Capítulo 14

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-¿Y bien? -Le preguntó Thom a su amigo Zack, que se hallaba totalmente callado sentado en una silla delante de su escritorio.

-¿Qué quieres saber? -Preguntó con voz amarga.

-¿Cómo está la situación? -Se reclinó en su sillón-. ¿Has podido hablar con ella? Se que a lo mejor, las chicas se te han puesto en medio y...

-Un motorista -Lo interrumpió Zack.

-¿Cómo? -No entendió la interrupción.

-Que no eh hablado con ella -Soltó mordaz-. Por que se encontraba muy entretenida haciendo manitas con un motorista.

-¿Moreno y alto? -Preguntó éste.

-Sí.

-Se trata de Simón -Suspiró Thom-. Es el dueño de Servix, empresa de mensajeros. Y no te voy a mentir -Lo miró fijamente-. Siempre, ha tratado de quedar con Susan.

-Pues ésta vez, creo que lo ha conseguido -Escupió con furia.

-¿Y es todo lo que vas hacer?

-No me calientes la cabeza -Levantó al fin la mirada-. Que ya tengo suficiente con Jack y mi madre.

-Te la caliento, porque me calentáis la mía con tanta tontería... -Soltó exasperado-. La tienes en esta planta, la acorralas y hablas con ella... Te estas lamentando, sin haber echo aún nada.

-No estoy de humor amigo -Dijo poniéndose de pie-. Me voy a trabajar un poco... ¿Cómo se encuentra lo mío?

-Quien sabe bien los detalles, es Susan.

-Pues informate y dime algo -Soltó con dureza-. No estoy para juegos... Tengo que organizar una puñetera gran fiesta, y tengo que viajar también a Sidney una semana. A mí vuelta hablamos...

-Creo que estas haciendo mal, en dejarlo todo suspendido y largarte de viaje...

-Pues ya asumiré las consecuencias -Respondió con indiferencia-. Nos vemos... -Se despidió, mientras salía del despacho directo al ascensor, sin siquiera detenerse a mirar a su alrededor.

Se había ido... Había venido, pero se había ido... ¡El muy canalla se había largado! Así sin más, sin mirarla o decirle algo... ¿Y para qué diantres tanta insistencia? Tanto perseguirla, y ahora nada... Se sentía realmente frustrada, no sabía qué hacer ni que quería. Miró el ascensor. ¿Pero en busca de qué? No creía que cuando las puertas se volvieran abrir, apareciera por allí aquel hombre. Algo le decía, que no había echo bien con Simón.

¡Y! Ahí tenía su respuesta, la que estaba buscando. Aquello no era querer... Él no la quería... Miró un segundo a su amiga, viendo en ella también su respuesta, al tiempo que su tristeza se hacía más grande. Había vuelto a ocurrir, aceptó con gran dolor dando media vuelta y acercándose a su escritorio. ¿Por qué tubo que derrumbar sus barreras aquella noche? Si no lo hubiera echo, no se vería cargando aquel dolor. ¡Era una mujer estúpida como todas!

-¿Qué haces aquí? -Se le acercó Clarise-. Ves y buscalo...

-No -Respondió por inercia.

-Tú eres tonta -Se llevó las manos a la cabeza-. ¿es que no viste su expresión? ¡Él venía hablarte!

-Pero no lo hizo.

-¡Dios, me sacas de quicio! -Soltó exasperada, al tiempo que la dejaba allí y se marchaba a contestar el teléfono, viendo como con mirada perdida ella seguía su rutina.

-Es hora de ir a comer -Interrumpió Sabrina, apareciendo delante de su escritorio-. Y tú, te vienes con nosotras -Ordenó, mientras le cogía el bolso del cajón.

Saga Edifcio XIV-Cazadora En Sus Redes- Tercera Parte. Where stories live. Discover now