Capítulo 17.

138 11 8
                                    

Noa.

Una gota de agua cae en mi mejilla y después comienzan a ser más contantes.

Estoy enojada, quiero matarlo, solo llego a destruir mi vida o a acabar con la porqueria que queda de ella.

No puedo negar que lo amo, que cuando lo miré parado frente a mi quise besarlo hasta cansarme, quise hacer todo lo que no pude esos diez meses que se fue de mi lado.

Tengo puesta su camisa, porque me recuerda al verdadero Evan, al amor de mi vida, al que me abrazo cuando mi madre ya no estaba, quien me declaro su amor y que me quería tal cual era, amo esta camisa tanto como amo los recuerdos que me trae su olor.

Sueno como una completa idiota sufrida, pero, no voy a dejar de recordarselo, no le creo del todo y sí demuestro mis sentimientos me voy a ver como la chica que le perdona todo por que lo quiere, no quiero, tengo que, que...

Tratar de olvidarlo.

--Noa, amor--.Lo señalo con el dedo y con mi otra mano me limpio las lágrimas.--¡No me llames así!, ¡dejame sola ya te lo dije, quiero a Aurora, tu solo quieres acabar conmigo!

La lluvia cae sobre nosotros poco a poco y Evan me toma por el brazo.

--Entra al auto, tenemos que irnos, te vas a resfriar.

¿Por que carajos no deja de ser tan lindo?, quiero odiarlo, pero, me es imposible, amo cada maldita cosa que venga de el.

--Yo no me muevo de aquí--.Toma la sudadera que tiene puesta y la coloca en mis hombros.--No quiero que te enfermes, sube al auto--.Con una delicadeza que apenas y puedo describir toma mi cintura, hace que nuestras caderas choquen.

--Eres la mujer más hermosa en todo el universo Noa James, con tus arrebatos, cambios de humor y tu odio...Te amo.

Era el claro ejemplo de la destrucción, mi destrucción, estaba conciente de lo que su respiración le causaba a la mía, sabía que con el hecho de que yo mirará sus ojos color avellana me tenía a sus pies, lo supo desde el momento en el que lo miré en ese supermercado, ahora me doy cuenta de que nunca demostro que no me amaba ya que cuando yo me acercaba, sabía, sabíamos que estabamos locos el uno por el otro, ninguno lo entendía pero nos encantaba.

--Q-quiero q-que sepas que esto no cambia nada, solo son palabras--.Se me quiebra la voz, no puedo evitarlo,mis lágrimas sesan pero la lluvia no.
--Busquemos a Aurora.

Me aparto y subo al auto, puedo notar facilmente que esta más que confundido.Enciende el auto y la calefacción lo tibio de su sudadera y el auto hace que me quede dormida.

_*_

Siento como unas manos me agitan para que despierte, abro los ojos y Evan esta frente a mi.

--Perdón por despertarte, pero no te puedo dejarte en el auto.

Mi ceño se frunce al ver un barrio fantasma, unos chicos bebiendo en una banqueta y unas chicas que parecen prostitutas en la esquina de la acera, las casas están algo viejas y descuidadas, las calles tienen baches y hay uno que otro negocio cerrado, la lluvia solo hace que el vecindario se vea aún más triste.

Estamos frente a una casa rosa despintada y con una ventana algo rota.

--Fuimos a tu trabajo mientras dormias y pregunte por ella, me dijerón que se quedaba aquí, ven baja--.Toma mi mano, cierra la puerta del auto y me conduce a la puerta.

Toco, la perilla y esta se mueve.

--¡Pelirroja!--.No espero ni un minuto y le doy un abrazo--.¿Que haces aquí?

El chico de la camiseta blanca.Where stories live. Discover now