Recuerda Que No Estás Solo

Start from the beginning
                                    

Regresamos caminando, tomados de las manos y de vez en cuando te robo un beso. Estoy feliz, ya quiero saber cuál es la sorpresa pero no me das ni una pista. Atravesamos el parque y nos detenemos para ver a las familias, suspiro decepcionado y me sonríes. Después de varios minutos decidimos que es hora de regresar a casa. Seguimos caminado y por un momento sostienes mi mano con fuerza y después la sueltas. Escucho un sonido extraño y al voltear te encuentro en el suelo. No hablas... no te mueves... nada.

-------

— El accidente que sufrió hace unas semanas ha tenido consecuencias que no se notaron hasta ahora — Habla el médico con prudencia — Estamos haciendo lo que podemos, pero... — Se detiene y desvía su mirada

— Cuánto — Pregunto

— No pudimos detectarlo a tiempo y avanza rápidamente, pero con los medicamentos que...

— ¡Cuánto! — Grito, lo sujeto de su ropa y lo empujo a la pared — El doctor suspira y habla sin rodeos

— Días... semanas a lo mucho — No digo nada y lentamente lo suelto — Lo siento mucho

Entro a la habitación del hospital y te encuentro leyendo. Te percatas de mi presencia, dejas el libro y volteas a verme, tu mirada se muestra tranquila y me sonríes delicadamente mientras extiendes tu mano hacia mí.

— Lo siento — Es lo primero que dices — Te he dado un buen susto ¿Verdad?

— Akaashi — Me acerco y tomo tu mano. Estoy temblando y no me atrevo a mirarte a los ojos. No quiero decírtelo pero debo hacerlo — Yo...

— Estoy muriendo ¿Verdad? — hablas con suavidad

Escucharte decir esas palabras de una manera calmada me alertan. Te miro a los ojos y no entiendo cómo puedes estar tan tranquilo. Quiero responder pero no logro sacar palabra alguna.

— Debes aprender a cocinar Bokuto-san y tienes que alimentarte bien — me dices con clama — Recuerda separar la ropa cuando la laves, en la cocina hay una lista con los teléfonos de emergencia y también están las direcciones de las tiendas donde normalmente hago las compras, hay que paga...

— Basta — Digo seriamente y te detienes

— Es necesario que sepas...

— ¡Claro que no! ¡No lo necesito porqué te tengo a ti!

— Bokuto-san

— ¡No quiero escucharte decir...

— Escucha Bokuto — Me callas y tu mirada se relaja — Estarás bien, podrás superarlo. Siempre lo haces.

— No digas tonterías — Te regaño — Lo hago porqué siempre estás conmigo, pero... pero... — mi voz se quiebra, mis ojos se humedecen, desvío la mirada y no puedo soportarlo más — ¡Cómo quieres que supere esto si no estarás a mi lado! — Intento ser fuerte, pero mis ojos me traiciona, comienzo a llorar y me aferro a tu mano con fuerza — ¡No quiero perderte. Te amo y necesito que estés a mi lado! ¡N quiero que...

— ¡Kōtarō! — Gritas. Me sorprendo y al mirarte te encuentro temblando, tu mano se aferran a las sábanas y tus ojos húmedos delatan tus verdaderos sentimientos.

Me siento muy estúpido. Has intentado ser fuerte todo este tiempo, pero tenía que arruinarlo. La tranquilidad y seriedad que reflejabas eran la máscara que ocultaba tu miedo y tristeza. El temor irradiado en tus ojos hacen que mi cuerpo se mueva y te envuelvo con mis brazos. Por primera vez te veo indefenso. Tus dedos se hunden en mi espalda, escondes tu cabeza en mi pecho y comienzas a llorar. Acaricio tu espalda con delicadeza y juego con tu cabello negro mientras suspiro el aroma natural que desprende tu cuerpo. Los papeles se han invertido: Ahora eres tú quien llora y yo quien te consuela.

Recuerda Que No Estás soloWhere stories live. Discover now