¿Cuántas veces he pasado por este camino?, simplemente, ¿Cuántas veces te he soportado?, ¿Cuánto, cuanto más?, ¿Cuándo te irás? Te hablo a ti. Me has hecho derramar lágrimas y ningún consuelo llega, te hablo a ti que has sido cruel conmigo y aun así me lo sigues recalcando.
Eres tú el que viene todas las mañanas, tardes y noches a visitarme… Pues si… soy prisionera de mi propio pasado. Es el que me sujeta y me envuelve en su órbita. Que jamás me deja salir y cuando logro hacerlo, lagrimas caen al suelo.
Yo… si tan solo tuviera un deseo que me dejasen cumplir seria olvidar y seguir viviendo, pero se me hace tan difícil que no solo basta con decirte que estoy bien para no llamar la atención. No basta con evitar derramar lágrimas de dolor, no, no basta con tan solo pensar lo indebido y lo que está mal… de algo soy consiente soy prisionera de mi misma.
Uno, no vive para ser infeliz y los que lo son se quitan la vida. Desgraciadamente esos tipos de pensamientos son los que rondan en mi mente, y para mi pesar he tratado de ejecutarlos así como también, sacarlos de mi cabeza y de mi vida, pero, así como pienso en el pasado constantemente, también en ellos…
La mente humana, una herramienta para crear e impulsar para muchos, un arma para matar y acabar sacando lagrimas a otros.
