Capítulo 8: Arigato

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Kyoko se levantó temprano ya que la Musa debía retirarle todo lo relacionado con su personaje de Setsuka. Abrió sus ojos cuando todo el maquillaje y la peluca fueron retirados.

- El Presidente me ha dicho que puedes tomarte el día libre hoy, así que puedes bajar a desayunar cuando te apetezca o volver a la cama y dormir un poco más.- dijo Jelly. - Ha sido un placer trabajar contigo Kyoko, espero que nos veamos más adelante. - y acto seguido salió de la sala. Sabía, por la cara de Kyoko, que no recibiría respuesta alguna a lo que ella le dijo.

Kyoko seguía mirando su reflejo en el espejo. Durante todo el día de ayer se había comportado con la personalidad de Setsuka aunque sabía lo que hacía y estaba consciente de los sentimientos de Ren. Pero ahora que se paraba a pensar en todo lo que había hecho no pudo evitar sentir un gran calor en su cuerpo y sonrojarse más que un tomate. Había besado a Tsuruga Ren. El hombre de sus sueños, desde que se dió cuenta que se había enamorado, claro está. Y lo peor de todo es que justo cuando se había dado cuenta de sus sentimiento y encima sabía que iban a ser correspondidos, debían separarse.

Kyoko suspiró y decidió darse un baño. Al darse la vuelta se fijó que Jelly había dejado algunas prendas, suficiente para los día que iba a permanecer en esa mansión. Cogió ropa de cambio y entró al cuarto de baño que había en su habitación. Su cara de tristeza cambió a una de asombro al ver el majestuoso cuarto de baño, decorado de detalles blancos y dorados. Se notaba que se encontraba en la mansión de su jefe.

Cuando terminó de darse un baño, bajó al salón. No era la primera vez que había estado allí así ya conocía gran parte de esa inmensa mansión. Al entrar encontró al Presidente desayunando.

- Buenos días Mogami-san, ¿qué tal dormiste?

La chica lo miró con una cara de tristeza. Sabía que los planes del Presidente siempre funcionaban, sin embargo, separarse ahora de Ren era doloroso para ella.

- Lo siento Señor Presidente. Se que todo esto lo hace por hacernos felices a mi y a Ren, pero ha sido algo extraño no levantarme a su lado, sobretodo porque aun iba como Setsuka.- rió disimuladamente.

- Me alegro que lo comprendas Mogami-san. Toma asiento y desayuna tranquilamente.- esta le hizo caso. -Bien, te contaré que harás durante este tiempo. Según me enteré, entraste en el mundo del entretenimiento porque querías vengarte de Fuwa Sho, ¿me equivoco?- Kyoko tragó fuerte.

- ¡Al principio s-si -p-p-pero y-ya no!- dijo nerviosa, después de todo lo que había conseguido hasta ese momento, el simple hecho de ser despedida por eso la asustaba.

El Presidente rió. - Tranquila, ya se que ahora ese no es tu propósito, sin embargo, yo que te considero como mi nieta, no pienso permitir que semejante individuo moleste a mi querida actriz, por lo que lo derrotarás en su propio escenario. Te convertirás en cantante.-

- ¡¿QUÉ?! ¡¿CÓMO?! - dijo entre sorprendida y asustada.

- Tranquila, tienes 5 meses para aprender, y no creo que tardes más de un mes en aprender, eres muy buena memorizando cosas y tienes mucha imaginación para componer canciones. Te crearemos un personaje, como Setsuka, pero de un estilo diferente. De aquí al estreno de la película de Ren, compondrás algunas canciones para hacerte conocer. En el estreno, al igual que Ren dejará de ser Cain para mostrar su verdadero yo, tú, después de la actuación revelarás tu identidad.

Kyoko asintió. - Me parece bien. - aunque momentos antes estuviera triste y el plan le pareciera una locura, ahora le parecía interesante. Cuando estaba enamorada de Shotaro siempre deseó que él le escribiera una canción de amor solo a ella. Qué mejor forma de decirle a Tsuruga Ren cuánto le amaba que con una canción de amor compuesta por ella. - Y bien, ¿cuándo empezamos? - preguntó con una sonrisa.

- Tu desayuna tranquila, en una hora más o menos volverá Jelly y te cambiará. Antes de eso debes llamar a Ren.- Kyoko se atragantó - Le dije que le llamarías para explicarle por qué te fuiste. Tampoco quiero destrozar su vida. Tú inventa un par de cosas y no le dejes preguntar mucho.

Kyoko asintió. No sabía qué le diría. Seguramente Ren estaría muy enfadado.

Terminó de desayunar tranquila y subió a la habitación a por su móvil para llamar a Ren.

-ring, ring-

Ren o más bien Cain, que en ese momento le estaban maquillando, al oír su teléfono miró a las maquilladoras como si fuera a matarlas y éstas asustadas salieron del camerino.

- ¿Si?

- Hola Tsuruga-san. Lo siento mucho, no tuve el valor de decirte que debía irme. Tenía mucho miedo de aceptar que debía alejarme de ti. Lo siento mucho de verdad.

- Igualmente debiste decírmelo. 5 años son mucho, no sabes cuánto te voy a echar de menos. Las cosas no serán lo mismo sin ti. Ya veremos cómo reacciona Yashiro cuando se lo diga. - soltó una pequeña risa.

Kyoko rió disimuladamente, - Prometeme que me esperaras. -

Eso dejó sin palabras a Ren. Si le decía eso era porque Kyoko debía sentir algo pero cuando fue a preguntar esta lo interrumpió. -Debo irme a trabajar. Ya veras como mi ausencia pasará rápida. Volveré antes de que te des cuenta. Come bien, y no dejes que nadie te descubra. Arigato Ren. - y colgó.

Kyoko rompió a llorar.

- Oh Mogami-san, ¿estas bien? - Jelly acababa de entrar en la habitación.

Kyoko se limpió las lágrimas. - Sí. Es solo que no sabía que el amor fuera así. Sufrí cuando Shotaro me engaño pero esto es distinto. Realmente amo a Ren.-

- La solución es fácil. Que no vayas a trabajar con él o hablar en persona no significa que no puedas verle. - Kyoko la miró confusa. - Podrás verlo en el LMT mientras tengas tu nueva apariencia. Pero siempre a distancia. ¿Eso es algo no? -

Kyoko sonrió por fin. - ¡Hai! -

- Bien, pues manos a la obra. -

Jelly comenzó a preparar a Kyoko. Cabello rubio como el oro, liso y hasta la cintura. No le colocó lentillas ya que pensaba que sus ojos serían su marca ya que eran del mismo color que su cabello y eso sin duda destacaría. Le puso un lindo corsé para delinear sus curvas de color blanco. La ayudó a ponerse un vestido blanco de palabra de honor que le llegaba por encima de las rodillas. Parecía un ángel.

Cuando Jelly terminó de maquillarla Kyoko abrió los ojos mirando al espejo y pensó lo mismo que su estilista segundos antes.

- Y aquí nace Shimizu. -

Continuará...

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