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Beacon Hills

Una semana había pasado de la llegada de Lena y su familia a Beacon Hills, la ciudad de lo sobrenatural, la ciudad con situaciones realmente extrañas que nadie tenía una explicación ni siquiera el FBI.

Lena no era una chica normal, una familia de cazadores de hombres lobo no era muy característico en la mayoría de las familias, ser entrenada desde muy temprana edad, saber cómo usar armas de fuego o una ballesta no era normal, nada en su vida lo era.

Lena y su familia se habían mudado desde Francia hasta Beacon Hills por capricho de la castaña, después de la muerte de su mejor amiga, Allison, lo único que ella quería era estar en el lugar en el que Allison había pasado su últimos momentos, sus últimas risas, su últimos recuerdos, su último aliento.

Allison y Lena se conocieron en Francia, desde muy pequeñas fueron amigas, gracias a que ambas familias solían trabajar juntos en el asunto de la cacería. Allison, a cambio de Lena, no había sido entrenada desde pequeña, no hasta unos pares de años atrás, aquí en Beacon Hills, que ella se enteró del negocio de la familia y todo gracias a su novio,que resultó ser, ni más ni menos que un hombre lobo.
Después de disputas entre ambas familias, el lema de los cazadores estuvo dispuesto a cambiar, gracias a Allison la cacería innecesaria a los hombres lobos inocentes había parado y el nuevo lema, nació.

"Protegemos a los que no pueden protegerse a sí mismos."

Lena estaba dispuesta, de pie a cabeza, en seguir ese lema por Allison.



                                    ***

Después de pensarlo demasiado, Lena decidió escaparse de su casa y echarle un ojo a su nueva ciudad, caminó metros y metros hasta llegar a Cypress Lane, que al  parecer era una torre de comunicación.

De lejos observó a dos adolescentes de unos 16 años más o menos, una chica y un chico para ser exactos. Lena se los quedó observando unos minutos, preguntándose si era normal que los adolescentes de Beacon Hills se encontraran en tal lugar y en esas horas de la noche.

La cazadora no se había dado cuenta del tiempo que se había quedado allí hasta que sus ojos, misteriosamente, empezaron al arder, dió unos pasos para poder observar otra vez a la pareja de adolescentes pero no solo alcanzó a verlos sino que también observó unos grandes ojos brillantes, no eran rojos, no eran celestes o los típicos amarillos de los beta, estos ojos brillantes ella ya lo había visto en un libro, un libro en el que Allison le había enseñado unos años atrás.

Esos ojos eran parecidos a los de La Bestia de Gevauduan.

"No puede estar pasando"

"Es él"

Es la Bestia.

—¡Corran!—gritó lo más fuerte para que los dos adolescentes que estaban ahí pudieran escucharla—¡Corran si quieren seguir viviendo!— los adolescentes la miraron extrañados, pero de alguna manera la preocupación en la cara de la cazadora hizo que sus piernas empezaran a correr.
Lena llevó una de sus manos a su espalda, tomando en ella una de las flechas para colocarla en la ballesta y lanzarla hacia la bestia pero no era suficiente, la flecha no lograba hacerle ningún daño. Empezó a correr metiéndose en la oscuridad del bosque y lanzando flechas hacia la bestia de vez en cuando, delante de ella estaban los dos adolescentes.

—Liam, ¿Qué es eso?

—¡No lo se! ¡Tú corre!


Lena seguía corriendo, la bestia seguía atrás de ellos y al parecer no tenía idea de parar —¡CORRAN MAS RÁPIDO!—gritó pero algo había pasado, algo hizo que los dos adolescentes se detuvieran.


Habia un precipicio delante de ellos.


Lena se escondió detrás de un árbol, llevó su mano a su pecho tratando de atrapar el ritmo de su respiración, asomó su cabeza y vio que la bestia seguía tras ellos, lanzó un par de flechas más y volvió a correr hacia las dos personas que trataba de salvar y llegó justo en el momento en que se agarraban la y saltaban del precipicio.
—¡NO! —gritó ella al verlos saltar, la chica lo había logrado pero él se encontraba colgando a punto de caer y como si no fuera suficiente la bestia estaba por seguir los mismos pasos; Lena se escondió en el hueco de un árbol lo suficiente grande para que ella entre y con suerte la bestia no la vería.

—Ay no— susurró al ver como la bestia saltó hacia el otro lado del precipicio pero para su suerte la chica ya no se encontraba allí y mucho menos el otro muchacho, la bestia siguió su camino y desapareció entre la oscuridad del bosque.

Lena salió de su escondite y corrió hacia la punta del precipicio para ver en donde se habían metido los adolescentes, asomó su cabeza y los pudo ver, el chico yacía encima de una roca mientras que la chica parecía intacta.

—No puedo mover las piernas, creo que me he roto la espalda— fue todo lo que logró escuchar antes de bajar hacia donde ellos se encontraban.

Al llegar solo pudo notar al chico que yacía en la gran piedra y no había ningún rastro de la chica que lo acompañaba.

—Hey, ¿te encuentras bien?—se acercó y el chico a verla se asustó.

—¿Quién eres?— dijo él pasando su mirada a la ballesta que llevaba en su mano —¿Vas a matarme? —intentó levantarse pero sus piernas no respondieron, al verlo moverse Lena se acercó a él y tomó su brazo para luego pasarlo por su espalda.

—No voy a matarte ¡por dios, acabo de salvarle la vida tu amiga y a ti!

—Lo siento...Gracias por eso— respondió apenado—¿Eres cazadora?—preguntó señalando la ballesta que Lena llevaba en la otra mano, ella miró donde él señaló y luego lo miró a él.

—¿ Cómo...?—Lena frunció el ceño sin poder terminar su pregunta hasta que se dió cuenta, el chico era un hombre lobo, era por eso que sabía sobre ella y como, por una extraña razón, seguía vivo después de caer de un precipicio—Eres un hombre lobo —él chico asintió.

—Soy Liam— dijo él estirando su brazo derecho hacia ella.

—Lena— ella estiró su brazo pero notó que era imposible con la ballesta y lo mismo hizo Liam ya que bajo su mano.—Lo siento pero mis manos están muy ocupadas en este momento —sonrió ella — Bueno, Liam creo que tendré que llevarte a tu casa.

—No, por favor, no te preocupes que sanaré y podré irme.

Lena sacudió su cabeza de un lado a otro —No es molestia además necesito preguntarte algunas cosas— el chico la observó curioso.

—¿Cosas? ¿Cómo cuáles?

—Como lo que sucedió hace minutos atrás.

—Te juro que no tengo idea lo que era esa cosa.

—No te preocupes, yo sí sé lo que era y para serte sincera, no estamos seguros aquí, nadie está seguro con esa bestia aqui en Beacon Hills.

[EDITADO]

Golden eyes [TW]S.sDär berättelser lever. Upptäck nu