oí unas risas a lo lejos, que se iban acercando. Apunte mi linterna hacia la puerta, asustada.

Me caí del suelo del susto, al ver de quienes procedían las risas. Eran como una especie de duendes, pequeños y con mirada traviesa y maliciosa, pero tenían la piel rugosa y seca, y de un color verde muy pálido, que casi llegaba a ser blanco. No sé notaba que estuvieran muy sanos. Sin embargo, no parecía que estuvieran mal. Los tres que estaban allí iban de un lado para otro sin parar, riéndose continuamente.

Yo, a pesar de haberlos visto, no lo pude asimilar. Aun no acabe de digerir el ver el estado de lo que fue mi mejor amiga. Me quedé en shock, y no supe bien que hacer.

-¡Vaya, vaya! ¡Por fin ha venido, por fin ha venido!- exclamó uno de los dientes, muy ilusionado.

¿Cómo que por fin he venido?

-¡Podremos comenzar el juego!- comento otro, también alegre.

¿Juego? ¿Que juego? ¿De que estaban hablando?

-Si... ¡Nos divertiremos mucho!- exclamó el tercero, dando unas palmadas.

Luego, los tres se giraron hacia mi y me miraron. Yo les mire, y me dio un escalofrío.

-¿vERdaD hUManA?-

Sus voces estaban distorsionadas, y en ellas había un tono macabro y de terror. Al oír eso, ya reaccione, y decidí huir. Fuera como fuera, tenia que salir de aquí.

Me levanté y corrí hacia la puerta, pero ellos me detuvieron. Fui hacia atrás, y ellos me persiguieron. Rece por que hubiera una puerta, aunque me temía que no la hubiese. Sin embargo, no lo supe, ya que los duendes me pillaron antes.

Lo único que sentí cuando estaba perdiendo el conocimiento fueron aquellas risas siniestras, que se quedaron gravadas en mi cerebro por el resto de mi vida...

---------------------------------------

¡Si, señoras y señores! ¡Esta es la tercera parte de "Búsqueda"! Y tranquilos, no va acabar aquí, aún queda de esta Saga. Espero que os haya gustado.

Por cierto... ¡Ya estos relatos tienen más de mil vistas! ¡No se como agradecerlo! ¡Sinceramente, muchísimas gracias a todos! Espero que sigáis disfrutando de los relatos de esta pequeña escritora.

Cuento DibujadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora