9. Seguimos vivos.

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  Harry estuvo inconsciente durante tres días, habría muerto si el director no hubiese llegado tan rápido. Durante esos tres días, la noticia se regó por todo el colegio; la mesa de noche junto a la camilla de Harry estaba llena de chucherías, las cuales debíamos evitar que Ron se comiera. También ayudé a los gemelos a tratar de meter un inodoro a la enfermería, pero la Sra. Pomfrey nos atrapó.

  Los gemelos Weasley. Claro que se preocuparon al enterarse de lo que hicimos, pero por mí y no por Ron, lo cual fue un poco gracioso. George era el que estaba más preocupado de los dos, se aseguró de que estuviese completamente bien y sana, es un buen amigo. Igual que los slytherin, que también se preocuparon por mí, pero creo que a Draco no le agradó mucho que ahora todos santifiquen a Harry, ni hablar de cómo se puso ante el rumor de que le darían un premio por salvar la piedra.

  Cuando Harry despertó, y luego de rogarle a la Sra. Pomfrey que nos dejara entrar, logramos hablar con él, nos contó todo lo que había pasado: en realidad, fue Quien-no-debe-ser-nombrado, en el cuello de Quirrell, quien trató de robar la piedra filosofal. Oficialmente, había sido la segunda vez que lo derrota en once años, una hazaña. Lo triste de todo el asunto es que se destruyó la piedra, por lo que Nicolas Flamel morirá. Luego de debatir un rato sobre si Dumbledore quería que hiciéramos todo esto o no, le deseamos pronta recuperación a Harry antes de que la Sra. Pomfrey nos echara, otra vez.


  La última noche, el banquete de fin de año. Debo admitir que, hace cuatro días, estaba dudando mucho de si lograría estar aquí, caminando hacia el Gran Comedor para mi última cena en Hogwarts. Sorprendentemente, lo logramos. Fue triste entrar y encontrar toda la sala decorada de verde y plateado, pues en parte (toda) es nuestra culpa que Gryffindor quedara hasta el último lugar para la Copa de las Casas, pero todo tiene un lado bueno ¡salvamos el colegio! Aunque por momentos se les olvidara a nuestros compañeros, ya que aún nos miraban algo feo cuando nos sentamos en la mesa de Gryffindor.

  A pesar de no saber si Harry lograría bajar para la cena, le dejamos un puesto a mi lado, con Ron y Hermione al frente. La conversación transcurría normal, siendo especialmente escandalosa en la mesa de Slytherin; pero hubo un silencio súbito, acompañado de murmullos generales, cuando Harry apareció en la puerta del Gran Comedor, caminando directo hacia el puesto que le habíamos reservado. Por suerte, parecía que Dumbledore estaba esperando eso, pues de inmediato se levantó y comenzó su discurso.

-- ¡Otro año que se va! -- saludó alegremente, al igual que todos los presentes --. Voy a fastidiarlos con la charla de un viejo, antes de que empiecen los manjares. ¡Qué gran año hemos tenido! Todos los profesores esperamos que sus cabezas estén un poquito más llenas que cuando llegaron... Ahora, tienen todo el verano para dejarlas vacías antes de que comience el próximo año -- ese último comentario me hizo gracia, pero a juzgar por la expresión de Hermione, no debería hacerlo.

  <<Bien, tengo entendido que hay que entregar la copa de la casa y los puntos ganados son: en cuarto lugar, Gryffindor, con trescientos doce puntos; en tercer lugar, Hufflepuff, con trescientos cincueta y dos; Ravenclaw tiene cuatrocientos veintiséis, y Slytherin, cuatrocientos setenta y dos.>>

  Podría decirse que hasta los elfos domésticos de las cocinas habían escuchado la ola de aplausos que estalló en la mesa de las serpientes, algo decepcionante para todo Gryffindor y la escuela en general. Ni siquiera los cerebritos de Ravenclaw lograron vencerlos, esos niños que nunca reprueban una clase y conocen todas las respuestas de los profesores, no pudieron ganarle a Slytherin. Decepcionante. 

-- Sí, sí, bien hecho, Slytherin -- dijo Dumbledore --. Sin embargo, los acontecimientos recientes deben ser tomados en cuenta -- ante esto, un silencio se apoderó del comedor y vimos el miedo atravesar el rostro de las serpientes --. Así que -- continuó el director, bajo la intensa mirada de todos --, tengo alguno puntos de última hora para agregar... Primero, para el señor Ronald Weasley...

  Ron se volvió del color de la salsa de tomate que esperaba acompañar con mis papas en la cena de esta noche, todo lo que pudimos hacer fue vernos sorprendidos y voltear nuevamente hacia Dumbledore.

-- ... por ser el mejor jugador de ajedrez que Hogwarts ha visto en muchos años, le doy a la casa de Gryffindo treinta y cinco puntos.

  La celebración no se hizo esperar, con los gritos de toda la mesa, parecía que el techo retumbaba y todos los Weasley estaban orgullosos de Ron; especialmente Percy, quien no dejaba de repetir que su hermanito había logrado pasar ajedrez mágico de McGonagall. Dumbledore continuó, pero solo cuando hubo silencio total.

-- Segundo... a la señorita Hermione Granger... por aplicar sus conocimientos en Herbología para librarse del Lazo del Diablo, premio a la casa de Gryffindor con treinta y cinco puntos. 

  Observé en cámara lenta como Hermione, roja de la emoción, no pudo retener las lágrimas y enterró la cara entre los brazos para que no la vieran. Todos gritaban de la emoción, mientras veíamos cómo Gryffindor avanzaba en la tabla de puntuaciones.

-- Tercero... a la señorita Sofía Black -- dijo mi nombre y sentí cómo mi corazón aceleraba a mil por hora -- ... por el uso de la fría lógica al enfrentarse con el fuego, le doy a Gryffindor treinta y cinco puntos.

  Solté el aire que no sabía que estaba reteniendo, sentía mi cara arder y estaba segura de que mi cabello estaría fucsia de la vergüenza, pero no me importaba más nada que celebrar con mi casa en ese momento. Harry me abrazó por un costado y justo Dumbledore continuó hablando.

-- Ahora, al señor Harry Potter... -- el silencio de sala solo continuaba expandiéndose --... por todo su temple y sobresaliente valor, premio a la casa de Gryffindor con cincuenta y cinco puntos.

  Estrépito total. El contador de Gryffindor subió hasta estar a la par de Slytherin, estábamos empatados en la Copa de la Casa, pero eso era suficiente considerando el terrible año que tuvimos. Dudo que piquen la copa a la mitad, así que sería lindo por lo menos tener un punto más.

  Dumbledor levantó el brazo, pidiendo silencio, el cual inmediatamente obtuvo. ¿Será posible que ganemos?

-- Hay muchos tipos de valentía -- dijo sonriendo, a diferencia de Snape y el resto de Slytherin --. Hay que tener un gran coraje para oponerse a nuestros enemigos, pero hace falta el mismo valor para hacerlo con los amigos. Por lo tanto, premio con diez puntos al señor Neville Longbottom.

  Creo que hasta las criaturas del Bosque Prohibido escucharon los fuertes gritos, es posible que hasta el calamar del lago los haya escuchado. ¡GRYFFINDOR GANÓ LA COPA DE LA CASA! GANAMOS LA COPA DE LA CASA. Nos levantamos a aplaudir a Neville, quien estaba rojo de la alegría, bajo un montón de abrazos de nuestros compañeros de casa.

-- Lo que significa, que hay que hacer un cambio de decoración -- anunció Dumbledore sobre toda la celebración y, de una palmada, todos los adornos pasaron a ser de los colores de Gryffindor, con un gran león en el centro.

  Todos celebramos la derrota de Slytherin, incluso los de otras casas sin importar que ellos también hubiesen perdido. Ganarle a las serpientes era una victoria comunitaria. Por supuesto que Harry y yo estábamos riendo con las caras de decepción que tenían todos, a pesar de que no deberías hacerlo; pero en eso captamos a Snape estrechando la mano de McGonagall, con una sonrisa falsa que contrastaba con la genuina alegría de nuestra jefa de casa. El profesor nos miró, por lo que Harry me codeó, asegurándose de que había notado la mirada de desagrado que nos había dirigido, aunque eso ya no me importaba en este momento. Al final, no fuimos la desgracia de Gryffindor.

Soy Tu Prima: La Hija de... ¿Sirius Black? [HP. 2nd Generation]Where stories live. Discover now