-¿de verdad?- pregunto Edik mirando me como si fuera bicho raro.

-¿De verdad que?.

-De que por poco parezco que no estaba vivo. – Lo mire con sorpresa.

-¿Qué?- susurré sorprendida. Puedo apostar que lo pensé, y no lo dije.

-tu lo dijiste, y apuesto que no lo pensaste. – dijo mirándome con burla.

- Edik, ella no ha dicho nada. – dijo Derek mirando como si estuviera loco.

Observe a Evans, quien miraba sorprendido a Edik, como si estuvieran hablando por la men....

-¡SON HOMBRES LOBOS!- Exclame sorprendida. Ellos me miraban estupefactos.

-¿Q-que?- pregunto Evan alejándose de mi.

-Que mierdas dices. – espeto Derek mirándome con furia. Trague saliva al ver como los ojos de Edik escaneaban mi rostro.

-lo que escucharon. – dije firme.

-estas loca. – hablo Evan. – esas son leyendas.

Diablos. Voltee la mirada percatándome de un pequeño objeto que esta al lado de la televisión, es lo único color café, ya que es un amuleto de madera de un lobo aullando a la luna... Raramente se me hace familiar.

-creo que será mejor que te vayas. – dijo Edik sin dejar de mirarme.

Asentí y tome mis cosas dejando un par de hojas y la carpeta.

-hagan su parte, yo hare la mía. Mañana les pediré el trabajo. Permiso. – apresure mi paso y salí prácticamente corriendo de ahí, dejando la puerta abierta ante mi despisto.

Ese amuleto, no se por que pero me parece familiar. Tengo que averiguar el porque.

(...)

-¡hija ven!- escuche el grito de mi madre desde el piso de abajo.

Suspire y alise mi camisa mientras observaba mi reflejo en el espejo. Mi cabello rubio caía en suaves ondas que mi madre hizo, con mis ojos levemente pintados. Todo para recibir al buen hombre.

Y lo peor, me hizo ponerme una camisa blanca y unos leggins negros ajustados. Demasiado formal para mi. Y todo por el buen hombre.

Baje al primer piso en donde un hombre castaño de ojos zules eléctricos, esperaba.

-hija, el es Theo MacAdams, Theo, ella es mi hija. – nos presento mi madre. El señor me tendió la mano a lo que yo algo incomoda acepte.

-un gusto. – mi voz salió algo amortiguada, a lo que mi madre me code. Aclare mi garganta y con vos mas firme dije .- Me llamo Leah Fothen.

-Theo MacAdams. – sonrió mostrando sus blancos dientes.

-¡muy bien!- salto mi madre. – es hora de la cena!- mi madre tomo de la mano a el "buen tipo" y lo llevo hasta el comedor.

Ocasionando una oleada de celos por mi parte. Fui directo al comedor y me senté en la punta. Y a cada lado se sentó mi madre y Theo.

Esta será una cena larga y aburrida.

(...)

Jugaba con mi bolita de helado, moviéndola de un lado a otro del plato de postre, tratando de prestar atención a lo que hablaba mi madre con ese.

-Eso es genial hija, no crees?- la voz de mi madre interrumpió mi hora de aburrimiento.

-Perdón, que?.

Mi madre negó lentamente con la cabeza, suponiendo que no preste atención, y no se equivocaba.

-Decia, que es genial que Theo pueda pasar a dejarte a la escuela, ¿no crees?- me atragante con mi saliva al escuchar las palabras de mi madre.

-¿Qu-e?, ¿Por qué?- palmee mi pecho para dejar de toser. Mi madre me miraba con reproche mientras que Theo mantenía su postura firme. Dios, el debería ser el avergonzado, no yo. Es decir, el es el que intenta algo con mi madre.

-Theo comento que su trabajo queda cerca de tu escuela, por lo que no seria problema pasar a buscarte. ¿Cierto?- Mi madre miro a Theo en busca de una respuesta, a lo que el asintió.

-Para mi no es problema. – su gruesa voz mando un escalofrío a mi cuerpo.

-Puedo caminar. – Deje la cuchara de helado a un lado del plato dispuesta a levantarme cuando mi madre me freno.

-Ayer llamaron de la escuela y me dijeron que haz estado llegando tarde estos últimos días. – mi madre me fulminó con la mirada.

Me lance nuevamente al asiento y volví a tomar mi trabajo de jugar con el helado, mientras ignoraba a las dos personas que mantenían una conversación delante de mi.

Ahora que recuerdo mejor, tengo que investigar ese amuleto y por que se me hace familiar.

ALTO!, ESE AMULETO LO TENEMOS YO Y MI MADRE!

El lobo que aulla a la luna es un símbolo que tienen los lobos para reconocerse entre si, lo que quiere decir que uno de ellos... es un lobo de pura sangre.

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