Recuerda Que No Estás Solo

1.9K 254 135
                                    


Cuando te vi por primera vez, entrando al gimnasio, con tu solicitud al club en mano, me paralicé por completo. Tu cabello negro, tus finos ojos y tu mirada tranquila me sorprendieron tanto que dejé de pensar y el balón me pegó en el rostro. Ese día el entrenador me regañó, mis compañeros se burlaron y la enfermera me sermoneó, pero nada de eso importó porque nos conocimos. Desde entonces fuimos inseparables.

En tercero, mi declaración fue espectacular, te dije mis sentimientos con seriedad, estuve perfecto... O eso pensé yo. En realidad fui torpe y descuidado, mi nerviosismo me impidió hablar claramente, había momentos en los que gritaba y en otros susurraba. Ni siquiera recuerdo porque empecé a hablar sobre la vida en la sabana. Al darme cuenta me avergoncé. Era imposible que me entendieras, pero me tomaste de las manos, besaste mi mejilla y un "También me gustas, Bokuto-san" salió de tus labios. Y esa noche, en la que nuestros cuerpos se fundieron. Nos volvimos uno, y ya no éramos tú y yo, sino nosotros.

Juntos... siempre juntos desde entonces: En la universidad, en las prácticas, los torneos. Cuando Kuroo y Tsukki se casaron un año después de nosotros, cuando adoptaron a su pequeña y estuve semanas insistiéndote en hacer lo mismo. Viajando, trabajando, amando nuestra compañía, disfrutando de un amor que nunca se apagaba... Los mejores años de mi... no... de nuestra vida.

Al llegar siempre encontraba la casa limpia y la comida hecha. Y verte en el estudio, concentrado en tu trabajo me llenaba de felicidad y satisfacción. Cada vez que veía tu nombre en mi teléfono me emocionaba, y aunque casi siempre me hablabas por cosas que faltaban en la casa, escucharte decir "Te amo" al final de la llamada me ponía feliz. Por eso, ver tu nombre por segunda vez aquella tarde me alegro. Contesté con voz melosa, diciendo que era extraño que hablaras más de una vez y que tal vez me extrañabas, pero quien contestó no fuiste tú. Me alarmé. Pregunte con voz seria quién era. Al escuchar las palabras "doctor" y "hospital" mi corazón se detuvo.

— ¡AKAASHI! — Grité desesperado mientras azoté la puerta y entré a toda prisa a la habitación. Me regañó una enfermera a la que le hice poco caso. Mis ojos se posaron en ti: sobre una cama, con vendas en los brazos y la cabeza. Corrí y te abrazo con fuerza

— Tranquilo Bokuto-san — Intentaste calmarme — Sólo fue un pequeño incidente

— ¡¿UN PEQUEÑO INCIDENTE?! — Volví A gritar y la misma enfermera me volvió a regañar — ¡Tuviste un accidente en el transporte!

— Pero estoy bien, Sólo me lleve unos pequeños raspones

— ¿De verdad? ¿No me mientes? — Pregunté alarmado

— No te estoy mintiendo Bokuto-san. Nadie sufrió heridas graves en el accidente

— ¡Entonces porque estás en cama! — De nuevo grité y la enfermera comienzó a enojarse

— Sólo estoy descansando

— Júralo

Suspiras — Lo juro

— ¡AKAASHI! — volví a gritar pero esta vez de felicidad, te abrazo con más fuerza y mi corazón se tranquiliza. La enfermera no puede más y nos regaña a ambos. Te disculpas por las molestias que estoy causando mientras me consuelas de nuevo.

Los días siguientes estuve al pendiente de ti. No te dejaba salir de la cama, te hacía de comer y te llevaba en brazos cuando querías ir a algún lado de la casa. Quise seguir así unos días más pero me dijiste que estabas bien y que no era necesaria tanta atención. A la mala accedí a dejarte en paz y nuestra rutina volvió a la normalidad.

Las siguientes semanas parecías más ocupado. Te notaba cansado y distraído. Comenzaste a recibir más llamadas de lo habitual y varias veces no te encontré en casa. Me preocupé, comencé a sentir que te distanciabas poco a poco y pensé que ya no me amabas. Dijiste que no me preocupara, que se había complicado el trabajo pero que pronto pasaría. Y así fue... Una tarde cuando salía del trabajo, noté que me buscabas y cuando nuestros ojos se encontraron, tu rostro se ilumino, dijiste mi nombre y me abrazaste. La felicidad que irradiabas se mostraba en tu voz, tus besos y tus caricias. Me quedé sorprendido. Te pregunte qué había pasado, volviste a darme un beso y dijiste que por el momento era un secreto. Que fuera paciente.

Recuerda Que No Estás soloTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang