—Sabes, tenemos mucho tiempo sin salir de copas juntas — Dijo Julissa.

—Cierto —Asintió mamá.

—Deberiamos ir a Northside —Sugirió.

Mamá asintió y nos dirigimos a el bar que Julissa había mencionado. Estaba totalmente abarrotado de automóviles saliendo y entrando. La ensordecedora música se hacía escuchar hasta unas cuadras más lejos. Mamá llamó a papá notificándole que llegaría un poco más tarde. Entramos al bar y Julissa se dirigió a la barra seguida de mi madre ambas se sentaron en los taburetes vacíos. Comenzaron a beber, un trago tras otro. Un par de horas después, cualquier persona se hubiese dado cuenta que ambas estaban más que ebrias. El bar estaba demasiado animado cuando las luces y la música se apagaron.

—¿Qué sucede? — Susurró mamá asustada.

—Quizá es un fallo eléctrico, tranquilizate — Respondió su amiga.

Un grito acalló sus voces. Luego otro. Y un último seguido. Era mi madre. Las luces volvieron, mamá y Julissa se habían movido del lugar donde se encontraban. Todo se volvió oscuro para mí.


Abrí los ojos. Me encontraba afuera del edificio Kennedy. Entré con sigilo y tardé al menos veinte minutos en encontrar a mamá y a Julissa. Ambas estaban atadas con cinta adhesiva, la espalda de mamá estaba pegada a la de su mejor amiga mientras el adhesivo apretujaba sus estómagos para que les fuera imposible respirar correctamente. Sentí la oscura presencia de Él. No me equivocaba, la maldita sombra que me había estado acechando estaba parado frente a ellas. Mamá soltó un grito horrorizada mientras que su amiga lloraba con frenesí implorándole que las dejase ir.

—Tus plegarias son inútiles — Se dirigió a Julissa.

—D-dejanos ir, p-por favor — Rogó mamá.

—¿Por qué lo haría, Kylie? — Despotricó.

—Tengo...Tengo una hija a quien cuidar, quiero verle crecer — Lloraba mi madre.

—Es una lástima, tu hija también morirá — Finalizó.

La cinta fue rota bruscamente y ambas se levantaron esperanzadas de que vivirían. Gran error. Una primera puñalada llegó al pecho de Julissa, luego otra y otra. Ahogué un grito por lo que acababa de ver. La mejor amiga de mi madre se desplomó en el piso sangrando por todas partes, estaba muerta. Mi madre estaba en una esquina de la habitación, ahogada en su propio llanto. Cerré los ojos esperando lo peor. Supe que su tiempo había llegado cuando escuché el primer grito de dolor salir de su garganta. Abrí los ojos y un grito seguido salió de mi garganta. Él apuñalaba a mi madre sin piedad mientras ella lloraba rogándole que se detuviera y yo gritaba diciéndole que parara. Mi madre cayó al piso en un lago de sangre, muerta. Mi vista se tornó oscura.


Julia estaba frente a mí. Aún atada a la silla. Su mirada denotaba terror y angustia ¿Ella también había visto como asesinaron a su madre? Me miró y negó con la cabeza, sus ojos estaban cristalizados, parecía estar a punto de romper en llanto. No Julia, no.

—¿Habéis visto como asesiné a vuestras madres? Me divertí mucho pero eso fue hace mucho tiempo y tengo mucho sin divertirme de esa manera, me apetece repetirlo pero de una manera más creativa —Dijo con su horrible voz — Juguemos a "Asesina a Julia o Muere Thomas".

—¡NO! — Chillamos ambas al mismo tiempo.

¿No? ¿Acaban de decirme, No? —Amenazó.

Una segunda luz se encendió en lo que parecía una habitación vecina. Había un delgado colchón en el sucio piso. Un pequeño niño dormía sobre la esponja.

—¡THOMAS! — Gritó Julia desde su silla.

Correcto — Afirmó Él hablándole a nuestras mentes.

Mi cuerda fue desatada y traté de levantarme. Fue inútil. Mi pierna seguía dañada por el corte.

Levantate —Rugió.

Hice lo mejor que pude y me sostuve de ambos descansabrazos de la vieja silla de madera. Una mueca de dolor de apoderó de mi rostro cuando dejé todo el peso a mi pierna herida. Tu puedes Elisse. Luego de unos veinte minutos de lucha con mi cuerpo logré ponerme en pie. Un estruendo se escuchó por toda la habitación. Había una reluciente arma en el piso, al lado de la sombra.

Matala —Ordenó— O el niño muere.

Me incliné lentamente para coger el arma. Tragué duro cuando sentí el frio acero rozar mis dedos. Me levanté de nuevo y miré a Julia que me miraba con temor.

—Hazlo —Gesticuló

—No puedo —Negué con la cabeza

—Por favor —Susurró

Dirigí mi mirada a la habitación donde se encontraba Thomas y ya no esta ahí. Una brisa helada entró llegó hasta mí. Me acerqué con sigilo a la pequeña habitación. Él sostenía el cuerpo adormecido de Thomas, a punto de lanzarlo por la ventana.

Mátala —Rugió.

—Mátame Elisse, por favor, cuida de Thomas —Rogó Julia.

—No —Negué— Tú no morirás. Yo lo haré.

Me llevé el arma a la sien y sin pensarlo, halé del gatillo.

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Hola. Este es el último capítulo, la próxima semana subiré el epílogo. Espero que os guste y quería agradecerles como siempre por su apoyo. También quería invitarlos a leer mi nueva novela "Regresa, Louise", No es de terror, es romántica, denle una oportunidad :) Nos vemos la próxima semana, los amo.

Iris.


























Seis SegundosWhere stories live. Discover now