Welcome to the Team of Love (Lionel Messi)

Capítulo 40

Desperté por el ruido de mi celular.

Bajé a comer y todo estaba en silencio. De seguro fueron al entrenamiento. Comí y me fui a bañar, estuve mucho rato, salí y rebusqué en mi maleta algo de ropa, me decidí por unos pantalones rojos y una camiseta negra trasparente, me coloqué sandalias. Los minutos pasaron lentos. Decidí ir a caminar. Al menos no me iba a encontrar con Messi ya que deberían estar entrenando.

Caminé hasta una cafetería cercana y comenzé a leer mi libro mientras tomaba un capuchino. Escuché un llanto. No tomé encuenta. Cada vez era mas fuerte e intenso, bajé el libro y me encontré a Thiago. Corrí hacia él.

-Bebé-lo tomé en mi brazos- ¿Qué haces aquí?

- ¡Paz!-me abrazó-me perdí

-Amor, no te preocupes, yo te iré a dejar a casa-pagué la cuenta y fui con Thiago en mis brazos.

-Te extrañé-me abrazó.

-y yo a vos, amor-lo besé.

Esperaba que Lionel no estuviera en casa. Me subí a un taxi y le di la dirección.

Cuando estaba frente a la casa, me puse muy nerviosa. Toqué el timbre. Por favor que abriera Antonella.

Abrió Lionel.

Abrió los ojos al verme. Estaba tan lindo. Como me gustaría lanzarme sobre él y plantarle un beso. Pero no. No podía.

-Pa...z-habló.

-Eh...Me encontré a Thiago...estaba perdido-tartamudié.

-Antonella...-bufó-Gracias por traerlo-lo tomó en brazos. Rozó su mano con la mía asiendo que un escalofrío recorriera mi cuerpo.  Me iba a ir pero me detuvo.

-Paz, ¿podemos hablar?-preguntó.

-N...o-intenté parecer fría.

-Por favor-me miró. Como me encantaban esos ojos.

-Leo...no hagas esto mas difícil-bajé la vista.

-Paz...no sabes cuánto te extrañé-me moría de amor por él.

-Leo...-Quería abrazarlo.

-No te he olvidado, cumplí mi promesa, estoy con Antonella...pero no soy feliz-su voz se cortó-fue tan duro dejarte ir...-se escuchó un llanto proveniente de adentro.

- ¿Es tu hijo?-pregunté.

-Sí, no ha dejando de llorar, no sé qué le pasa

-Y Antonella ¿tampoco sabe? -me preocupé.

-No está. Nunca está. Se le perdió Thiago y no se dio cuenta-habló fríamente.

- ¿puedo verlo? Quizá pueda saber qué le pasa

- ¡Claro, entra!

Al entrar, me encontré con un hermoso bebé de dos meses. Era igual a Leo.
Lo miré. Era obvio que le dolía algo. Le toqué la frente.

-Tiene fiebre-avisé a Lionel.

-Creo que tengo un remedio-corrió a buscarlo.

-Hola-le dije al bebé-eres muy lindo-jugué con su manito, dejó de llorar por un momento.

-Acá está-me lo tendió. Le di pequeñas gotitas.

-Dale, ya está, si le sigue doliendo llévalo al hospital-me agaché a besar a Thiago.-Adiós.

-Paz, por favor, hablemos-agarró mi mano.

Nuestras miradas se encontraron.