Capítulo 4: Las clases de la foca retrasada

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Me levanté de mala gana con el estridente ruido del despertador; ya lo había estado ignorando un buen rato. Tranquilamente fui a la cocina para desayunar y allí encontré a mi madre preparando el almuerzo. Eran crepes de nutella; mi favorito. Cuando vi que lo hacía corriendo y alterada, me dispuse a preguntar:
-¿Por qué vas con tanta prisa, mamá?
Al oírme, se giró rápidamente, dejando caer el cuchillo que utilizaba para untar la nutella.
- ¡Mayleen! Por dios, ya era hora de que despertases. ¿Sabes que hora es?-exclamó. Yo moví la cabeza, negándolo- Faltan 10 minutos para las 8. ¡10 minutos y tienes que estar en clase! Así que corre a ducharte, vístete y coge el desayuno. Almorzaras por el camino.
Me desesperé y simplemente dije:
- Es broma,¿verdad?
Ella me miró incrédula y respondió:
- ¡Claro que no! ¿Crees que jugaría con este tipo de cosas? Haz el favor de ir para arriba YA.
Me giré en dirección a la puerta y, ya cruzándola, oí que mi madre decía para sus adentros:
- El primer día de clases y ya llega tarde... Por el amor hermoso...
Hice lo que me dijo mi madre lo más rápido posible y salí corriendo hacia la casa de mi mejor amigo. Mi moto iba al máximo. 7:57. Llegué a casa de Jack. Estaba fuera esperando impaciente. Se subió a su moto y arrancó en un momento. 7:58. Aparcamos delante del colegio, corriendo. Saltamos afuera y llegamos a la entrada de la secretaría. 7:59.Revisamos las listas de clases y vimos que estábamos en 4ºC. Salimos disparados hacia el otro edificio. Entramos y empezamos a subir escaleras hasta llegar al 4º piso. Ya perdiendo la esperanza, fuimos apretando el ritmo hasta ya no poder mas. Faltaba aún un pasillo. 8:00. Ya casi estábamos. Cuando llegamos, dimos unos golpecitos a la puerta, esperando una respuesta. Al oír una afirmación, abrimos y nos encontramos a una multitud de adolescentes mirándonos, y a una profesora haciendo lo propio.
- Llegan tarde, jovencitos- dijo la maestra esa arrugada. ¿Qué carajos piensa la gente mayor al llamarnos jovencitos? Son unos pesados hipócritas.
- Sentimos haber llegado tarde, señorita...- Musitó Jack, insinuando no saber su nombre.
- Señorita Katherine. Y son unos imprudentes por llegar tarde el primer día de clase. Les voy a castigar toda la tarde y sus padres van a ser avisados. Espero que sepan que no voy a permitir esto más veces y que no admito gandules en mi clase. Si se comportan como niñatos, serán expulsados del aula como tales.
Ya me había aguantado un rato, y cuando Jack ya estaba por disculparse otra vez, exploté:
- ¡No somos niñatos! ¡Y lo sentimos por llegar tarde! Pero no le dé la culpa a él. Démela a mí. Él no tiene nada que ver. Me levanté tarde, y él fue simplemente un buen amigo y me esperó. Aún así no es motivo para que nos grite de esa forma, "Katherine"- pronuncié su nombre con un acento de irritación. Unos segundos más tarde, me di cuenta de que a la profesora no le gustó mucho mi discurso; primer castigo del año, allá vamos.
- ¡Qué te has creído, mocosa! No se les habla así a los profesores. Tú y tu amigo os vais a quedar castigados hoy hasta las ocho haciendo servicios para el colegio. Díganme sus nombres- hicimos lo propio. Los apuntó en su libreta y continuó con su discurso- Cuando salgáis de clases, id al comedor y llamad a Linda, ella os dirá qué hacer. Ahora siéntense y escuchen; la clase ya empezó.
Aún un poco enfadada, me dirigí a un asiento en la parte trasera de la clase. Jack se tuvo que sentar en uno lejos del mío; no había más sitios libres. Por el camino vi a una cara familiar que no me gustó nada de nada: plástica rubia. Barbie. O como la quieran llamar. Resumiendo; horror. La miré con odio y, disimuladamente, le tiré el estuche al suelo al pasar por su lado.
-¡Uy! Qué torpe soy. Lo siento muchísimo -dije con suma ironía - Deja que te lo recoja.
Me agaché para hacer lo propio y rápidamente busqué un chicle debajo de la mesa; en todos los pupitres había alguno. Lo cogí con un pañuelo y se lo enganché a un bolígrafo rosa de manera rápida. Volví a subir y le dejé el estuche en la mesa, aguantándome la risa al ver su cara de superioridad. Pobre ingenua plástica, no se esperaba para nada encontrarse un regalito en el estuche. Qué le haremos; una sorpresa no hace daño a nadie.
Me senté y empecé a sacar las cosas de mi mochila. Cogí un clip y lo desdoblé hábilmente. Luego me puse a dibujar en la mesa, haciendo caso omiso de la señorita Katherine y sus explicaciones. Cuando acabé de grabar mis iniciales en el pupitre, me dispuse a inspeccionar la clase. Me dediqué a maquinar grupos sociales en los que ésta se dividía:
Los populares o seguidores de la Barbie:
-Una chica que parecía ser el falderdog de la rubia.
-Otra secta de cuatro chicas seguidoras con unos pantibragas que dejaban a la vista media nalga.
-Tres guaperas engreídos.
Los friquis perdidos:
- Cuatro chicas con unos shorts casi  por las rodillas y gafas de culo de vaso.
-Tres chicos nerds totales con sweaters de cuadros y peinados pasados.
El gordinflón.
Y el resto: el grupo en el que siempre estuve yo.
Mirando a la gente, vi un rostro conocido; una melena pelirroja asomaba una fila por delante de mí.
Arranqué un trozito de hoja de mi libreta y escribí:
"¡Daph!
Soy May.
Que bien que nos hayan puesto en la misma clase. Pero la profesora ésta es un asco. Parece una foca retrasada cuando explica, ¿a que sí?
Pues eso, que aún me faltan tres números de tu teléfono."
Arrugué el papel hasta convertirlo en una bolita. Entonces lo tiré a la espalda de Daphne. Al notarlo, ella se agachó en busca del papelito. Lo cogió y lo leyó. Cuando acabó, se giró y me sonrió. En un ratito, se volvió hacia mí y me tiró la notita de nuevo.
Era el mismo papel escrito por la parte trasera:
"¡Hey May!
Yo también estoy contenta desde que te he visto entrar por la puerta y montar el numerito con la foca retrasada ( sí, a mí también me lo parece ).  ¿En qué habitación estás? Hablamos al salir y ¡ah! Los números de mi movil que te faltan son 824"
"¡Mierda!" pensé "¡La habitación! Con las prisas olvidé mirar cuál era. Y aún llevo la bolsa con toda mi ropa y mis cosas aquí... En cuanto salga voy a ir rápido sin que se entere Katherine. Estúpido castigo..."
-Señorita tardona. ¿Podría responder a la pregunta?- qué oportuna. De verdad sé que no me llevaré bien con esta profesora. Pensé en la respuesta, pero, al ver que de nada me iba a servir sin saber la pregunta, me rendí.
- Mayleen, responda a la pregunta.
Y unos toquecitos en la puerta me salvaron.
- Pase- dijo con arrogancia Katherine.
La puerta se abrió y tras ella entró un chico rubio de ojos azules. Buscó entre la gente, tratando de encontrar a alguien en concreto.
- Niño, ¿a qué has venido?-espetó Katherine.
- Soy el hermano mayor de Daphne y tengo que comunicarle un suceso importante. Tiene que salir fuera conmigo- continuó el chico alto, con una mirada dulce hacia Daphne.
-Nadie va a salir de mi clase. Así que ya puedes irte a- Daph saltó de golpe de su silla y la interrumpió.
- Si ha venido él es importante. Me voy a ir quiera o no.- definitivamente me encantaba esa chica.
Se dirigió a la salida sin prisas. Cruzó la puerta mientras la foca retrasada se indignaba, aunque resignaba a la actitud de Daph.
" Apuesto lo que sea a que esos dos son novios y se han escabullido a una sesión de besos" pensé, mientras volvía mi atención hacia el horror de clase de la foca, desesperada por salir de ese infierno.
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Nota de autoras:
Perdón por el retraso immenso que ha habido, sabemos que es imperdonable. Hemos dejado de lado la historia porque los estudios y el hecho de no habernos visto casi nada, tan solo una o dos veces, no nos han dejado nada de tiempo para escribir. También que no hay mucho apoyo y que no sabemos si la historia está gustando y a demas hay muy pocas visitas :'(
Esperemos que les haya gustado el cap.
Con mucho amor,
Cinderellas.

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⏰ Última actualización: Jan 03, 2016 ⏰

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