2.-Mi llegada al campamento y casi me descubren.(Sirène)

2.4K 173 7
                                    

Al día siguiente, partimos hacía al campamento. Caminamos un par de calles de Holliwood el resto del camino lo completamos en el taxi de las Hermanas Grises; yo ya había viajado con las Moiras o Hermanas Grises, siempre conducían a velocidades demasiado altas, solo que habían cambiado el viejo carruaje tirado por caballos esqueléticos a por -según lo que me había dicho Hades- un tipo de maquina llamada automóvil tipo taxi. Tenía una especie de silla algo larga atrás de ellas, aparentemente para tres personas, forrada de tela y bastante maltratada y raída; además de que tenía un olor no muy agradable.

     Como lo antes dicho, ya había viajado con las Moiras varias veces y estaba acostumbrada a su forma extrema de conducir, pero no pude evitar que me den náuseas o vértigo. Supongo que no es fácil conducir con un solo ojo para tres personas.

-Oh, nuestra querida clienta frecuente, Sirène, te tenemos una noticia que te ayudará- Hablaron al mismo tiempo con una voz que te erizaba la piel- Tu hijo esta bajo custodia de Artemisa, más ella nunca te dijo que el hecho que hayas dado su vida por un hombre que ni siquiera te correspondía no lo podrías ver, solo que ella quiso darte una lección y terminaste mal, pero si la convences, tal vez lo puedas ver, más no reclamarlo.- Terminaron, gracias a los Dioses, en francés. Boqueé como un pez, intentando hablar, más las palabras no salían de mi boca.

     Mi cabeza estaba hecha un lío, me estaban diciendo que podría ver a mi hijo, pero que ya no sería mío. Además, era uno de mis más oscuros secretos y lo habían dicho en frente de Nico, pero por la cara de viva confusión que tenía en el rostro, me aseguraba para mi suerte que no sabía francés. Suspiré,

-Son veinticinco dracmas- Nos dijeron, ya que habíamos llegado. 

     Pagué y bajamos del auto, ya abajo, Nico comenzó el interrogatorio.

-¿Haz viajado tanto? ¿Te conocen? ¿Qué noticia te dieron? ¿Es grave? ¿Por qué lo dijeron en lo que creo que es francés? ¿Sabes francés? ¿Eres francesa?- Me atormentó de preguntas.

-Primero, si; segundo, un poco; tercero, nada que te importe; cuarto, un poco para mi nada más; quinto, por algo que no te importa; sexto, es mi lengua natal; séptimo, algo hací. ¿Contento?- Respondí como pude.

-¿Cómo que algo hací?- Me pregunto.

-Viví y nací en Francia, pero soy gitana- Le expliqué intentando no perder la paciencia. Hades me dijo que tenía que hacerme su amiga, por lo que creo que puedo empezar contándole algo de mí.

     Seguimos el resto del camino en silencio, lo cuál agradecí mentalmente. A la distancia, divisé un arco en griego con la leyenda de Campamento Mestizo.

     Entramos y Nico me explicó que iríamos a la Casa Grande a avisar a Quirón y al Señor D. En cuanto Nico mencionó el nombre de Quirón una sonrisa apareció en mi cara y se inicio un debate en mi interior entre dar saltitos como cría o mantener la compostura.

     Llegamos a la Casa Grande, entramos. Ya adentro no pude evitar correr hacía Quirón, saltar sobre el y asfixiarlo en un abrazo.

-¡Quirón!- Medio grité y medio chillé como niña pequeña en cuanto llegue a el.

-¡Siréne!- Exclamó riendo.

     Desde una esquina Nico nos observaba confundido. Dionisio se encontraba tranquilamente leyendo una revista.

-Dionisio, cuanto tiempo- Saludé al Dios tuteandolo como un viejo amigo.

-Sirène, ¿al fin obedeciste a Poseidón y viniste?- Contraatacó el.

     Tensé la mandíbula, claramente enojada.

-Me vale un comino lo que quiera mi padre, el me rechazó y no estuvo conmigo cuando lo necesite.

     Quirón nos llevó hasta su despacho, aparentemente ya sabía porque salí y a que. El nos explicó que me podría quedar en la cabaña de Poseidon o en la de Hades. Inmediatamente pedí la de Hades, estaba en derecho porque yo era su campeona y protectora de su hijo; además que no creo que le agrade a Poseidon que me quede en su cabaña.

-Tu hermano vendrá a darte el recorrido, Sire.- Me dijo Quirón y me pidió que esperara.

     A los diez minutos entró un chico pelinegro, de ojos verde agua, bronceado y alto. Inmediatamente luché por no dejar salir una mueca, era idéntico a Poseidon. Espero que no sea igual de patán. Yo únicamente había heredado su cabello negro y piel bronceada, mis ojos son castaño oscuro.

-Hola, Quirón, ¿me llamabas?- Preguntó el con una sonrisa ladeada.

-Si, quiero que le des el recorrido a Sirène.

-Claro. Soy Percy Jackson- Me tendió una mano y la acepté.

-Sirène Cervantes- Me presenté y le estreche la mano.

-Percy, ella es tu hermana- Le explicó Quirón.

     Sus ojos se abrieron como platos, ensanchó su sonrisa y me estrechó fuertemente en un abrazo. Me tensé inmediatamente al sentir el calor de otro cuerpo junto al mío. Nunca me habían abrazado, solo lo hacía mi hermanito y mi madre antes de que fuese quemada cruel y injustamente en la hoguera. Ni siquiera el maldito Abadie Beauchene  -por quien vendí mi hijo a Artemisa-  me había abrazado alguna vez.

     Se alejó de mi con una cara de confusión y tristeza al ver que no le correspondía.

-Lo siento, pero no estoy acostumbrada al contacto físico- Le expliqué.

-No te preocupes, vamos a que conozcas el campamento. Quiero presentarte a unos amigos.- Me regala una sonrisa y tira de mí hacía la puerta.

-Ven, quiero presentarte a mi novia y unos amigos; además, nos podemos conocer un poco más mientras te doy el recorrido- Me dijo sin perder su sonrisa.


Mi Pequeña Gitana (Nico Di'Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora