Mi madre salto para luego mirarme mal.

- soy tu mama. Dime mama, no Lizz.

-Pero así te llamas,¿No?- la mire burlona mente.

-Para ti me llamo mama.

Rodé los ojos y metí un par de palomitas en mi boca para proseguir.

-veras, por que Edik puede leer mis pensamientos. - mi madre se atoro.

-vaya, no pensé que serias tan directa. - ella golpeo su pecho unas cuantas veces y se aclaro la garganta. - el no te lee la mente, Leah. Ustedes desde pequeños que tenían un vinculo.

La mire con una ceja alzada.

-¿Un vinculo?, como de .... ¿Romance?- mis cejas se juntaron en confusión.

Si, Edik es realmente guapo pero no lo veo como algo mas ...

-antes de que te comiences a imaginar hipótesis de tu y el. - ella hizo una mueca. - es solo una conexión cerebral.

Dijo como si fuera lo mas simple del mundo. Quizá lo era, o quizás no, solo puedo decir, que mi madre no se expresa bien.

-¿Y por que eso?

Mi madre rodó los ojos.

-Lizz..

-Mamá para ti.

-Mamá, podrías decirme, por que esa conexión.

Mi madre iba a responder cuando unos golpes se escucharon provenientes de la puerta, junto a una dificultosa respiración.

-No salgas. - mi madre me ordeno mientras se levantaba lentamente del sofá.

-¿Estas de broma?- le susurré levantándome también del sofá.

Mi madre me miro con enojo pero se dirigió a la ventana a una gran velocidad pero sigilosa.

Era como ver a una persona correr a gran velocidad, pero solo un metro de distancia.

-es Theo.

Mi madre soltó un suspiro enamorada.

-¿Y que mierda hace el aquí?- escupí mis palabras ante el hombre que trae vuelta loca a mi madre.

- ayer lo invite a que viniera a cenar hoy. - mi madre sonrió arreglándose en el espejo.

-pero si ya cenamos!

-da igual, por el ceno otra vez. -susurro frente a su reflejo.

-estoy segura hasta de que le harías un queque..... - ella se preparo a abrir la puerta mientras yo alisaba mi pijama. -¡No cuentes conmigo!

Mi madre solo se limito a gruñir por lo bajo mientras saludaba a un sonriente Theo, para luego cerrar mi puerta fuertemente, escuchando como mi madre se disculpaba diciendo que yo había tenido un mal día.

Suspire mientras me sentaba en mi cama pensando que hacer en vez de soportar la presencia de el buen hombre.

Después de unos minutos, cambie mi pijama por unos pantalones negros ajustados y una pollera blanca básica.
Y me puse mis nike para gimnasia.

Salte de mi ventana y corrí al bosque con una sonrisa en mi rostro.

Quería comprobar algo, y para eso necesito ayuda de Edik.

(...)

Trate unos minutos mas, pero nada. El supuesto "enlace" no funcionaba, por lo que mi media hora sentada a mitad de la calle, fue un total desperdicio.

Levante mi trasero del suelo, y camine de vuelta a casa, cuando un adormilado Edik cruzo mi camino.

-¿Que quieres?- pregunto junto a un bostezo.

Lo mire sorprendida. ¿Que hacia el aquí?, ¿Y con pijama?

-Edik...- susurre para no despertarlo de su trance.

-No estoy en ningún trance, pedazo de tonta. - Edik restregó su ojo.

-estoy harta de que escuches mis pensamientos. - resople cruzándome de brazos.

-Acostumbrate. - se encogió de hombros.

-es injusto que tu puedas y yo no.

-tal vez si puedes, pero eres demasiado despistada para darte cuenta. - se encogio de hombros. -¿Sabes por que podemos...?

- según mi madre, desde pequeños, eramos inseparables. Y que raramente se creo un vinculo que ni ellos sabían del por que.

-¿Y por que no nos recordamos cuando nos vimos?- lo mire seria.

-¿Me vez cara de saber?- el se encogió nuevamente. - Por cierto, ¿Que haces aquí?

-Escuche tu voz en mi mente. -se rasco la nuca. - mientras maldecías no se que, pero algo me dijo que viniera. - le resto importancia.

Asentí mirando mis zapatos deportivos. Mientras que el traía u chándal y una pollera básica blanca.

-¿Y por que me llamaste?- su voz interrumpió mis pensamientos.

-yo solo quería...salir de casa. - el alzo una ceja ante mi respuesta algo corta.

-¿Y para eso me llamaste?- su ceño se frunció.

-Bueno...puede ser. - El me miro enojado. - en realidad un amigo de mi madre fue a mi casa...

-y no te cae bien. - el completo mi oración.

-exacto. -Sonrei a penas.

-¿Y como se llama?- dijo el.

-Theo MacAdams. Si no me equivoco.

-Ya veo...- susurro para si mismo. -entonces, para no tener que soportar a ese "Theo MacAdams" tendremos que hacer algo.

Lo mire con una ceja alzada.

-Atrape si puedes!

Y salio corriendo.

Reí y lo seguí a toda prisa. Era impresionante el hecho de que Edik se este abriendo tan fácilmente ante mi.

El era frío y calculador, pero también era agradable, divertido y simpatica. Sin contar que un buen amigo.

Sin duda alguna, Edik era un buen amigo.

© Extintos.Where stories live. Discover now