XI. Kreacher (Maratón, 1/3)

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Hola. Ante todo quiero pedir perdón por el repentino parón, todo se ha debido a la velocidad que ha adquirido mi vida personal: universidad, exámenes... Estresante. A modo de disculpa hoy subiré tres capítulos. 

¿Recordáis por donde lo habíamos dejado? Harry acaba de tener la visión en la que Lord Voldemort tortura a Sirius, tras los TIMOS. 

Quiero agradecer los comentarios que he recibido, los votos, a las personas que siguen mi pequeña hsitoria. Espero con ansias vuestra opinión sobre lo que solo hoy se avecina. 

Gracias. 

XI. Kreacher. 

Dicen que el destino es quién manda, y quizá por eso sucedió todo lo que tenía que suceder.


Corrieron tan rápido como sus piernas les permitían hasta el despacho de Umbridge, notaban los pasos de Potter y sus amigos a su espalda: como si fuera una carrera por ver quién llegaba primero. Y la ganaron. Lyra fue la primera en arrodillarse junto a la chimenea y Nott le pasó la pequeña maceta, fina y de color rosa que contenía los polvos Flu.


-¡Black espera!


Que la interrumpieran le sentó mal, pero aun le sentó peor que fuera aquel muchacho, de ojos verdes brillantes, cabello negro azabache, al que todo el mundo consideraba un mentiroso porque así el Ministerio lo había querido.


-¿Se puede saber qué quieres, Potter? -Preguntó haciendo un gesto negativo con la cabeza, intentando que el muchacho entendiera que no había más tiempo que perder.


-Hay que comprobar si realmente es cierto ... Tenemos que contactar con Grimmauld Place para ver si está allí...


-De acuerdo. - Terminó Nott, con las cejas alzadas, sabiendo que apenas quedarían unos minutos para que Umbridge apareciera. Entró en la chimenea y de un tirón metió a Lyra también.


Harry Potter no pudo siquiera reaccionar cuando a la misma vez que la puerta se abría, Lyra tiró el polvo Flu en las llamas gritando: "Número 12 de Grimmauld Place".Un grito que por suerte, quizá por la sorpresa, Umbridge no escuchó.


Cayeron al suelo juntos, agarrados el uno al otro, ella escondía la cabeza en él, y él le abrazaba con fuerza. Cuando notaron que al fin estaban quietos, tras el impacto contra el suelo, ambos se miraron, y por una fracción de segundo, sonrieron. Ella reconocía aquel lugar, era el comedor, que en aquel momento estaba vacío, las sillas de madera parecían ocupadas por fantasmas que estaban cansados de no ser vistos.

-¿Qué es este lugar? - Preguntó Nott girando sobre sus talones, contemplando lentamente todo.


-Aquí es donde vivía mi padre. - Respondía ella, andando decididamente hacia la cocina y tirando de la mano de él. - Aquí es donde pasé el verano. El Cuartel General de la Orden del Fénix. - Dijo al final, mirándole un momento para guiñarle un ojo.


Theo sonrió, todavía asombrado por aquella casa de aspecto tan tenebroso que sin embargo se disponía a luchar contra las Artes Oscuras. La cocina estaba tan vacía como el comedor, a excepción del viejo Kreacher, que se encontraba echo un ovillo en su pequeño armario. Ella no lo podía entender, pero el viejo elfo desde el primer momento en que Lyra pisó al casa parecía sentir admiración por la muchacha, y nunca se había negado a cumplir una orden. Sirius una vez le explicó que era por su sangre, que ella era su heredera y que no podía desobedecerle.

Lyra Black: la hija del asesino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora