Capítulo 17: ¿Trampa? No importa.

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Moví la cabeza hacia los lados y abrí los ojos. Durante los primeros segundos, mi visión estaba borrosa, pero momentos después, mi vista se aclaró. Estaba en salón de la casa de la bruja.

Intenté moverme, pero resultó inútil, estaba paralizada contra la pared. Esto me pasa por no andar con más cuidado. La bruja entró en mi campo de visión con una caja de alfileres.

- ¿Vas a hacer vudú? -pregunté chistosa.

- Da suerte de que sigues viva.

- ¿Por qué los mataste?

- Me vieron practicar la brujería, eran un peligro para mí.

- ¿Y no tienes escoba ni un gato negro o algo así? -intenté mover las extremidades logrando el mismo éxito que antes.

- Antes tenía un gato, pero se murió, digamos que era necesario para uno de mis rituales -sabía que tenía gato- Y no te molestes en intentar moverte, te he lanzado uno de mis mejores hechizos, sientete especial.

- Que honor, me siento tan orgullosa... -dije con sarcasmo- ¿Por qué me mantienes con vida?

- Estoy esperando a que llegue tu amigo a rescatarte.

- ¿Y para eso me necesitas viva?

- No solo por eso, pero enseguida lo descubrirás, tu amigo no tardará mucho más en llegar.

La puerta se abrió de par en par y por ella entró Sam con la pistola en alto. La bruja movió la mano y Sam acabó a mi lado en la pared.

- Te dije que no te cogiese.

- ¿Hace falta que diga con que facilidad te ha inmovilizado? -miré a la chica- Bueno, ya estamos ambos aquí, así que... ¿Para qué nos quieres?

- En el infierno dan un pecio bastante interesante por vosotros dos, sobre todo por ti -dijo refiriéndose a Sam.

- Espera, ¿me conocen en el infierno? Espera, ¿le han puesto precio a mi cabeza? Eso no es bueno.

- Chica, ¡vas con el maldito Sam Winchester, por supuesto que te conocen!

- Ya, pero eso de ponerle precio a mi cabeza me parece excesivo, no he hecho nada tan notable.

- A mí eso me da igual -la bruja vertió un líquido negro en el caldero- Si me disculpáis, he de llamar a un demonio.

- Bueno, ¿alguna idea mientras la otra loca llama a ese demonio?

- Tengo el colt en la parte trasera de mis vaqueros, ¿puedes alcanzarlo?

- Claro, ¿quieres que luego te haga un café con leche? -pregunté con sarcasmo.

Sam fingió no oírme.

- Creo que tengo una idea.

- Ilumíname.

- Cuando el demonio venga, ella probablemente rompa el hechizo de paralización, ese será el momento para atacar.

- Si es que lo invierte...

- Ten un poco de fe.

El timbre sonó.

- Ahí está vuestra perdición -nos informó la bruja. Ella abrió la puerta y por ella entró un cartero.

- ¿Nuestra perdición viene vestida de cartero? -me reí.

Los ojos del hombre se volvieron negros.

- Ríete todo lo que quieras, pero ya veremos si haces lo mismo cuando te mate.

- Te sacaría un corte de manga, pero ando un poco paralizada.

- Muchas gracias por tu colaboración -el demonio se acercó a nosotros con un cuchillo en mano.

- Espera un momento -la bruja se puso en medio- Antes quiero mi recompensa.

- ¿Tu recompensa? Por supuesto -el demonio le clavó el cuchillo en el estómago a la bruja- Tu premio es estar un paso más cerca de Lucifer, espero que te guste y lo disfrutes.

Sacó el cuchillo y tiró el cadáver a un lado.

- Ofendete si quieres: que mierda de premio, aunque gracias a tu premio, el hechizo está roto.

Le pegué un puñetazo por sorpresa en la cara y le hice retroceder. Cerré el puño y empecé a moverlo hacia los lados, ya entiendo a Bella cuando pegó a Jacob.

- Te diría que la próxima vez que hagas estos tratos, pensases en quién matar antes, pero el caso es que no va a haber una próxima vez -Sam cargó el colt y le disparó en la cabeza- ¿Estás bien?

- Sí, con el puño dolorido, pero sobreviviré. ¿Cómo vamos a explicar los cadáveres?

- De ninguna forma, llamada anónima y listo.

- Me parece bien.

****

Entramos en el motel.

- Bueno, ¿siguiente caso? -le pregunté a Sam.

- ¿Ya quieres volver a salir de caza?

- Sí, me ha animado que esta bruja fuese tan fácil de matar.

- Como que un demonio nos ha hecho el trabajo.

- Pero luego matamos al demonio.

- Lo maté yo -corrigió él.

- No, fuimos los dos porque somos un equipo.

El móvil de Sam sonó.

- Es Bobby, seguramente haya encontrado algo sobre Azazel -Sam puso el manos libres y lo dejó encima de la mesa- Estás en manos libres, ¿has encontrado algo?

- Sí, una concentración de señales demoníacas en un pueblo de Nebraska, concretamente en las cercanías de un cementerio.

- ¿Por qué Azazel iba a estar en un cementerio?

- No lo sé, pero Sam, estas señales demoníacas son demasiado llamativas.

- ¿Qué quieres decir? ¿Una trampa?

- Seguramente.

Sam cruzó la mirada conmigo, yo asentí.

- Vale, gracias Bobby. Trampa o no, él va a morir.

- ¿Quiere qué vaya con vosotros?

- No hace falta, nos las apañaremos solos.

- Tened cuidado.

- Siempre.

Sam colgó.

- Ya tenemos caza.

- Eso parece.

Chained souls (Sam Winchester)Where stories live. Discover now