Prólogo

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—¿Irán a la fiesta de fin de semestre este sábado?—preguntó la chica de pelo chino y pantalones vaqueros mientras se metía un chicle a la boca.

—No lo sé, es cumpleaños de mi abuela y al día siguiente tenemos que levantarnos temprano para ir a misa—respondió un joven delgado de pelo rubio y estatura mayor del promedio.

—Que aburrido ¿Y tú Louis?

—No tengo ganas. ¿Saben? El lunes temprano tengo que partir a lo del proyecto ese—me quejé  una vez más mientras imaginaba mi verano desperdiciado.

Se llama Vida con v de verde, consiste en vivir un mes en una cabaña con tus compañeros de universidad para vivir al natural y aprender a convivir con la naturaleza. El profesor encargado estaba loco, sin celular, sin computadoras, sin luz eléctrica. Y yo que paso todo el día con mi iPhone, ¿cómo voy a entretenerme?

—¿El proyecto cuyo nombre fue inventado por el mismo que traduce los títulos de inglés a castellano?—Mi amiga cuestionó ladeando la cabeza y haciendo referencia a las malas traducciones de los nombre de películas como "A todo gas" y "Un canguro superduro".

—No creo que sea el mismo pero podrían ser parientes, repíteme de nuevo el nombre.

—Vida con V de verde—mascullé sin ganas.

Mis amigos comenzaron a reír sin parar, traté de parecer serio y mostrar madurez. Pero segundos después me uní a ellos. Las pocas personas que habían alrededor nos miraron con el ceño fruncido o con curiosidad.

—Que vergüenza con v de verde.

—Verdaderamente con v de verde.

—Ya se arruinó mi verano con v de verde.

—Vamos Lou, estoy segura de que te divertirás, encontrarás un Alfa o un Omega (no sé que te vaya la verdad) su amor florecerá, se casaran y tendrán muchos hijos—dijo Melinda.

—¿Por qué tienes que ir? Yo estudio biología y no estoy obligado a asistir—preguntó Cory ignorando a la chica latina.

—Porque tengo beca. Y no pienso perderla.

—Qué tontería, pudimos haber hecho pijamadas, visto yaoi, ido a nadar...—comenzó a enumerar la omega.

—Comienzo a reconsiderar el viaje. Lo único malo será la falta de internet.

—Yo puedo prestarte libros si quieres—me apoya el Beta.

—Gracias. Pero con los míos tengo suficiente—rechacé amable su propuesta sabiendo que me daría la Biblia y otros libros religiosos.

—Tienes qué divertirte, pero también cuidarte Lou, no querría que una manada de lobos gigantes y hambrientos te comiera o que te picará una araña venenosa. ¿Lo prometes?—ella me ofreció su meñique para sellar la promesa.

—Claro, a parte de que me coman los lobos ¿qué es lo peor que puede pasar?

For your eyes onlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora