Capitulo 34

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Las tres chicas tenían ya armadas sus mochilas, una vez que la llamada de Nicole había finalizado en la noche se tardaron todo el resto que quedaba en armar el plan perfecto para poder encontrar a su amiga.

—Espera— dijo Andy—. Dios, que idiotas somos— finalizo y las demás fruncieron el ceño—. Querida Barbie de mi alma, ¿en donde es que pensamos ir a buscar a mi bro?

La rubia elevo una ceja.— En la camioneta que le robar... digo, tome prestada a mis padres— dijo y rodó los ojos para luego cruzar sus brazos.

—Te ves muy graciosa así— clamo Camille.

—¿Así como?— cuestiono la aludida.

—Así— exclamo la castaña cruzando sus brazos y elevando ambas de sus ceja.

—A ver, tranquilizate, piojosa.

—¡Yo no tengo piojos!

—¡Pues, porque ya te entraron al cerebro!— grito la rubia.

—¡Y vos ni cerebro tenes porque ya te los han comido! ¡Y no hablo de los piojos!— exclamo Camille.

—Dios...— bramo Andy—. ¡Nicole puede estar muriéndose y ustedes discutiendo por piojos, las dos son piojentas y cierran la boca! ¿podrán?

Las demás suspiraron y asintieron a la par.

—¿Que problema tiene la camioneta?— pregunto Barbie.

Andy sonrió.— Amor de mi vida, ¿acaso sacaste la licencia y no me has dicho antes?, porque debo decirte que yo no tengo edad y Camille le tiene miedo a las ruedas así q-

—Espera, ¿a las ruedas?— cuestiono la rubia viendo a la castaña quien rodó los ojos.

—Larga historia, además no te importa.

—Cara de torta— exclamo la rubia—. Y si que tienes cara de torta.

—¡BARBIE!— grito Andy.

—Mucho gusto— dijo la rubia.

La morocha chillo.— Bien manga de zorras, si ni bajan un cambio juro que las enterrare a las dos, así que mejor se callan y van colaborando si no quieren ser comida por gusanos.

—Ay que malota— murmuro Camille.

—Aquí la mayor eres tu, tendrías que poner un poco de orden— exclamo Barbie.

—Lo siento rubia, pero si se te olvida la vieja con arrugas acá eres vos.

—¡EL PROBLEMA AQUÍ ES QUE NINGUNA TIENE LICENCIA Y NO PODEMOS ANDAR EN COCHE!

—Ouch— protesto la rubia—. ¡MIERDA, LO HABÍA OLVIDADO!

—No me digas— siseo la morocha rodando los ojos—. Que novedad.

—Y como Camille es una genia— se dijo asi mismo la castaña.

—¿Sabias que la palabra genia no existe?, no existe en forma "femenina", sino que la palabra correcta es genio— clamo Barbie y las demás la observaron frunciendo el ceño—. ¡Bueno, re disculpen!, es lo único que he aprendido en historia.

—Ibas bien hasta la parte de historia— bramo Andy.

—A veces wilson se va un poquito de tema.

—¡Tierra a Barbara y Andrea!— clamo Camille y las demás prestaron atención—. Bien, espero que después de decir esto Barbie no me mate, aunque claro si me llega a tocar un pelo juro que te arranco las extensiones.

—A ver, baja un cambio, este pelo es natural.

—Si claro— murmuro Andy—. Como las tetas de la profesora de filosofía.

—¡Andy!— exclamo Camille.

—Si, Camille tiene razón, no puedes usar esa palabra en una historia.

Andy sonrío.— ¿Cual? tetas tetas tetas tetas.

—¡BASTA!— grito Barbie tapando sus oídos.

Camille rodó los ojos y en aquel momento que se había desatado una pelea entre las dos chicas el timbre había sido tocado.

Andy y Barbie observaron a la castaña con una sonrisa cómplice dirigirse hacia la entrada, las demás las siguieron.

Al abrir la puerta Camille sonrió, Andy frunció el ceño al no recordar quien era el chico, y Barbie simplemente bufo sonorosamente.

—Bien, chicas, ya conocen a Jeff— exclamo Camille—. Ha sacado su libreta hace dos años, y no tiene ningún problemas en llevarnos.




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