La Voz Que Cambió Mi Vida

La voz que cambió mi vida (parte4)

No se puede decir que estuviera encerrada en la casa de Isaac. Yo en verdad no tenía a dónde ir y por eso me quedé. Sentía amistad hacia él. Más de lo que yo pensaba. Cada noche cuando él encendía la chimenea me sentaba en frente del fuego y contemplaba las chispas y la ceniza danzar sus bailes con las llamas. Él me miraba y me contaba leyendas sobre hadas y brujas que existieron hace muchos años. Yo le escuchaba en completo silencio hasta que me quedaba dormida.

Un día algo nuevo paso en el pueblo.
En el centro de la plaza mayor, el príncipe Dario, había mandado poner un anuncio.

-Todo el mundo que encuentre una hermosa joven de 16 años con el pelo castaño y heredera al trono del país de Efibia que le informe al respecto.

Yo leía el cartel casi muda. Dario me buscaba. Significa que no se había olvidado de mi. Cuando lo vi correr en el castillo pensé que no significaba nada para él, pero no es cierto. Le hice una señal a Isaac de que quería ir al castillo.

- ¿Qué pasa? ¿Hay algún problema?

Él mira el letrero mientras pone una cara de desagrado.

-Odio a ese príncipe. No habla más que de chicas.

Yo le miro con enfado y le muerdo el brazo.

-¿Qué haces?

Me miró a los ojos y en un momento pensé que el estaba escuchando mis pensamientos. Volvimos a casa. Al entrar por la puerta me metí en una esquina y me quedé mirando a la pared. Isaac me miraba entristecido. Se acercó a mi y me dijo.

-Tu eres esa chica, ¿verdad?

Volteo la mirada y le miro a los ojos.¿Cómo lo supo?

-Si quieres volver a ver a ese cretino no te detendré, pero no pongas esa cara tan triste.

Me abrazó y se sentó en su silla de siempre. Le seguí hasta sentarme a sus pies. Me acarició el pelaje con dulzura y sentí que una felicidad invadía mi cuerpo.