I

1.2K 31 7
                                    

Felicidades. Después de todo sigo acordándome de los cumpleaños de la gente que de verdad me importa, tanto que llego a felicitarlas unas horas antes de las 00... Solo quería aprovechar esta oportunidad para escribir todo lo que he estado guardando dentro durante tantos meses.

Quisiera darte las gracias por todos estos años a tu lado, grandes momentos es lo que te hace ser una persona única. Y, aunque no sé realmente que sucedió para que dejásemos de hablarnos, me gustaría decirte que tú todavía sigues siendo muy importante para mí y que desearía que todo volviera a ser como antes. Deseo que todo vuelva a ser como antes; que confíes en mí como cuando éramos tan solo unos críos.

Mucha gente piensa que vivo de recuerdos y en cierto modo creo que es cierto. Despierto cada mañana con la esperanza de que me digas algo, que mi prima me mande un mensaje o que mi abuela tenga el coraje de llamar. Sé que soy muy orgullosa, algo ambiciosa y de sobras que puedo resultar ser una persona un tanto agobiante, pero, si hay algo que no soporto, es que me dejen sin saber el por qué. Necesito encontrar alguna explicación lógica. Ya han pasado siete meses desde que nos dejamos de hablar, ¿sabes? Y sigue doliendo tanto no poder contarte nada como el mismo día que supe que no querías saber nada de mí. Y por mucho que intente convencerme de que la vida sigue y no se detiene por nadie, sé perfectamente que la huella que has dejado en mí nadie la podrá borrar. Es irónico, ¿no crees? Utilizar tu frase para este texto, confesión, carta, felicitación... como quieras llamarlo.

No sé si realmente llegarás a leer esto, quizá cuando acabe la rompa o tal vez la queme. Solo espero que después de sincerarme el dolor que he sentido estos siete meses no se quede tan dentro, que salga desgarrándome el pecho, que se manifieste en llantos pero que al cabo de unos minutos, horas y hasta incluso un par de días, toda esta angustia que he sentido todo este tiempo desaparezca. Al menos que ya no sienta todo esto con tanta intensidad porque, sinceramente, es un asco estar tanto tiempo sintiendo un vacío dentro de ti y no saber qué hacer. Si tú supieras la de lágrimas que he derramado por ti...

Recuerdo cuando nos conocimos hace ya casi nueve años y has sido una persona que, como ya sabes, me has marcado. Todo empezó con un simple "Hola" que llevó a un "¿Cómo te llamas?" y así hasta conocernos. "Soy Max, ¿y tú?" y yo respondí: "Madison". Fue uno de los mejores años de mi vida dado que conocí a gente maravillosa. Hablábamos continuamente, reíamos, comentábamos lo loca que estaba la gente que nos rodeaba etc... Pronto nos convertimos en inseparables. Cuando llegó la hora de hacer la carta de Navidad pedí, además de muchas otras cosas, que siempre fuésemos amigos.
Todo iba genial, los años pasaban pero las risas y los buenos momentos nunca se olvidaban. De pequeños momentos se han hecho grandes recuerdos.

Podíamos pasar horas y horas hablando. Dejé de verte como a un amigo y te veo como a un hermano pequeño. Nos lo contábamos absolutamente todo y las cosas iban perfectamente entre nosotros.
A la hora de la verdad, cuando lo pasé por un tiempo muy mal, fuiste una de las pocas personas que realmente que supo valorarme y estar a mi lado, defendiéndome de la gente. Me has apoyado en todos mis errores y me has tendido un hombro en el que llorar. Después de todo éramos mejores amigos y los amigos, se supone, que están en las buenas y en las malas. Se alegran por tus victorias, te tienden levantan en tus derrotas.
Cuando todo se normalizó y las aguas volvieron a su cauce, empezamos una nueva etapa, la adolescencia y el inicio de la secundaria. Una vez ya en el instituto nos separaron de clase y si soy franca me afectó las primeras semanas. ¡No tenerte a mi lado! ¡Qué disparate! No nos importó, en las horas de patio hablábamos y a la hora de la salida también. Pasábamos tardes hablando por teléfono (WhatsApp) y Facebook. El curso de primero de secundaria fue bien.
Finalmente el 9 de enero de 2015 cumplimos un año oficial de 09 y realmente esperaba que durase por muchos otros más. Una semana más tarde me acerqué a ti a la hora del patio, como cada día, y me ignoraste. Intenté entender por qué estabas tan frío y solo me respondías con monosílabos. Por la tarde, te quise enviar un mensaje pero me había bloqueado. Eso me dolió más que nada pero, orgullosa que era, también te bloqueé. Fue nuestra primera pelea en tantos años y no esperaba que me afectase así. Hasta día de hoy sigo sin saber tus motivos (aunque será que no le he preguntado miles de veces...) pero lo tengo claro; cabeza bien alta y a seguir para adelante.

Pero por mucho que escriba eso sé que realmente no soy capaz de hacerlo. ¡Te necesito! Cada vez que recuerdo del 12 de septiembre del 2007 me saca una estúpida sonrisa pero luego, muy a mi pesar, me doy cuenta de que esos pequeños detalles solo suelen importarme a mí y ya está. Memorizar fechas solo se me da bien para las personas que me importan y que sé que lo daría todo por ellas. Me sacaste de tu vida. ¡Lo has hecho! Cada vez que pienso en ello, siento como se me oprime el pecho primero lentamente hasta que finalmente suplico que sea rápido y acabar ya con todo este dolor que tú has dejado en mí.

Si tan solo discutiésemos, aunque me partiría el alma, una parte de mí se alegraría porque al menos podría hablarte y tú me responderías. He sentido como has llenado mi vida, pero también he sentido como tan solo era un capítulo más. Me gustaría que fuese mi prólogo y mi epílogo, sí, realmente lo deseo.

Si lees esta carta, que lo dudo, sólo quiero que te acuerdes de mí dentro de unos años y empieces a recordar de que fui parte de ti y todo lo que llegamos a ser. Espero que te acuerdes de mí, cuando te choques con alguien por la calle, y sin querer, esperes que sea yo y te decepciones al darte cuenta que no, que no estoy ahí para chocarme contigo... Que te acuerdes por las mañanas y por las noches y en invierno y en primavera, ya que el verano y el otoño, son más fáciles de aguantar. Me gustaría que sintieras lo mismo que he sentido yo estos siete malditos meses que han estado comiéndome por dentro poco a poco hasta dejar un corazón vacío.

Sé que esto no sirve de nada por que cabe la posibilidad de que la queme pero si por alguna extraña razón este papel escrito con mi puño y letra llegar a tus manos, quiero que sepas que algo dentro de mí pide a gritos que lo deje ir. No sé si me echas de menos, o si te da lo mismo, tal vez incluso lo agradezcas... Me siento estúpida escribiendo esto, pero aun así quiero que sepas que después de todo te sigo queriendo como una persona puede llegar a querer a su mejor amigo, hermano, a su punto fuerte. Te echo de menos. No tú presencia, aunque también, si no esas tardes que hemos pasado juntos, las horas de patio y de clase ignorando a los profesores que nos mandaban a callar continuamente... Añoro el no saber que estás conmigo y que puedo contar contigo siempre. Me has abandonado dejándome a mi suerte con un puñado de ineptos en el instituto que no saben ni escribir su nombre en minúscula. Utilizan mal la "hache" y si te digo la de estupideces que escriben confundiendo la "be" con la "uve" alucinarías... Tal vez pienses que todo esto ha sido fácil para mí pero créeme que no lo ha sido. ¿Sabes la de veces que he soñado con que volvías a hablarme? ¿Sabes lo que duele despertar y que no sea cierto? Siete malditos meses esperando y nada...

Hay veces en las que quisiera hablar mal de ti pero... ¡no puedo! No puedo porque durante muchísimos años has sido la persona más importante para mí. Me has demostrado tantas cosas pero creo, permíteme escribir, que pocas de ellas las sentías de verdad. Quisiera odiarte, enserio, pero es complicado... Soy incapaz de odiar a alguien que lo significa todo para mí.

Pensé en escribir sobre nosotros, nuestras aventuras, descubrimientos de anatomía, algunos recuerdos divertidos... No sé, pero ahora mismo, hoy, 31 de julio, media hora antes de tu cumpleaños, solo se me ocurre escribir una carta que sé que nunca te llegará.

Nunca he sabido como a los seis años llegamos a querernos tanto para llegar a hacernos tanto daño. ¡Eras mi mejor amigo, mi hermano! ¿Qué diablos ha sucedido para que llegásemos a estas alturas? No tienes idea de cómo me siento ahora mismo. Rabia por no tener unas malditas respuestas, ira por el mero hecho de que no quieras saber nada de mí, tristeza por saber que no quieres que forme parte de tu vida pero en el fondo de mi corazón hay una pequeña parte de que se alegra de que al menos uno de los dos sea feliz. Pero tengo un problema... yo suelo querer más de lo que debo y te quiero a mi lado. Dicen que el mejor calmante es un abrazo, me han dado muchos durante estos interminables siete meses pero el único que necesito es el tuyo. Aunque sé que nunca entenderás la razón de mis lágrimas.

A estas alturas ya sé lo que voy a hacer, coger el mechero azul que hay en la cocina (al lado de los fogones), encenderlo y... acercar la llama a esta hoja que habré hecho una bola antes y dejar que el dolor, angustia y hasta incluso algo de rencor, se libere.

Cuando llores por la despedida que nunca tuvimos, si lo haces (que lo dudo), quiero que sepas que has sido tú quién me ha dejado ir. ¿Recuerdas la promesa de que quería estar siempre contigo, a tu lado? Me hubiese gustado cumplirla.

Adiós amigo, hola desconocido.

MEJOR AMIGOWhere stories live. Discover now