-¿Cómo está hoy señora Sangster? - Preguntó Jules con educación.
-Estaba bien - Ironizó.
-Y ahora ¿Cómo se encuentra? - Replicó Jules confundido.
-No te importa - Cerró yéndose del lugar.
Sarah miró a su novio haciendo un mohín en forma de disculpa por la mala actitud de la vieja Gertrude.
-Perdonala, ha estado así en los últimos días - Dijo Sarah.
-Esta bien, siempre he sabido que tu madre me detesta - Se rió.
Asintió y todos entraron al eatablecimiento, los seguí. La misa transcurrió aburrida, no entendía que estaba haciendo acá. Finalmente luego de al menos dos horas, terminó.
-Sarah ven acá - Llamó Gertrude.
- Espera un momento - Se dirigió a su novio.
Caminó hasta donde estaba su madre y la seguí hasta ahí. Su madre lucía totalmente enfadada, Sarah frunció el ceño al ver el rostro de Gertrude.
-¿Sí?
-Tengo que contarte algo - Declaró.
-Dilo entonces - Replicó Sarah a secas.
-Jules te engaña - Soltó.
-Estás loca - Se volteó rodando los ojos dispuesta a irse.
-No. Escuchame - Gertrude la tomó del brazo bruscamente.
-¿Qué mierda quieres? - Regresó totalmente molesta.
-Jules te engaña - Repitió - Ayer que regresaba del trabajo, lo vi detrás de la panadería West con Ashley, la hija de Lyndara - Fijó.
-¿Qué? - Sarah palideció - No. Estás mintiendo - Se negó rápidamente.
-¿Viste esa marca rojiza en su cuello? - Inquirió.
-Si - Asintió.
-¿Que crees que fueron? ¿Murcielagos? No seas estúpida Sarah - Rodó los ojos.
La miró con frildad y se fue dejándola ahí parada. Su madre y el pequeño Timmie se subieron a la vieja camioneta y se perdieron en el camino empolvado. Sarah fue directamente hasta Jules y plantó un fuerte manotazo en su mejilla derecha.
-Eres un imbécil - Rabió.
-¿Que te sucede? - Sobó su mejilla.
-Me engañaste.
-¿Quién te dijo eso? - Su voz tembló.
-¿Entonces es cierto? - Sarah se cruzó de brazos. - Me has engañado.
-Y-yo...Puedo explicarlo - Se excusó.
-No quiero tus malditas explicaciones Jules, desde este momento tú ya no eres nada para mí. -Se dió la vuelta dispuesta a marcharse.
-Eres una estúpida, estoy orgulloso de haber dormido con Ashley anoche, no sabes lo bien que la pasamos.
Sarah volvió hacia donde su ya ex novio se encontraba y soltó una fuerte y dolorosa patada en sus testículos. Jules por acto cayó al piso retorciéndose de dolor.
-Dale mis saludos a Ashley ¿vale? - Se inclinó sobre él.
-Puta - Susurró Jules.
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Seis Segundos
HorrorTienes seis segundos para vivir, las reglas son sencillas: -No llores si te toca. -No grites si lo ves. -No juegues con él. Pero lo más importante de todo: Nunca expliques cómo es.
Epílogo
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