Un salto de altura (Spideypool #1)

Un salto de altura

Dedicado a NataliaShion porque todo esto es muy besho ;)

Estaba en el borde del edificio, con un lanzador de red de araña y vestido de paleto Spidermaniaco. Las piernas me temblaban, no es que al caer y espachurrarme contra el suelo me fuera a matar, pero podía hacer mucho daño.

Y, como buen lector, te preguntarás cómo he llegado a esta situación. Vamos, adelante, pregúntame "Tito Pool, ¿por qué estás haciendo el canelo como un imbécil?"

Bueno, querido lector, el Tito Pool te sacará de la duda. Básicamente porque tengo que mentalizarme para no cagarme encima al tirarme por aquí.

Así que voy a empezar por el principio:

Al principio, sólo había oscuridad. Entonces, dios...

Bueno, me saltaré esta parte que es un coñazo hasta llegar a hace 48 horas.

48 horas atrás:

Estaba tranquilamente andando por la Gran Manzana, sintiéndome tranquilo, el viento azotando mis largos cabellos dorados, el sol en mi piel bronceada y un buen humor maravilloso.

¿Qué? ¿Que no te lo crees?

Bueno, haces bien. Estaba en el maldito Bronx con mi típica cara de mala hostia, un humor de mierda (que es maravilloso, lo sé), a media noche y la ropa llena de sangre de un pequeño altercado en la taberna de Comadreja.

Se siente.

Estaba yo, ensimismado, pensando en el origen del universo y en si Al había vuelto a intentar cocinar de nuevo para desgracia de mi casa, cuando algo se cayó encima mío.

Bueno, algo no. Alguien.

Ese alguien era un toca-huevos que me encantaba. Con su traje rojo y azul con dibujitos de arañas y telas. Un capullo adorable, que me ignoraba y me evitaba como si fuera un engendro.

Sí, ya, estoy deformado, pero definitivamente tampoco es para tanto.

Volviendo al momento, el pequeño angelito cayó a mis brazos como... Una vaca aterrizando tras una caída y yo pude sujetarle. Era bastante más grande que él, que parecía tener el cuerpo de un crío de dieciocho años. Oye, es legal y lo sabéis.

Spiderman parecía aturdido, como si el golpe hubiera jodido alguna parte de su cabeza. Bien, en ese momento, podía aprovecharme de él o, en cambio, huír del tipo de arena que venía detrás del confundido héroe.

(Escogí la segunda, tu duda ofende)

Corrí como un maníaco, con Spidey (sí, con mote y todo porque soy así de chulo) en brazos, mientras que él cabeza-cuadrada-de-arena nos seguía por la calle. Pegué un salto cuando un enorme puño de arena se estampó contra el suelo, lugar en el que antes mi valeroso cuerpo se encontraba.

Una idea pasó entonces por la magistral y perfecta mente de vuestro querido Deadpool. Una idea sublime que no se le había ocurrido a nadie antes.

Agua.

Normalmente no me cuesta mucho saltar de edificio en edificio, pero con una carga entre brazos, mi velocidad estaba ralentizada. Fue entonces, cuando noté que, realmente, Spidy era un paso muerto, que quizás haya perdido el conocimiento y no fuera el shock.

Lo que fuera, luego iba a tener que pagarme con algo, iba a cobrármelo. Desde la parte de arriba de los edificios, la ciudad daba asco, me di cuenta cuando estuve a punto de pisar un charco de un extraño y sospechoso tono negro. Necesitaba un lavado y rápido. Se notaba que nadie limpiaba los putos tejados.