Doce

976 43 7
                                    

"Los cuatro estamos todavía aturdidos, mientras caminamos hacia el norte, a través de los bosques, junto al Hudson. Caminamos al lado del río, sobre las vías del tren, cubiertas de nieve, y veo el agua mientras caminamos.  Una parte de mí se niega a creer que nuestra lancha haya sido robada.
Pero ya han pasado muchas horas, y empezamos a entender que desapareció para siempre.  Que estamos varados, a pie.  Y nuestra lancha, nuestro único medio de transporte, ya no existe."Desde que descubrimos que no estaba la lancha, todos nos dedicamos a quitar la nieve de las estructuras de los vehículos alineados en las calles, algunos de ellos de costado, doblados, quemados.  Fue una medida desesperada y una pérdida de tiempo. Desde luego, ninguna de ellas tenía las llaves y la mayoría ni siquiera tenía motor—solamente puñados de metal, vestigios de autos. Ninguno de ellos funcionaba siquiera.
Sabíamos que no podíamos quedarnos en esa ciudad.  Pensamos que nuestro refugio más seguro sería en algún lugar del bosque, cerca del río.  Así que caminamos.
Ahora estamos aquí, por nuestra cuenta.  No puedo creer lo tontos que fuimos al dejar la lancha sin vigilancia.  Pero, ¿quién iba a imaginar que pasaría algo así? Fuimos demasiado descuidados.  Debimos haber pensado que ocurriría algo así.
Pero mientras pienso en ello, me doy cuenta de que aunque nos hubiéramos mquedado en la lancha, posiblemente no habríamos podido hacer gran cosa. Ellos eran un grupo grande de piratas"profesionales, armados. Sobrevivientes. Probablemente nos habrían masacrado con sus armas. Y con la lancha prácticamente sin combustible, no podríamos haberla llevado a ningún otro lugar. Tal vez tuvimos suerte de que se la hayan llevado cuando no estábamos. Tal vez si hubiéramos peleado, todos estaríamos muertos ahora.
Empezamos a digerir la cruda realidad de no tener ningún tipo de transporte ni de refugio; empieza a pesar mucho en todos nosotros. Todos caminamos lentamente, nuestros pies crujen en la nieve, que se está endureciendo. La temperatura ha descendido al menos"diez grados y el viento empieza a repuntar, la nieve está congelada y convirtiéndose en hielo. Un frío profundo empieza a asentarse en mis huesos, a penetrar en mí. Miro a los demás y veo que penetra en todos nosotros. Todos estamos acurrucados, frotando nuestras manos, desesperados por tener calor.
Para empeorar las cosas—mucho más—está Logan. Él estaba mal herido y Ben y yo lo ayudamos a caminar, con sus brazos colgados sobre nuestros hombros. Esto nos hace reducir la velocidad y estoy muy preocupada por él. Hasta ahora, él había sido siempre nuestra columna vertebral, nuestra fuerza, ahora, es una carga. No puedo evitar sentir que las posibilidades se están volviendo contra nosotros. La idea de llegar a Canadá en este momento es casi de risa. Tendríamos suerte de avanzar kilómetro y medio.
Estamos obteniendo más y más de los restos de la civilización, en lo profundo de los bosques, y estoy empezando a sentir que nuestras posibilidades son pocas. Estamos casi sin provisiones, no hay ninguna señal de algún refugio, está oscureciendo, hace más frío y pronto vamos a tener que buscar dónde pasar la noche. Incluso el arco y la flecha de Ben que"dejó en la lancha, ya no existen."El hambre se instala, carcome mi estómago, me apuñala con dolores agudos. Me siento más débil con cada paso que doy, en especial con el peso de Logan, presionándome.
A medida que continuamos por las vías del tren, miro al río y ya está congelado—es una gran capa de hielo. Es increíble. Aunque estuviéramos en la lancha ahora, no podríamos ir a ningún lado, de todos modos.
No puedo seguir así mucho tiempo, y tengo la sensación de que Ben y Logan tampoco pueden hacerlo. A lo lejos, veo un espeso bosque de árboles, formando una pared de los elementos. Nos dirigimos a ellos.
Al entrar al área de árboles, siento que proporcionan cierta protección contra el viento. Me detengo y también los demás detrás de mí.
"Creo que deberíamos descansar aquí", digo. "Ya casi está oscuro".
"Buena idea", dice Ben, quitando lentamente el brazo de Logan que lo rodea.
Logan hace una mueca de dolor al quitarlo. Veo su pierna: ya está hinchada. Por suerte, no se ve tan infectada como la tenía Rose; tal vez el clima frío ha ayudado. Pero aún así, es una herida seria.
"¿Te encuentras bien?", le pregunto a Logan."Él asienta rápidamente con la cabeza, haciendo una mueca y Ben y yo lo bajamos hasta el suelo. Él se sienta pesadamente, con la espalda contra uno de los árboles frondosos y exhala sintiendo dolor al hacerlo, con el rostro lleno de arrugas. Pero nunca llora ni se queja. Ni una vez. Es un verdadero soldado.
"Muero de hambre", dice Bree.
Me odio por haber dejado la comida en la lancha; la única cosa que pensé traer conmigo, fue solo un frasco de mermelada medio vacío. Lo saco de mi bolsillo. Es de frambuesa. El favorito de Bree, y al desenroscar la tapa, Penélope lloriquea también. Meto la mano, tomo una gran cucharada y la pongo en la palma de la mano de Bree. Ella la come lentamente, saboreándola, después le da un poco a Penélope.
Le ofrezco el frasco a Ben, después a Logan, y cada uno toma una cucharada, saboreándolo. Finalmente, hago lo mismo, tomo la última bola que queda en el frasco. Se derrite en mi boca y es la mejor mermelada de frambuesa que he probado en mi vida. Cierro mis ojos, tratando de saborear cada segundo de ella. Lo que daría ahora mismo por una docena de frascos como éste.
Miro el frasco vacío de mermelada con nostalgia. Ya no tenemos comida. Va a ser una noche larga y"difícil.
*
Han pasado varias horas desde que nos acomodamos aquí. Ya anocheció y los cuatro estamos sentados en la nieve, de espaldas a los árboles, congelándonos. Todos nos apiñamos contra el viento y el frío, que parece empeorar a cada minuto.
Gracias a Dios, tras horas de esfuerzo, tuve la oportunidad de encender una fogata. Usé el último fósforo que rescaté de la casa de papá, encendí la última vela, y usé el refugio del viento, para encender la leña que encontré. Hice un pequeño montón, pero aún así, usé casi todos los fósforos para encenderlo.
Ahora tenemos una pequeña fogata frente a nosotros cuatro. Todos tenemos tanto frío, literalmente estamos encima de ella, subiendo y frotando nuestras palmas. Cada ráfaga de viento que pasa amenaza con apagarla, y me levanto a cada rato, y pongo más leña. El fuego lucha por mantenerse con vida. Igual que nosotros cuatro.
Ayuda mucho, pero nos da poco calor en estas horribles condiciones. Nunca había tenido tanto frío en mi vida. El frío se cuela en mis manos, en mis pies, en mi nariz. Es difícil pensar con claridad. Tengo que"seguir abriendo y cerrando mis extremidades, tratando de evitar que todo mi cuerpo se congele. Siento que si me duermo, nunca voy a despertar.
No puedo imaginar cuánto peor sería sin la fogata. Sé que tener una fogata aquí no es seguro—podría atraer la atención equivocada. Pero estamos más allá de la preocupación. Si mañana sigue así, no sé cómo vamos a sobrevivir otro día. Estaremos congelados al final—si no morimos de hambre primero.
Miro a Logan, y parece que delira. Duerme, haciendo una mueca de dolor, y su pierna se ve rígida, congelada. No sé cómo vamos a arrastrarlo mañana.
Me acosté con un brazo sobre el hombro de Bree, frotándola mientras se inclina hacia mí, descansando su cabeza en mi hombro. Me consuela un poco el hecho de que, si todos morimos, al menos moriremos en nuestros términos. No como esclavos o prisioneros. Pero juntos. Libres.
Bueno, al menos teníamos una buena racha. Pienso en lo mucho que hemos avanzado, en lo mucho que hemos logrado—escapando de los tratantes de esclavos, llegando tan lejos como hemos hecho. Es algo, por lo menos."Al menos hemos sobrevivido. Y eso es lo que he aprendido. Cada día que sobrevivimos, es una victoria. Es para eso que vivimos. Y mis cientos de días de supervivencia han sido cientos de pequeñas victorias.
"¿Me puedes leer un cuento?", pregunta Bree.
Trato de pensar, trato otra vez de recordar las palabras de El Árbol Generoso. Esta vez, para mi sorpresa, recuerdo las palabras.
"Había una vez un árbol, que amaba a un niño. Y todos los días venía el niño, y recogía sus hojas, y las convertía en coronas y jugaba al rey del bosque", le digo.
Siento que Bree se tranquiliza en mis brazos, mientras continúo recitando el libro de memoria. Sorprendentemente, lo recuerdo todo, línea por línea, y le recito todo. Llego al final:
"'Bueno, un viejo tocón sirve para sentarse y descansar. Vamos, niño, siéntate. Siéntate y descansa'. Y el niño se sentó. Y el árbol fue feliz".
Siento que Bree está bien dormida en mis brazos. Es un don, dormir con este clima. Espero que sueñe con cosas, con otros mundos, otros lugares, otros tiempos.
Miro a Logan, y veo que él también duerme, de mantera intermitente, y con dolor. Después, miro a Ben."Está despierto, con los ojos bien abiertos, con la mirada fija en las llamas. Me pregunto qué estará pensando. ¿En su hermano? ¿En lo que pudo haber hecho diferente?
No puedo evitar pensar en ese momento, en la Estación Penn, antes de separarnos. Cuando se inclinó y me besó. ¿Por qué lo habría hecho? ¿Habría tenido realmente esa intención? Ya no estoy segura de lo que él siente.
"¿Ben?", le pregunto suavemente, mis dientes castañean.
Él voltea y me mira. Sus ojos están hundidos, como si acabaran de pasar por una guerra.
Una parte de mí piensa que no todos podríamos sobrevivir esta noche. Si no lo hacemos, quiero saber lo que él siente por mí.
Ahora que me está mirando, no sé cómo preguntarle. Estoy nerviosa. Pero me obligo a hacerlo. Después de todo, tengo poco que perder.
"Cuando me besaste en la ciudad", le digo. "¿Por qué lo hiciste?"
Lo miro, buscando en su mirada, esperando su reacción. No sé por qué, pero por alguna razón, ahora,"aquí, de todos los lugares posibles, de repente es importante para mí.
Él abre su boca y la cierra varias veces. Se ve nervioso, como si no supiera qué decir.
"Yo... yo... este..." Mira hacia abajo y luego hacia arriba otra vez. "Lo siento", dice él. "No estaba en mi sano juicio".
Sus palabras me lastiman.
"¿Es decir que no quisiste hacerlo?", le pregunto.
Mi corazón se hunde. Él mira hacia abajo, después me mira a mí.
"Eso no es lo que estoy diciendo", contesta él. "Sí tenía la intención de hacerlo. Tenía la intención de hacerlo. Quería hacerlo".
"¿Entonces por qué lo lamentas?", le pregunto.
Me mira, confundido.
"¿No estás molesta porque te besé?", me pregunta.
Pienso en eso. En ese momento me sorprendí. Pero no estaba molesta. Y ahora, ya que lo pienso . . . no, no estoy molesta.
De hecho, quiero que vuelva a hacerlo.
Pero estoy nerviosa y mis palabras empiezan a fallarme. En vez de eso, muevo mi cabeza."Lentamente, se levanta, la nieve cruje debajo de él, y avanza unos pasos hacia mí.
Él se sienta en un lugar vacío junto a mí, contra el mismo árbol, y me mira a los ojos. Él levanta una mano y la pone sobre mi mejilla.
Mi corazón se acelera.
Y después, lentamente, Ben se inclina y me besa.
Al principio, vacilé.
Pero después, al recibir su beso, lo besé también. Mi corazón late con fuerza en mi pecho, y por primera vez desde que recuerdo, no me doy cuenta de lo que me rodea, del frío, del hambre, del millón de cosas que están mal en el universo.
Sólo pienso en Ben. Y en mi asombro, que puede transportarme de este lugar, de este tiempo, con un solo y mágico beso."

 

Lamento no haber escrito desde hace tiempo pero he estado muy ocupada con la escuela y esas cosas
Voy a tratar de escribir más seguido
Espero les guste el cap        

Arena dos la Trilogía de la supervivenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora