Chiyuki se puso a mi lado y me miró de reojo haciendo que me sonrojara un poco.
Chiyuki: Ahora te libras, pero luego me vas a decir que te sucede.
*asentí con un rostro impasible*
Me puse en mi posición y a los segundos se oyó como los ascensores se abrieron y apareció una mujer de unos 65 años y un niño de seis.
Ella al ver al niño se le turbó el rostro.
El niño asustado cogió la mano de su abuela y le empezó a hacer miles de preguntas.
Niño: Pero abuela ¿Dónde estamos?
Abuela: No sé cariño.
Niño: ¿Pero nos van a hacer daño ?
Abuela: Estoy contigo cariño, ya verás que no pasa nada.
Yo: Bienvenidos al Quindecim, yo seré vuestro barman en el día de hoy.
Abuela: Disculpe señor, pero no tenemos idea de como hemos llegado aquí ¿ Podría decirnos donde está la salida ?- me dedica una sonrisa.
Yo: Lamento decir que no podrán salir de aquí hasta que participen en un juego en el que van a arriesgar su vida.
*la abuela se quedó en shock*
Ella: ¿Es usted un terrorista?- dijo con los ojos llorosos- no le haga daño a él por favor.
*ella me da un codazo*
Después del codazo que me dió ella se fue desvaneciendo en mis brazos hasta caer totalmente desmayada.
*horas más tarde*
Ella se encontraba estirada en el sofá, aún desmayada. Nona se encontraba delante mío, su rostro no mostraba ningún tipo de sentimiento.
La abuela y el niño que debían ser juzgados los trasladaron al bar del Ginti, no sé como puedo fastidiarla de tal manera siempre.
Nona: Decim, ¿ Te das cuenta que así sólo le haces más daño ?
Decim: No puedo juzgarla......
Nona: ¿Quieres que lo haga otro?
Decim: Simplemente necesito más tiempo.....
Nona: ¡ Lleva aquí más de un mes Decim !
La señora Nona cogió la muñeca de ella y me la enseñó. Se le estaba cayendo la piel dejandose ver parte de maniquí.
Nona: El tiempo corre Decim, ella ya sabe que está muerta y debes de juzgarle ya.
Decim: ¿ Por qué no me puede dar algo más de tiempo ?
Nona: Porqué podrías acabar sintiendo algo por ella.........
Y ella se despertó.
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Te quiero (Decim X Chiyuki)
FanfictionNo conocí que eran los sentimientos hasta que apareciste en lo que se suponía que no podía llamar vida, te quiero.