Trabajo de fans.

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Había pasado una semana desde la extraña conversación que tuvieron Saitama y su auto-proclamado discípulo donde el mayor aclaró las dudas causadas por los rumores del clase S. No volvieron a tocar el tema de nuevo.

Todo parecía haber vuelto a la normalidad desde ese día, a excepción de que ahora las esporádicas ausencias del rubio se habían vuelto diarias. Todas las tardes de dicha semana el menor se juntaba con el actor para cumplir ese raro compromiso en el que se veía envuelto.

Los primeros días el calvo notó que Genos llegaba de sus juntas con mal humor, no lo demostraba, pero Saitama lo había llegado a conocer lo suficiente para darse cuenta cuando algo molestaba al más joven. Fruncía el ceño más de lo normal y hacía una mueca extraña con sus labios, sin embargo, no decía nada al respecto, probablemente para no molestar a su maestro con temas que encontrara irrelevantes o aburridos y este, a su vez, no quería parecer entrometido así que optaba por la indiferencia, la misma que no pudo mantener frente a una situación del cuarto día de esa semana.

El cuarto día Genos llegó sonriendo, con un aura de felicidad a su alrededor.

Al mayor le fue imposible ocultar su curiosidad, por lo que ese día se acercó a la cocina, mientras el otro estaba lavando los platos y le preguntó de inmediato:

— Te ves feliz, ¿te fue bien esta tarde? –Su voz sonó más seria de lo que esperaba, pero el rubio no pareció notarlo, volteando a verle al instante.

— ¡Fantástica, maestro! Amai está progresando mucho, hoy ayudo a los ciudadanos con tareas cotidianas por voluntad propia... –El  semblante alegre del menor se fue apagando, mientras miraba el rostro de su maestro, hasta adoptar uno más serio.– Amai Mask progresa en su comportamiento y en poco tiempo, es probable que mi ayuda no sea necesaria.

Luego de eso, el muchacho volvió a su tarea dejando a un sorprendido Saitama detrás de él ¿por qué ese cambio de animo? Entonces el mayor se percató que, inconscientemente, se encontraba apretando los dientes y sosteniendo su respiración, como si estuviera muy tenso, y probablemente su rostro estaba haciendo una expresión no muy agradable, por lo que Genos, al mirarlo, optó por terminar el tema.

Debía admitir que le sorprendió un poco el ver al más joven tan alegre, las veces en la cuales lo había visto así era por lo general por acciones que él realizaba, como felicitarlo por una buena pelea o agradecerle su ayuda en el departamento. ¿Qué podría haber hecho ese sujeto para tenerle así?

Sacudió su cabeza para abandonar ese último pensamiento y, al igual que hace unos días, decidió no darle más vueltas al asunto y seguir como si nada hubiese sucedido, pero siguió siendo incomodo ver llegar feliz a Genos (quien trataba de que no se le notara) el resto de la semana.

— Saitama, ¿te encuentras bien? Te noto algo callado. –Preguntó King sin despegar su mirada del videojuego con el cual se encontraba.

Unos minutos después de que el rubio menor dejara el departamento, como lo había hecho estas últimas dos semanas, el héroe clase B decidió hacerle una visita a su otro amigo para distraerse de lo que sea que lo tenía tenso.

— Como siempre, supongo.– Respondió tranquilo mirando cómo jugaba el supuesto hombre más poderoso.

— Esto no tiene nada que ver con los rumores de Genos con Amai Mask, ¿cierto? –Al recibir solo silencio como respuesta decidió pausar el juego y mirar de frente al calvo.– No te preocupes, no creo que sean verdaderos.

— Sé que no son verdaderos, solo... es incomodo de algún modo.

— Seguro es incomodo, todo el internet está obsesionado con ellos ¡Todas mis páginas de lolis están inundadas de dibujos e historias suyos! –Lloriqueaba el rubio mayor mientras el contrario solo lo miraba con su expresión apática de siempre.

La OTP del momentoWhere stories live. Discover now