Capítulo 2

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Entró en su sótano y revolvió lo que había encima de la vieja mesa de madera. Había montones de herramientas tiradas por allí, y fue recogiendo lo que pensó que le sería útil. Separó una linterna de todo lo demás. Miró alrededor hasta que encontró un par de pilas. Las metió en la linterna y la encendió, funcionaba perfectamente. Buscó un poco más con la mirada hasta que le llamó la atención una navaja. "Si encuentro algo peligroso allí, eso podría servirme" pensó mientras la cogía y comprobaba que estuviese en buen estado. Se la metió en el bolsillo, cogió la linterna y abandonó el sótano.

Era de noche, pero la luna llena iluminaba la calle. El bosque estaba más oscuro, ya que los árboles bloqueaban parte de la luz, pero se podía ver un poco. "Vamos a ver quien es el gracioso" pensó Mike mientras se adentraba en el bosque.

Allí dentro estaba todo en completo silencio. De vez en cuando se podía oír algún ruido, que siempre resultaba ser una ardilla u otro animal pequeño correteando por el bosque al ver a Mike. Se fue adentrando bastante sin darse cuenta, aunque no perdía de vista el camino que había seguido. Entonces vió un par de destellos a lo lejos, que desaparecieron al instante, junto con un ruido lejano. Mike apuntó hacia esa dirección con la linterna, pero no consiguió ver nada. Curioso, fue hacia esa dirección. "¿Será ese el gracioso que ha asustado a Marcus?" pensó mientras andaba por el bosque. "También podría haber sido un simple lobo..."

Después de dar unas cuantas vueltas, no consiguió encontrar nada. Cuando ya iba a rendirse, vio huellas de lobo en el suelo, aunque vio que eran un poco más grandes de lo habitual al inspeccionarlas mas detenidamente. "Vaya, pues sí que tenemos lobos grandes por aquí" pensó.

Entonces se dio la vuelta y pudo ver un par de ojos a unos metros. Se quedó quieto, observándolos. Parecía un lobo.

"Si te encuentras con un lobo, simplemente vete con calma" se recordó a sí mismo, dando unos cuantos pasos hacia atrás sin perderle de vista. "Nunca te muestres inferior a ellos y no te harán daño". Entonces se giró poco a poco. "Donde hay uno suele haber más, así que no tardes en alejarte" terminó de recordar mientras seguía andando en dirección contraria al lobo.

Escuchó como el lobo corría, y al girarse ya no estaba. "Se habrá ido con su manada" pensó, pero entonces volvía a tenerlo delante. Había algo raro esta vez, los ojos no estaban donde debían estar. Estaban a una altura superior que la cabeza de Mike. "¿Pero que...?". Volvieron a desaparecer, y pudo escuchar sus pasos a su izquierda. Se giró rápidamente, sacando la navaja de su bolsillo por si el lobo, o lo que fuese, quería atacarlo. De repente, una enorme figura se movió a gran velocidad hacia él. Solo tuvo tiempo de agacharse y oír un fuerte golpe justo encima de su cabeza justo después. Al levantarse, eso ya no estaba. Miró al árbol que tenía justo detrás, el cual tenía una enorme marca de unas garras. "¿Que cojones está pasando aquí? Yo me voy de aquí pero ya" se dijo a si mismo mentalmente mientras corría hacia la salida del bosque, la cual aún estaba lejos.
Solo pudo correr unos metros antes de volver a escuchar los pasos de esa bestia. "Los hombres lobo no existen" pensaba. "Todo esto tiene una explicación, ha de tenerla". Entonces, apareció justo delante de él de nuevo. Esta vez, al estar más cerca de la salida del bosque, se podía ver con más claridad. Estaba clarísimo, eso no podía ser un lobo normal y corriente.

-¿Q-que diablos eres? ¡¿Y qué quieres de mi?!

La bestia atacó, lanzando un zarpazo hacia Mike. Este intentó esquivarlo tirándose al suelo, pero la bestia consiguió herirle el brazo. La linterna de Mike cayó al suelo, enfocando a la cara de ese monstruo y cegándolo. Mike, al verlo cegado por la luz, aprovechó para levantarse y huir.
Corrió tanto como sus piernas le permitieron, dejando atrás el bosque. La bestia había dejado de seguirlo. Miró su brazo, no tenía buena pinta.

Mike FenrisWhere stories live. Discover now