Capítulo 1

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Recuerdo que la primera vez que pisé la universidad mis nervios se olían a kilómetros. Sentía que, pase lo que pase, mi madre encontraría algún motivo para quejarse.

Con la suerte de mi lado, mi compañera de cuarto era casi igual a mí. No en por el aspecto físico, sino en su comportamiento.

Nos quedábamos hasta tarde, pero para estudiar. Los fines de semana adelantábamos trabajos y quizá mirábamos películas. Ambas teníamos la presión de nuestras madres, así que nos entendíamos bien. Nunca fui una chica que le gustaran las fiestas y mucho menos emborracharme, y hasta ahora, Mandy tampoco era una de esas chicas.

"¿Mandy?" Entré en nuestra habitación pero ella no respondió.

No la había visto durante todo el día y ya estaba oscureciendo. Supuse que tendría algo para hacer así que no le di tanta importancia.

Mañana es Viernes. Finalmente último día en la semana. Tomé todos mis apuntes y los guardé en uno de los cajones. Luego busqué mi pequeño bolso y coloqué en él todo lo que sería necesario para las clases de mañana.

Me acosté en mi pequeña pero cómoda cama y tomé mi computadora para ver alguna película. Comencé a ver «Cartas a Julieta». No era la primera vez que veía ésta película, es sólo que era una de mis preferidas, así que podría verla todos los días y se que no me cansaría. Mis ojos comenzaron a cerrarse y no los volví a abrir hasta la otra mañana.

Me desperté abruptamente cuando escuché la voz de Mandy decir mi nombre repetidas veces.

"¡Calla!" Grité y abrí los ojos lentamente "¿Que pasa?" La vi sonriendo en mi dirección y volví a cerrar los ojos.

"Debo contarte algo," Podía escuchar el entusiasmo en su voz con una pizca de adrenalina.

"¿Que hora es?" Logré preguntar en un susurro.

"Las siete y media." Ahora sí abrí los ojos como platos.

Normalmente solía despertarme a las ocho, quizá ocho y media, así podía prepararme para ir a clases. Era media hora, o hasta una hora completa, que podría seguir durmiendo. Pero decidí sentarme en la cama, estirar un poco los brazos y escuchar a Mandy.

"Escupelo."

"Supongo que ayer notaste mi ausencia," Fruncí el ceño, ya me estaba dando un poco de miedo "¿Conoces a River? ¿River Porter?"

"Sé quién es, pero nunca hablé con..." Mis palabras fueron interrumpidas por mi mismo pensamiento "Mandy, dime que no es lo que pienso."

"Sí estás pensando que me ofreció salir con él, a lo que yo acepté y estuvimos un día entero juntos yendo aquí y allá en su auto, entonces si, sí es lo que piensas."

Golpeé mi frente con mi mano pero luego la acaricié ya que lo hice muy fuerte y dolió un poco.

"Maia, estoy segura de lo que piensas, que nosotras somos así," Señaló nuestros cuerpos con sus manos "Y que él es completamente diferente, pero que esté lleno de tatuajes y se junte con tales personas no significa que sea malo."

"Mandy, no digo eso, es sólo que... Sabes como son, sabes como es su grupo, es difícil que mantengan una relación con una persona, y estoy segura que tú no quieres ser una de las chicas con las que él se acuesta y nunca más las llama, ni las mira."

"Fue amable," Susurró Mandy y no sabía que decirle.

"¿Que hicieron?" Ella sonrió y comenzó a contarme todo lo que hicieron en el día, con cada detalle.

River podía parecer mala influencia, pero por lo que estaba contando Mandy y como lo describía, era amable y respetuoso.

"¡Mandy!" Escuché mi voz gritar "¡Son las nueve menos diez!" Pensé que los ojos de Mandy saldrían de su cara.

Corrí hacia mi armario y tomé un par de jeans negros, ceñidos, como siempre y una blusa azul oscura. Caminé rápidamente en dirección al baño, me cepille el pelo y los dientes, aplicando un poco de maquillaje.

Cuando volví a nuestro cuarto, Mandy ya estaba lista. Miré él reloj de mi muñeca, éste mostraba las nueve en punto. Recuerdo que cuando era pequeña nunca entendía las agujas del reloj, mi madre tampoco se interesaba en enseñármelas, y así lo hizo mi padre. Todo lo hizo mi padre.

"¿Vamos?" Mandy me sacó de mis pensamientos y asentí rápidamente.

Prácticamente corrimos por los pasillos. Cada una dirigiéndose al aula correspondiente. Cuando abrí la puerta del salón todos los ojos se posaron en mi. Sentí un ardor en mis mejillas y cerré la puerta pidiéndole disculpas a mi profesor. Me senté dónde siempre y a mí lado estaba Ema.

"Es la primera vez que llegas tarde," Susurró ella y yo sólo asentí "¿Por qué?"

"Nos quedamos hablando con Mandy y se nos pasó la hora," Escuché una pequeña risa de parte de ella y yo sonreí.

"Ahora calla," Susurré "Lo último que deseo es que el profesor nos escuche," Solté rápidamente y comencé a tomar apuntes de una de las clases más aburridas que me había tocado.

"¿Irás a la cafetería?" Ema hizo que detenga mi paso y asintiendo con la cabeza esperé por ella.

Cuando llegamos a la cafetería, esperamos en la fila para finalmente tomar unas ensaladas y algo de fruta.

"¡Ema!" Escuché la voz de Mandy detrás de mí y giré mi cabeza para observarla.

Mandy se acercó a nosotras, y luego de saludar a Ema comenzó a hablar de cosas sin sentido, o por lo menos sin sentido para mí, ya que a la mitad me perdí, y dejé de escuchar.

Mis ojos se posaron en una de las persona que atravesó la entrada. River. Mi mirada recorrió todos sus tatuajes y su cara de pocos amigos. ¿Puede ser que una persona así haya hecho todo lo que me contó Mandy?

"¿Que dices Maia?" Parpadee varias veces hasta que miré a Ema.

"¿Qué?"

"Mañana habrá una fiesta. ¿Quieres ir?" Negué con la cabeza.

"Debo estudiar."

"Vamos, ¡será divertido!" Exclamó Mandy y giré mi cabeza lentamente hasta mirarla con los ojos abiertos y las cejas fruncidas.

"¿Tu irás?" Ella asintió "¿Sales un día con River y ya empiezas a ir a fiestas?"

"¿¡Saliste con River!?" Exclamó Ema y yo puse los ojos en blanco.

"Sí, salí con River, pero no significa que a partir de ahora asista a todas las fiestas, es sólo que él irá con sus amigos y quiero verlo." Susurró la última parte y sonreí negando con la cabeza.

"Yo iré," Asintió Ema "Y Mandy me dejará sola porque se irá con River, así que tú debes venir," Ema remarcó el «tú» lo que provocó que me ría.

Mis ojos pasearon por la cafetería hasta llegar a la mesa en la que se encontraba River con otro grupo de chicos. La mayoría tenía tatuajes y perforaciones en la cara. Respiré hondo y vi que uno de ellos tomó un cigarrillo para fumarlo allí, en el medio de la cafetería. Negué con la cabeza y volví la mirada a mi pequeño grupo de amigas.

"No, no iré."

Midnight [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora