-h-hola. - tartamudeo la chica. Observando a la pelirroja.

Ojala y halla dicho lo correcto. Se decía. Para algo tuvo que servir las clases que le daba su...

-¿Por que tartamudeas?- espeto la otra.

¿Tartamudeas? Se pregunto la castaña. Ah, claro. Recordó.

-Soy solo una chica. - no dejo responder a la castaña. - A no ser que te gusten las mujeres. ¿O me equivoco?

Ella ladeó la cabeza. ¿Gustarle las mujeres?

-oh, cierto. Eres nueva. Mi nombre es Kate. Y lo siento por lo de recién.

Trato de Sonreír. A lo que la otra se tranquilizo.

-Me llamo Leah...- susurro  observando su trozo de carne. Quería comérselo, vaya que quería, pero no quería parecer mal educada con la chica.

-ya veo, ¿No eres de por aquí?

Kate bloqueo su celular.

NARRA LEAH

-M.. no, vengo....- ¿de donde vengo?, vengo del bosque, y soy una loba. - vengo de intercambio. 

-¿intercambio?, ¿de donde?- me mira con intriga. Cielos. 

-de... ¡de Alemania!, si, Alemania. -contesto nerviosa. Por una parte es verdad, realmente estuve en Alemania, en un bosque de por ahí junto a mi madre.

-¡¿de verdad?!- Asentí con una pequeña sonrisa. - eso es genial. ¿Cual es tu apellido?

- Fothen Muller. - respondí. Ella aplaudió en el aire y me miro con una sonrisa enorme. 

-¡ESTO TIENE QUE SABERLO!- Me tomo del codo y me saco a rastras de l cafetería, dejando mi delicioso pedazo de carne ahí. 

-¿quien tiene que saberlo?- dije en un jadeo mientras doblamos en una esquina para seguir corriendo. 

-CHAR!- Le grito a un chico que estaba de espaldas junto a otros mas. El tal Char volteo con el ceño fruncido y al ver como era arrastrada, una sonrisa burlona atravesó su rostro. 

-¿acosando a la nueva?- dice el mirándome fijamente. 

Pero un olor me inunda mis fosas nasales. Un olor que solo algunas personas tienes, el de un lobo. El tal Char y su grupito son hombres lobos. 

-¿Que pasa Leah?- pregunta Kate al ver mi semblante serio, y no dirigir palabra alguna. 

-M... si, estaba pensando en ... que no me dejaste terminar mi almuerzo. - hice un puchero. 

-ya veo..¿que pasa chicos?- todos ellos me miraban con el ceño fruncido. -¡chicos!- les grito a lo que comenzaron a mirarla.

-creo que es mejor que me vaya...- dije soltando el agarre que Kate ejercía en mi brazo. 

-Que eres.- gruño uno de ellos. Kate me miro con los ojos abiertos. 

-¿eres como ellos?- me miro con sorpresa. ¿No tiene miedo?, vaya, y los lobos le contaron a una humana el secreto prohibido. 

-pues claro. Como tu también, somos humanos, ¿no?- dije obvia mientras ladeaba la cabeza. Que alguien me salve de esta. 

-no te hagas. - gruño el tal Char. - tienes el olor.

Por un venado. Que alguien me salve. 

-¿que olor?- me hice la tonta. Justo cundo iban a responder, sonó el timbre. Gracias.

(...)

Estaba camino al bosque, cuando el olor a hombres lobos me inundo mis fosas nasales. De seguro eran ellos. Por lo que cambie mi rumbo a una biblioteca que vi en la mañana camino a mi escuela.

La campanilla anunciando mi entrada, resonó en el lugar donde algunos estaban en sus computadoras u otros que estaban leyendo unos cuantos libros. 

Me dirigí al primer estante que ví y tome un gran libo. Me fui a sentar a un puesto cerca de la ventana y me oculte tras el al momento que el grupito pasaba por ahí. Se sentaron en unas bancas y comenzaron a observar el ambiente. Hasta que uno de ellos dio con mi mirada. 

Codeo al de su lado señalándome con la cabeza. Sin dudarlo escondí mi rostro Hundiéndome en mi asiento. Quedando escondida, hasta que el sonido de la campana llamo mi atención. 

Eran ellos. Y venían en mi dirección. Tomaron unas sillas y se pusieron a mi lado. 

-dinos que eres.- Char me miro fijamente al igual que los otros. 

-¿una humana?- dije por segunda vez en el día con tono obvio. 

-sabemos que eres una mujer loba. No hace falta mentir. 

-¿Mujer loba? ¿que fumaste?- lo mire lo mas confusa posible. A lo que uno lo codeo. 

-no molestes Max. 

-Char... ¿y si solo tiene el olor impregnado?- le susurro. 

-es demasiado fuerte. A parte se nota que esta mintiendo. 

-ustedes están locos. - dije mientras cerraba el libro. 

Me despedi de la bibliotecaria, y me fui dejando los con la palabra en la boca. 

(...) 

-¿Como estuvo tu dia?- pregunto mi madre desde el sofa.

-¿Es necesario estar en la forma humana dento de casa?- ignore su pregunta mientras tomaba asiento a su lado. 

-Me encantaria ser yo de nuevo, pero te recuerdo que tenemos vecinos.

Di un grito de frustracion. 

-puedes repetirme, ¿por que hacemos esto?- espete recordando el momento en que acepte. 

- por que de otra forma, los cazadores nos matarian y venderian nuestro pelaje.- 

Ahi esta.  La unica razon por la que acepte. 

-esta bien . Ahora recuerdo por que me mantengo... cuerda.

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XEditadoX

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