C A P Í T U L O: O3.

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— Perdón. —sonreí — ¡Crystal vamos!

A los pocos segundos escucho los saltos de mi pequeña hija con su mochila, ahora de un elefante rosado, que combina con ella.

— Has quedado hermosa.

— Y si Mami, mira si conozco a mi Príncipe Azul, aunque el azul no me gusta — frunció su ceño — mejor que sea rosa.

Rosie y yo soltamos una carcajada ante la imaginación de mi pequeña, sin duda la había heredado de mi.

Crys acomodó su vestido de color rosa bebé, combinada con sus Converse blancas. Acomodó su cabello castaño claro para luego salir del departamento con nosotras por detrás.

El parque no quedaba muy lejos, es más estaba a tan sólo dos cuadras del departamento, un pequeño parque con algunos juegos para niños, césped bien cuidado y grandes árboles que ofrecían la sombra suficiente.

— Amor, no te vayas muy lejos.

Crystal corrió hacia los juegos mientras Rosie y yo nos colocamos debajo de un gran árbol encima de una manta.

Saqué dos sodas y le tire una a mi prima mientas ésta estaba embobada con su celular.

— ¡Hey!

— Deja a Elio en paz, pobre chico, aún no sé cómo está contigo.

— Y yo ahora entiendo por qué estas soltera, eres insoportable.

— Has herido mis sentimientos...

— Jódete. — me sacó la lengua y luego sonrío.

— Muy madura...

La tarde pasó entre risas al ver como las caderas de Rosie no entraban en las hamacas para niños y se quedaba atascada, hizo que Crystal y yo lloráramos de la risa, mientras Rosie de la desesperación.

Pero el karma vino por mí, termine pisando caca de perro y el resto del día tuve que andar descalza por el parque.

— ¡Auch!

En cuestión de segundos me encontraba derribada en césped y con un peso encima de mí lamiendo mi cara.

— ¡Kogu! ¡Ven aquí!

Abro mis ojos insegura de lo que pueda encontrarme y al abrirlos me encuentro con un Gran Danés de color marrón oscuro.

Acaricio su rostro con mi mano y suelto una carcajada al ver que me hace cosquillas con su enorme lengua.

— Joder Kogu...

Vuelvo a cerrar mis ojos y segundos después ya no siento el peso del perro encima mío... pero si la pesada mierda de alguien.

— Permítame ayudarla.

Su voz es... perfecta.

Abro mis ojos aún asustada por lo que ahora pueda llegar a encontrar, mi corazón se acelera y en mi campo de visión lo primero que logro ver son unas fuertes manos extendidas en frente mío.

Subo la vista y sus ojos celestes me traspasan, siento como mis mejillas arden y mi pulso se vuelve más acelerado al recordad a aquel hombre.

El sexy hombre de club...

El "destino" lo había colocado en frente mío una vez más y está vez era mucho más hermoso de lo que había podido llegar a ver.

Con una musculosa blanca que se pegaba a su fuerte cuerpo y unos pantalones deportivos negros, su pelo revuelto y con algunas gotas de transpiración en su frente.

— Gracias...

Tomé su mano y un vuelco en mi estómago me dejó sin aire y más cuando una media sonrisa pareció en su rostro.

— Perdone por eso, Kogu es algo... activo. — le dio una mirada a su perro que se encontraba amarrado a la corre roja que llevaba en su otra mano.

— No pasa nada. — sonreí.

— Me nombre es Kade Campbell. — sonrío de manera completa dejando ver sus perfectos y alineados dientes.

— Sasha Brown. — sonreí.

— Fue un placer Sasha. — soltó mi mano que hasta ese momento estaba entrelazada con la suya.

Mi rostro de sonrojo violentamente haciendo que la sonrisa de aquel apuesto hombre aumentara aún más.

— Lo mismo digo...

Cuando pienso que se estaba por ir, da un paso al frente y se acerca a mi oído.

— Nos volveremos a ver. — susurra dejando un beso en la comisura se mis labios. 

Ella, Mi Dama De Compañía. |Pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora