Capitulo 30

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Melissa

Mire por la ventana y ellos ya no estaban ahí. Me puse los zapatos y camine a su habitación. La madrugada era un poco fría. Apreté con mi mano la perilla de la puerta y me arrepentí enseguida. No estaba segura de sí podría dejar de pensar en mis inseguridades cuando él comenzara a tocarme.

No muy segura empuje la puerta y lo vi medio sentado con las piernas estiradas sobre la cama.

- Hola –Fue casi inaudible– ¿Por qué no regresaste?

- Creí que no era bueno forzar las cosas, estabas tensa –Su cabello revuelto me volvía loca

- Y yo creí que querías... -Me quede callada y él se movió un poco en la cama para dejarme espacio

- Claro que quiero pero no a costa de que tú no lo disfrutes –A paso lento me senté a su lado sin despegar los pies del suelo

- Gracias –Dije, en verdad agradeciendo que me diera tiempo

- Vamos, hay que dormir un par de horas antes de viajar de regreso –Creí que debía irme, estaba casi en pie– ¿Qué haces? Deja las zapatillas ahí y recuéstate conmigo

Me quite mis converse y me metí debajo de la cobija que ahora cubría sus piernas. Ambos estábamos recostados bocarriba y yo me preguntaba si él dudaba de esta locura porque en definitiva yo no lo hacía.

- Discúlpame –Dijo de pronto, era obvio que no dormiríamos ese par de horas

- ¿Qué dices? –Conteste confundida

- Cuando salí de tu habitación hace un par de horas, la primera vez que entre, debo explicarte porque –La verdad si tenía dudas sobre aquello así que me quedé callada esperando que siguiera– la verdad es que no soy bueno con estas cosas

- ¿Qué cosas? –Interrumpí

- El ser cariñoso y tierno con las chicas... Quiero decir contigo porque nunca antes sentí la necesidad de proteger y hacer feliz a alguien que no fuera mi hermano ¿Me entiendes? –Su forma de decir las cosas era única cualquier otro lo habría actuado en el momento

- Te entiendo un poco ¿Nunca antes hubo una chica? –Me refería a amor, una chica que amara

- Todas fueron mujeres fugaces en mi vida Melissa, soy del todo inexperto en estas cosas –Todo lo dijo mirando al cielorraso. Al parecer era un poco como yo, no hablaba de sus sentimientos y cuando lo hacía evitaba las miradas ajenas

- Podemos aprender juntos, he leído tantas historias de amor que me hace pensar que no es tan difícil ser romántico, yo te hablare de ellas y tú a cambio me enseñaras a... Tú sabes –Sonrió aun sin mirarme y lo agradezco porque cada vez me ponía más roja

- Creo que las verdaderas historias de amor no son como en los libros, pequeña –Yo también lo creía, me había enamorado tantas veces de los personajes y siempre buscaba rastro de ellos en los chicos de mi colegio o en la calle pero nunca funciono hasta que conocí a Daniel, él me hacía sentir parte de un libro

- Pues hagamos lo que podamos ¿Quieres? No espero cosas dramáticamente románticas como besos bajo la lluvia y cursilerías tales como dormir abrazados por que no tendremos sexo, tampoco soy así –Era verdad, a veces decía cosas cursis pero en el fondo era tan fría como él

- Me gustas Melissa, más allá del físico –Giro un poco y roso mis labios con los suyos– Intentare aprender de tus historias y después de mí, serás una experta en... Tu sabes –Ambos comenzamos a reír de aquella imitación de lo que había dicho antes

Cerré los ojos y aun sentía su mirada sobre mí, hasta que me quede dormida.

Narrador

No durmieron más que alrededor de 2 horas, enseguida el teléfono de Daniel sonó mientras él se duchaba. La chica medio despertó con el sonido y lo tomó para ver la hora (7:05 am) pero al momento ignoro la hora por que un mensaje llenaba la pantalla.

JIMENA ARGENTINA

7:04 am

*Lamento cancelarte para esta noche, en realidad quisiera que vinieras conmigo a un evento. Para lo demás no hay prisa estaré hasta el próximo mes ;)

- Absurda –Susurro Melissa– Y más absurda yo por creer que no te vería

Dejo enseguida el teléfono en la mesita y hundió la cara en la almohada, ver el mensaje había sido un accidente y no acosaría a Daniel por nada en el mundo. Pensó que ella insistía en verlo y decidió olvidarlo.

- Voy a ducharme –Avisó enterrando en el fondo de sus sentimientos el enojo que sentía

- ¿Ahora? ¿Juntos? Que rápida eres en esto de aprender –Bromeo Daniel, ella rodo los ojos

- Así soy, acostúmbrate –Siguió el juego abriendo la puerta del baño y al instante de verlo se quedó paralizada

- Hey fisgona –Dijo él quitándose un poco de espuma de los ojos

- Creí que había cortina –Estaba carmín y cerró los ojos fuertemente- Me voy –Giro rápidamente sin esperar respuesta ni ver la expresión de Daniel quien quedo riendo

Entró al baño y dejo que el agua corriera

- Dios santo ese hombre está más que bueno, su trasero... -Decía mientras se mordía el labio- No entiendo como cosa tan perfecta se fijó en mí y menos que yo desperdicie así la oportunidad –Después comenzó a reír a carcajadas imaginando su propia reacción de vergüenza

No escucho que la puerta de la habitación se abría

- ¡Melissa! –Escuchó la voz de alguien

- ¡No abras el baño que no hay cortina! –Gritó enseguida

- Regreso después entonces –Identificó la voz como la de Eduardo

Dentro del baño se puso la ropa interior y salió así, con la toalla enredada en el cabello, se puso los jeans y la blusa que llevaba en la mochila. Dejó que su cabello se fuera secando naturalmente y salió a buscar a Lalo.

- Que susto me has puesto –Le dijo nada más verlo

- Perdona, no sabía que estabas en la ducha –Se apenó Eduardo

- Olvídalo ¿Qué necesitas? –Sacudió un poco su cabello aun húmedo

- Quería saber si iban a comer algo –Dijo girando para entrar al restaurante de su madre. A Melissa eso le pareció una mentira

- ¿En serio? No sé por qué pero no te creo Lalo –Tomándolo del brazo lo hizo retroceder

- Era eso de verdad –Mentía– bueno solo quería saber si lo de que Daniel y tu son algo era verdad

- Si somos, amigos –Ella también mentía, por el bien de Daniel pensó– Pero ¿Por qué te interesa?

- Oh nada es solo que me gustas y necesitaba saber que no estabas con él –La chica tragó saliva y pensó que no debió mentir– ¿Qué sucede? ¿Por qué te quedas así? No creo que sea la primera vez que alguien te dice que le gustas

- Nada sucede. Me sacó de onda que seas tan directo, es todo –Dijo intentando escapar de tan disparatada conversación

- ¿Por qué no vienes un día sin Daniel? Y salimos, o yo podría ir a la ciudad –La detuvo por el brazo cuando quiso caminar hacia su habitación

- Oye Ed no es mal plan ni nada, me refiero a que no es que no me parezcas atractivo, el problema es que sólo podemos ser amigos –No sabía qué hacer, creía que era su primo y no quería decírselo

- Debemos irnos –Interrumpió Daniel desde lejos y haciendo señas a Melissa para que entrara por su mochila

- Esto no ha terminado –Dijo Eduardo caminando al interior del restaurante


¿Qué le has hecho a mi vida?Where stories live. Discover now