Perecer por amistad

1.9K 219 34
                                    

—¡Atrápenla, se lo dirá a todo el pueblo! —gritó Ciro. Sara me miró a los ojos sin saber qué hacer, ella corrió entre los árboles y al darme cuenta un búfalo iba tras ella.

—¡No! —grité horrorizado.

Corrí para detenerlo o le podría hacer daño a Sara, seguía sin poder alcanzarlo, escuché otro grito, el búfalo la tenía acorralada contra una pared y se preparaba para atacarla, me coloqué frente a Sara para que no la matara, pero él seguía en posición de ataque, debí haber imaginado que sería capaz de lastimarme, intenté hacer de todo para transformarme pero no conseguí nada. Me di vuelta dándole la espalda al búfalo y envolví a Sara en mis brazos, ella me miró y pude sentir su temor.

—No te preocupes, él no podrá lastimarte sin matarme primero—ella sólo hundió su cara en mi pecho.

Cerré los ojos esperando el impacto, cuando escuché que estaba por embestirnos el rugido del Morphe de Robert me hizo girar, un gorila y el oso tumbaron al búfalo haciéndolo volver a la forma humana de Ciro. Sara se puso aún más nerviosa al ver a dos grandes animales tumbando a un búfalo que luego se convierte en humano.

El gorila tomó su forma normal al igual que el oso y eran William con Robert.

—Es Robert, esa cosa es Robert - dijo Sara con voz entrecortada.

—¿Están bien? —preguntó Robert.

—Si, muchas gracias —contesto.

—¡Aléjate! —gritó Sara.

—Ellos no nos harán daño —digo para intentar calmarla pero ella se separa y ahora también me mira con temor.

—¿Tú estás con esos monstruos?

—Soy uno de ellos y no somos monstruos —Sara sale corriendo.

—Déjala, no la sigas —me dice William —me quedé mirando el sendero por un momento mientras Robert y William levantaban a Ciro.

Llegamos a la laguna donde todos nos esperaban, Teo se lanzó a mí dándome un abrazo.

—¿Dónde está la chica? —pregunta mi tía.

—Se fue —contesta Robert.

—¿Cómo que se fue?

—¿Qué querías, que la trajéramos para matarla? —digo con enfado.

—Sólo nos aseguraríamos de que no dijera nada.

—¿Cómo? ¿con un maldito búfalo intentando matarla?

—Me aseguraré que Ciro tenga un castigo.

—¿Castigo? estamos hablando de un intento de asesinato, él intentó matarme también —mi tía se quedó sin palabras al escuchar eso, solo miró al cuerpo inconsciente de Ciro.

—Yo me encargaré de esto, pueden irse.

Al día siguiente no me preparo para ir al colegio, no tengo la cara para mirar a Sara, ella piensa que soy un monstruo y quizás no me vuelva a hablar, hasta podría cambiarse de colegio.

Teo entra al cuarto con su uniforme puesto.

—Hoy no iremos —le digo.

—Puedo ir yo solo.

—No, Teodoro, tampoco irás.

—Pero tengo el cuaderno de Flo mi compañera.

—Te dije que no y punto —él pone cara triste saliendo del cuarto, alguien toca la puerta, Teo la abre y Robert salta a mi cama.

—Sabía que no tendrías ganas de ir hoy así que vine a buscarte —me dice con  la sonrisa que nunca se borra de su cara.

—Sal de aquí no me molestes, no iré.

—Vamos, me quedaré en tu salón contigo para que no te sientas solo.

—¡Dije que no y ya vete!

—Perdón, ya me voy.

Al cerrarse la puerta, no puedo creer lo injusto que puedo llegar a ser con Robert, él sólo quiere ser un buen amigo pero yo nunca lo consideré como tal, le grito, lo maltrato y nunca le agradezco lo que hace por mí, incluso me salvó la vida y a Sara, sin olvidar que me ayudó a proteger a Teo cuando pensé que la hiena lo dañaría.

Tomo mi uniforme y voy a la sala.

—Esperen, me vestiré —digo recibiendo sus miradas de confusión.

Al dejar a Teo en su colegio y estando solamente con Robert  le agradezco.

—Robert, sólo quería agradecerte todo lo que has hecho por mí y también por nunca abandonarme a pesar de como soy contigo, gracias por salvarme la vida. Eres mi mejor amigo —él sólo me da un abrazo asfixiante y sonríe.

—Tú siempre fuiste mi mejor amigo—contesta.

Llegamos al colegio y me siento temeroso a lo que podría pasar. Llego a mi salón y Sara no está, como pensé ella no vino, y creo que jamás volverá.

Se abre la puerta y ella entra sin mirarme, pasa de largo y se sienta al lado de Nicolás. Al menos volvió, eso es suficiente para mí por ahora, en toda la clase me sentí vacío sin tenerla a mi lado haciendo bromas acerca de los gorilas y las polvorientas. Ella logró hablar con Nicolás incluso lo hace reír, eso me pone un tanto celoso.

A la hora de receso estaba hablando con Robert sobre su Morphe cuando Sara entra al salón-

—Con que así se hacen llamar, Morphes —nos quedamos sin decir palabra alguna.

—¿Qué son? ¿una clase de grupo que práctica magia negra? —le pido a Robert que nos deje solos para poder hablar con Sara.

—Tienes unos minutos para explicarme.

—No sé qué decirte.

—Podrías empezar quizás no sé por ¡las personas que se vuelven animales!

—Bien, mi familia y yo somos personas diferentes, tenemos el don de transformarnos en animales, al igual que muchas familias en todo el mundo, nos hacemos llamar Morphes.

Ella queda en silencio asimilando la situación.

—Vivieron entre nosotros todo el tiempo ¿cómo no se da cuenta nadie?

Muchas personas lo saben pero los toman por supersticiosos, otras sólo guardan el secreto.

—¿Y cómo sabes que no se lo conté a alguien?

—Porque confío en ti, sé que no lo harías.

—Si confiaras en mi, me lo hubieras dicho hace tiempo.

—¿Para que me digas monstruo como ayer? Yo temía perder tu amistad, por eso no te lo conté.

—Tienes que entenderme  ¿cómo querías que reaccionara? Es algo tan irreal.

—¿Entonces no piensas que soy un monstruo?

—No pienso eso porque siempre supe que tenías algo especial… pero esto te hace único.

MORPHESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora