-Kate me pidió que te invitara a almorzar con nosotros. - susurro mirando hacia el frente.

Hice una mueca. Realmente no tenia ni ganas de hablarle y tendría que aceptar sentarme con... ellos en la cafetería.

-claro...- susurre mientras seguía escribiendo.

Primero, mi madre encuentra un "buen hombre", segundo, tengo que sentarme al lado de Charles, y tercero, tengo que compartir con el y sus amiguitos en la cafetería. Perfecto. Bonito, Lindo, ¡HERMOSO!

(...)

-y cuenta nos. Por que te mudaste a "la gran ciudad de Colorado, Denver"- hizo Charles como si presentara algo frente mi.

-Mhm... hace unos meses murió mi padre. Y mi madre quería cambiar los aires. Por eso...- mire mi almuerzo. Un rico pedazo de chuleta descansaba frente a mis ojos. Partí un trozo y lo metí a mi boca. Un manjar, sin dudas.

-lo sentimos. - rompió el silencio que se había formado Kate.

-oh, tranquilos, no importa. - sonreí mientras ladeaba mi cabeza. -ya lo supere. - dije restando le importancia.

-bueno. Cambiando, ¿irán a la fiesta de Jenn?- hablo uno de los chicos. Todos asintieron y me miraron expectantes.

-ni lo piensen. - me cruce de brazos apoyándome en el respaldo de la silla. - no me gustan las fiestas.

-¡vamos!, será divertido. - me codeo Kate. Negué y tome un poco de agua.

-ya dije que no. - negué nuevamente mientras observaba a mi alrededor. Todos comían y otros simplemente conversaban. Hasta que me fije en una mesa algo alejada, que habían tres chicos. Comían en silencio y traían puesto el gorro de sus chaquetas. -¿Quiénes son?

Interrumpí el discurso de Kate de las mil razones para asistir a la fiesta de esa tal Jenn.

-No tienen importancia. - Dijo Charles mientras se acomodaba su cabello.

-uy.... Les echaste ojo- dijo Kate picara.

- ni siquiera se sus nombres.- La mire mal. Ella rodeo los ojos y se acomodo quedando mas cerca mio.

-el. - señalo al de poleron negro. - es Evan Fotsis. Se mudo aquí hace un año, sus padres murieron en un accidente. Bastante trágico para ser verdad. - unos mechones rubios escapaban del poleron.

-mhm...- asentí dando a que prosiga.

-el de su lado, es Derek Lehner. Es un dios griego...- susurro como una enamorada. Vaya mujer...- demasiado lindo para ser verdad. Y el de poleron negro, es Edik Jacob. El Ruso. El, al igual que tu es de intercambio. Dicen que estuvo en la cárcel, ¡tres veces!- susurro como si de un secreto se tratase.

-¿terminaron?- pregunto Charles aburrido. Solo quedamos los tres en la mesa.

-siempre tan molesto. - se cruzo de brazos mientras bufaba. Kate tomo mi brazo y su cartera. -ven, ya van a empezar las clases.

Juntas fuimos hasta la siguiente clase, nada mas que Naturales. Me senté en mi puesto despidiéndome de Kate mientras acomodaba mi cuaderno y mis lápices. Minutos después llego Charles.

-oye. Ayer partimos con el pie izquierdo. - Asentí sin despegar la vista de la ventana. -y.. que tal si nos presentamos de nuevo?

Lo mire y se rascaba la nuca. Me encogí de hombros y le ofrecí mi mano. El la tomo dudoso.

-mi nombre es Leah. - sonreí de lado.

-el mío es Charles, pero dime Char. - asentí y volví mi atención a la pizarra. En donde la profesora comenzó a escribir sin parar.

Aquí vamos.

(...)

Comencé a correr hasta llegar al lago, para luego desplomarme en el suelo. Después del colegio, vine al bosque sin molestarme en pasar a mi casa, solo vine, me saque la ropa y la deje junto a mi mochila en los mismo arbustos de ayer.

Comencé a sentirme observada, hasta que vi una espesa melena negra entre los arboles. Lo que me hizo sonreír por dentro.

Me acerque hasta quedar a 2 metros de distancia, y me eche en el suelo. El lobo se acerco y me olio para luego ir al lago y echarse ahí. Bien, esto ya es un avance, contando el hecho de que ayer, nos intentábamos matar.

El silencio fue interrumpido por un gruñido. Ambos alzamos la cabeza para ver a una loba café, que gruñía en mi dirección. Fruncí el ceño al ver como se me acercaba, a lo que el lobo gruño desde su posición. La loba lo miro con mas furia y se siguió aproximando.

Me levante con calma y la enfrente. Ella se quedo petrificada viendo mi tamaño, pero se siguió acercando. Comencé a gruñir, pero un pelaje se puso delante de mi. Gruñendo de una forma sobrenatural, espantando a la loba, pero esta siguió gruñendo.

Era el lobo, el me estaba defendiendo. La verdad, no me desagrada la idea, pero yo si se defenderme sola.

Me puse al lado de el y gruñí poniendo me en forma de ataque. La loba se me tiro. Vaya, parece una perra en celo.

La tome del cuello y la tire sobre un árbol. La loba comenzó a quejarse pero igual se intento abalanzarse sobre mi. Pero le di una patada que la hizo volar a unos cuantos metros de mi.

Le di una ultima mirada al lobo negro, y me fui. Mi madre no tardaría en llegar.


Kate en Multimedia.

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