Capítulo 16: La curiosidad mató al gato y el gato atrapó al ratón

En başından başla
                                    

Sonrió. –Sexy.

–Y me pondré short.

Su expresión cayó. –Eso es... menos sexy...

Sonreí malvadamente y recogí el paquete que le había conseguido. –Feliz Halloween, Ian.

–¿Soy Mickey?

–¡Nop, eres tocino! –Lo vi en la tienda y pensé que Ian lo odiaría. Era probablemente una de las últimas cosas que Ian se imaginaría para esta noche.

Lo miró como si se trata de basura y frunció el entrecejo. –Estás bromeando.

Negué con la cabeza, un destello de maldad en mis ojos. –En realidad no. Esto es lo que te vas a poner.

–Ese es el disfraz más estúpido en la historia de los disfraces. No voy a ponérmelo. ¿Sabes la cantidad de personas que se burlarán de mí si me lo pongo?

–Bien, no te lo pongas.

Ian dejó escapar el aliento, aliviado. –Gracias al Señor.

–Pero eso quiere decir que yo no tengo que usar el mío.

Ian tenía una sonrisa estúpida en su rostro. –Estoy bien con ello.

Le di un golpe a su hombro. –Me pondré otro disfraz.

–Bueno... eso no es divertido.

–¡Tengo una idea! Yo me pondré el disfraz de tocino, y tú puedes ser Minnie.

Sus ojos brillaron al mirar los disfraces, pensando, debatiéndose, meditándolo intensamente. Dio una profunda respiración. –Me odiaré por eso, pero valdrá la pena.

–¿Y tu decisión es...?

–No puedo simplemente perder la oportunidad de verte en eso.

Suspiré y le lancé la bolsa. –Diviértete.

Él sonrió, sus ojos recorriendo la longitud de mi cuerpo. –Oh, no te preocupes, lo haré.

–Pervertido.

–Al menos soy honesto al respecto –a diferencia de cierta virgen que conozco.

–Cállate.

***

–Iré por algo de tomar –le grité a Ian, apartando mis ojos de la pareja casi haciéndolo frente a mí.

–Iré contigo –articuló, tomando mi mano y deslizándonos en medio de parejas sonrientes.

La cocina estaba silenciosa, pero no mucho. Había un grupo de chicos jugando con cerveza en la esquina y un puñado de regazados conversando, pero la mayoría estaba en la pista de baile. Ian era muy bueno transformando este lugar –no se veía como el majestuoso lugar que era en la mañana.

Arrugué mi nariz ante los pedazos verdes en el piso. ¿No pudo llegar al baño o a un basurero antes de vomitar? Ian tendría mucho que limpiar en la mañana.

Ian me dio un vaso que estaba medio lleno. El olor picante llenó mi nariz –inmediatamente lo reconocí como cerveza. Se lo devolví. –¿Qué pasa contigo? ¡Sabes que no bebo!

Ian me ignoró. –Te ves linda cuando estás enojada.

–Ian, lo digo en serio. ¿Qué si viene la policía y nos arrestan?

Rodó los ojos. –Eso no va a pasar.

–¿Pero qué pasa si sí? Soy menor de edad.

–Todos aquí lo somos. No es la gran cosa.

The Last Virgin Standing / Tiffany HuynhHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin