Parte 2: Apego y Aceptación.

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Todos despertaron, se encontraban en un bosque, la luz del sol estaba en todo su esplendor.

-¿Ya morimos?- dijo King mientras se levantaba.

-Probablemente, solo recuerdo que el capitán perdió el control- dijo Ban.

-Estúpido Meliodas- dijo Hawk- me quería despedir de Elizabeth- las lagrimas salían de los ojos del cerdito.

Pero Entonces Merlín hizo su aparición.

-Tranquilos, nadie murió- bajó y ayudo a levantarse a Escandor.

-Merlin, ¿dinos que carajos estamos haciendo aquí?- dijo Ban mientras ayudaba a King a levantar a Diane.

-Los teletransporte a un lugar seguro, la ira del capitán hizo desaparecer un cuarto del área de Liones, tal y como ocurrió en Danafor, pero pude hacer cancelación absoluta, aunque bien saben que no pude sellar por completo sus poderes, pero él esta a salvo, al igual que ustedes.

-Diane, ¿estas bien?- dijo King.

-Sí King, ¿y tú?- dijo ella.

-Sí, si tu estas bien yo lo estoy- dijo él mientras abrazaba su mano.

-¿Donde esta Elizabeth?- dijo Hawk robando la atención de todos.

Merlín bajo la cabeza.

-Pude rescatar el cuerpo de la princesa también, pero lo encerré en un cubo perfecto.

Todos se pusieron pálidos al escuchar la palabra "cuerpo".

-Entonces, ¿la princesa si esta muerta?.

Merlín medio asintió con la cabeza.

-Puede llamarse así, digamos que entró en un sueño eterno, al darle todas sus energías a Meliodas, ella detuvo su corazón, pero al ser una Druida importante su cuerpo no sufrirá ningún cambio.

-¿Es como las hadas?- dijo King.

-Parecido, aunque en realidad es muy extraño, ya que al ser la Sacerdotisa y máxima Diosa de las Druidas, se supone que su alma pasará inmediatamente a un nuevo ser, pero no he percibido nada de eso, cuando ella nació lo supe, pero nada ha sucedido.

-Entonces...

-Sí es probable que ella aún pueda despertar.

Los ojos de todos se inundaron de lagrimas.

-¿Podemos verla?.

-No en estos momentos, el capitán acaba de despertar y me pido que lo dejara a solas con ella.

-¿Donde están?.

-No muy lejos de aquí, pero demos un espacio de privacidad, mientras vamos a curar sus heridas, la princesa no querría verlos en este estado.

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Meliodas caminaba entre los arboles, buscando desesperada mente el cuerpo de Elizabeth; hasta que lo encontró en un lugar donde el sol irradiaba luz, estaba vestida en un bello vestido azul como sus ojos, acostada, parecía que dormía tranquilamente, él recordaba todas aquellas veces en las que habían compartido cama y que el había tenido la fortuna de verla dormir, realmente era lo más hermoso que había podido apreciar, eran momentos de tranquilidad que nadie le había podido brindar, ni siquiera Liz.

Pensaba como Elizabeth le recordaba mucho a su mujer, ya que tenían el mismo tipo de peinado, características físicas similares y hasta la voz era casi idéntica, él sabía que Liz había reencarnado en la princesa, pero con el paso del tiempo  se dio cuenta que solo era la esencia, Elizabeth y Liz eran dos personas completamente distintas, parecidas en algunas cosas pero ambas tenían cosas que diferían inmensamente, y había aprendido a amarlas a las dos.

Aunque lo negaba, sabía que se estaba encariñando con Elizabeth, pero no quería hacerla cargar el pecado que tenia, no quería que sufriera el mismo destino que Liz... pero bueno todo se había vuelto a repetir.

"Ahora Liz esta viva, sé feliz con ella Meliodas-sama, sé feliz y ten una hermosa familia, sé que ellos te amarán de la misma manera en la que yo lo hago".

Sus palabras estaban retumbando en la mente de Meliodas, no pudo decirle lo que sentía jamás; jamás le había dicho que la quería, que la estaba comenzando a amar, que sabía que era completamente distinta a Liz y que esa era la razón por la cual se estaba enamorando de ella, jamás le agradeció que le devolviera la alegría, el coraje, la aventura que había perdido desde que los Siete pecados se había separado.

Sin la princesa jamás hubiera podido reunirse con sus amigos otra vez, o no de la misma manera ni en el tiempo en lo que lo logro, no hubiera podido salvar a Liones, ni hubiera tenido la fuerza para poder derrotar a los 10 mandamientos.

Amaba a Liz, sabía que la amaría por el resto de su vida, pero... Elizabeth era la persona con la que quería estar en estos momentos, todos esos sentimientos siempre vivieron en su corazón, siempre tuvo presente a Liz, pero ella fue parte de su pasado, tenía una persona a la cual proteger ahora, una persona por la cual vivir, una persona que quería a su lado, Elizabeth... pero ella se había ido.

Se recostó a su lado, puso sus manos tras su cabeza y miro al cielo.

-No creo que te gustaría verme así, ¿verdad Elizabeth?.

-Meliodas...

Una voz inconfundible.

-Liz.





El dragón de Liones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora