Capítulo I

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La espera era inquietante, mientras que las manecillas del reloj se movían a una lentitud que él no soportaba. Respirar con irritación y darle golpes con sus dedos a la mesa era una manera de quitar la impaciencia. Tenía ansias de por fin contarle a sus alumnos algo que no los aburriría o los hiciera salirse de la clase (ser un profesor de historia tienes sus desventajas), pero él sabía que con esta historia iba a captar la atención de cada uno de sus estudiantes, y algo de lo que él podía estar agradecido es que sus estudiantes son excelentes, a pesar de ver una materia que para ellos es irritante; hasta él mismo lo sabía.

Poco a poco estudiantes llegaron, saludándolo de manera educada. Cada uno ocupo sus asientos, y ya él por fin podía calmar su impaciencia.

—Bueno, hoy el profesor nos va contar cosas aburridas para luego mandarnos hacer un resumen —dijo de forma cansina uno de sus alumnos, y los demás lo tomaron como broma; hasta él sonrió.

—Pues chicos, hoy no les voy a contar las mismas historias de siempre que son completamente aburridas —contesto él—. Hoy les contaré una historia diferente que casi nadie conoce, y es obvio que ninguno de ustedes tampoco. Puede que para algunos pueda ser perturbadora, mientras que para otros repulsiva —continuo diciendo viendo a cada uno de ellos, y pudo notar al menos un poco de atención—. Pero les puedo asegurar que es una historia completamente real.

—Entonces... ¡Cuente profesor! —se animó una chica, y luego se unieron los otros; hasta el más holgazán quiso conocer la historia.

—En una ciudad completamente oculta, al norte de Inglaterra —comenzó él—, donde personas admiten escuchar cosas extrañas, ver cosas extrañas y sentir extrañezas, se plasmó la historia de un hombre que causo pánico a sus habitantes. Marc Cromwell el andante muerto...

En aquella extraña ciudad #Dosenuna2016 3er lugar en el concurso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora