☆ Capítulo 3 ★

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—Nagisa, deja de culparte.—La rubia consolaba al chico que rompía en llanto.— No eres el responsable de esto.

—¡SÍ, SÍ LO SOY! No pude reaccionar a tiempo.— Respondió el peli-celeste, a quien ya le ardían los ojos de tanto llorar.

Apenas terminó el funeral de Akabane, Nagisa salió corriendo lo más lejos que pudo. Para su suerte —ya sea buena o mala–, fue seguido por Río.

—No sacarás nada con culparte—Nakamura sacó un pañuelo de su bolso y se lo entregó al pequeño—. Ten.

—Gracias.— Tomó el pañuelo y secó sus lágrimas con él.

—Yo también quería mucho a ese demonio, y me da mucha pena todo esto. Pero no es tu culpa, métetelo en la cabeza.

—Yo... Quería decirle a Karma que...

—¿Que te gusta?—La chica de ojos celestes interrumpió a su amigo.

—¿C-Cómo lo sabes?—Él estaba sorprendido de la rapidez de Río para adivinar.

—Eres muy obvio, Nagisa.

Un fuerte rubor color carmesí pintó las blancas mejillas de Shiota. Pero después recordó que ya no valía la pena, y volvió a su color y estado anterior.

—Ya no importa, jamás podré decírselo.—Las lágrimas amenazaban con volver a salir de los ojos de Shiota, así que los cubrió con el pañuelo de Río.

—¿Por qué?

—¿Cómo qué 'Por qué'?—  Preguntó con cierto aire de molestia.— Él ya no está.

—Te equivocas, Nagisa-kun.—Una voz conocida llamó la atención de los dos adolescentes.

Ambos miraron la cima del árbol en el que estaban sentados bajo su sombra, y vieron a nadie más que su profesor que, en menos de un segundo, ya estaba frente a ellos.

—Koro-sensei…

—Puede ser que Karma-kun ya no esté físicamente con nosotros, pero, ¿Te digo algo?

—¿Qué?

—Las personas que te quiere siempre estarán contigo, aunque no las puedas ver—Uno de los tentáculos del ser amarillo pasó por el cabello del pequeño —. Y creeme cuando digo, que si había una persona a la que Karma-kun quería, era a ti.

Nagisa se tomó aquellas palabras con desdén, no estaba de humor como para prestarle atención a las ocurrencias locas de su profesor. Sin decir nada, dio media vuelta y emprendió camino hasta su casa, ignorando los llamados de Nakamura.

No necesitaba oír nada más...

...Solo necesitaba a Kama.

・・・ ★・・・

Ya era de noche, el peli-celeste entró desanimado a su cama y se acurrucó entre las mantas. Cuando iba a apagar la lámpara, su mano se topó con la foto que le dio Hiyori ese día. Sin pensarlo dos veces, la acercó y se quedó viéndola varios segundos. Esa sonrisa llena de energía que desprendía Karma, sus hermosas orbes doradas, su suave cabello rojizo, su personalidad tan carismática y, a veces, tan infantil; Nagisa extrañaba todo de él, y lo quería de vuelta.

—Si pudiera hablar con él, sólo una vez más.—Shiota decidió dejar la foto en su antigua posición y apagar la luz para dormirse rápidamente, para que las lágrimas no volvieran a aparecer.

・・・★・・・

Su cuerpo se sentía liviano, el ardor que aun conservaba alrededor de sus ojos cuando se durmió había desaparecido. Nagisa abrió lentamente sus ojos, dejándose encandilar por el enorme brillo del lugar desconocido. Cuando su vista se adaptó a la luz, miró confundido cada parte de ese lugar.

Siempre Contigo. ||Karmagisa|| Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ