Capítulo 1

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— Francisco, compartenos tu experiencia
Francisco se paró de su asiento
— Bueno, pues como ya lo saben, mi nombre es Francisco, tengo cuarenta y cinco años y soy alcohólico, el alcoholismo ha dañado gran parte de mi vida, o mejor dicho, ha arruinado mi vida entera, perdí a mis hijos, a mi esposa, perdí todo lo que era importante para mí gracias al alcohol, y por eso, por eso es que estoy aquí, quiero iniciar una nueva vida, volver a comenzar, y no estoy aquí para salir y recuperar todo lo que perdí, sé que ya hice daño y lamentablemente ya no podré recuperarlo pero tan sólo quiero arreglarlo, tratar de sanar todas esas heridas y que mi familia me perdone
— Muchas gracias Francisco, José, es tu turno
Me puse de pie para hablar
— Bueno pues, mi nombre es José Miguel, pero prefiero que me llamen solamente Jos, tengo diecinueve años y... — suspiré — soy alcohólico, pues muchos creerán que a mi corta edad y con el alcohol, no tengo que perder, pensarán que soy un simple adolescente que aún depende de su madre y se la vive de fiesta en fiesta bebiendo como todo un maniático, y si piensan eso... Pues no se equivocan, ese fue mi pasado, mi madre me trajo aquí, ella y mis amigos me apoyan en esto, creen que es lo mejor para mí y supongo que así lo es, ahora piensan "este chico no tiene nada por lo cual preocuparse, ni ha perdido nada", pero temo decirles señores, que se equivocan, perdí lo más valioso que pude haber tenido en esta vida. Mi problema de alcoholismo había casi desaparecido gracias... Gracias a ella, ahora pensarán "¿Qué sabe un chiquillo alcohólico de diecinueve años sobre el amor? ", pueden pensar lo que quieran pero..." Nunca pensé que me fuera a enamorar de esa manera, y menos de una chica así ahora que la he perdido no sé qué será de mí, necesito sus besos, sus abrazos, su sonrisa, sus ojos... ella es mi todo es eternamente mi razón para vivir y yo LA AMO a pesar de todo lo que ha sucedido y se haya convertido en una verdadera idiota, ella es mi idiota y nada ni nadie podrá borrar lo que siento por ella" — me di cuenta que había alargado mi discurso demasiado — bueno, creo que ya me salí demasiado del tema así que — me senté de nuevo — es todo
— Bien, gracias por compartirnos tu vivencia Jos, ahora, es tu turno Carlos...

(...)

— ¡Ey!, espera — me detuve y al girarme vi a ese chico que está en el mismo grupo de ayuda que yo — ¿Jos cierto? — dijo tendiendo su mano para que la estrechara
— Sí — estreché su mano — y tú... — no recordaba su nombre, me sentía demasiado distraído como para hacerlo
— No te preocupes, sé que no recuerdas mi nombre, te la pasaste toda la terapia de rehabilitación mirando esos dijes que traes dentro de los bolsillos de tu chaqueta — saqué la mano del bolsillo de mi negra chaqueta junto con los dos dijes, el mío y el de _____ — soy Nicolás, pero puedes llamarme Nick
— Oh, un placer Nick — desvié de nuevo mi vista hacia los dos dijes que se encontraban en mi mano, no podía dejar de mirarlos
— Vaya, qué te parece si vamos por algo de comer — dijo Nick
— No gracias, no tengo hambre — dije
— Ok, yo si tengo hambre y eres el único aparte de mí con menos de treinta años así que, acompañame por favor
— Bien, vamos

Nos marchamos a la cafetería del lugar y terminé por tomar un sándwich de ensalada de pollo y Nick de igual manera lo hizo.
La cafetería estaba llena por lo cual preferimos salir a los jardines a comer nuestro alimento.
Había un gran silencio incomodo, Nick ya casi terminaba su sándwich pero sin embargo yo no llevaba ni una sola mordida, no podía dejar de observar los dos dijes, simplemente no podía hacerlo.

— ¿Quieres hablar sobre eso? — dijo Nick
— ¿Eh? — giré a verlo rápidamente
— Que si quieres hablar sobre lo que te sucedió, parece que te está afectando demasiado callarlo
— Pues... La verdad es que sí, sí quisiera hablar, pero... Si trato de hacerlo, las palabras no saldrán, es como una impotencia
— Hermano, no sé que haya sucedido, pero lo que dijiste en rehabilitación, fue algo simplemente conmovedor, se ve que en verdad la amas y eso...
— No vale nada ahora — dije mirando al horizonte
— ¿Por qué dices eso?, por supuesto que vale
— Es algo complicado, y más aún que ella ha olvidado todo
— ¿Cómo pudo olvidar algo en verdad valioso como eso?, es impo...
— Un accidente — mi voz se comenzaba a quebrar y mis ojos a cristalizarse — un accidente... La dejó en coma, y, después de eso... De estar ahí, con ella, cada segundo, cada instante de su coma, ella... Ella logró despertar, pero... Sin rastro de lo que fuimos, sufrió de una perdida de memoria, sólo me recuerda como alguien más en su vida, alguien pasajero simplemente
— Lo lamento en verdad, no quise...
— No, está bien, ocupaba sacarlo — limpié mis lágrimas
— Se escuchará feo pero lo mejor en este caso es... Tratar de olvidar, o al menos aparentar que lo has hecho, debes de dejar de dañarte a ti mismo y dejar el pasado en el pasado.

(...)

Cuando Tú Vuelvas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora