Parte 1

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Para Himchan, aquel beso bajo el muérdago, significo el inicio de su historia de amor con Yongguk. Esa noche se demostraron cual grande era el deseo que sentían el uno por el otro. Sin embargo, nadie le dijo a Himchan que su historia no tendría el "Y vivieron felices para siempre". Y es que, el año paso volando y diciembre llego de nuevo. Para desgracia del comandante de bap, el año no fue como hubiera querido. Él imagino su vida color de rosa, bueno después de esa confesión tan romántica por parte del matoki rojo, creyó que todo sería miel sobre hojuelas.

Lejos estuvo de serlo. Las actividades del grupo, agotaban el tiempo de los miembros. Aun así, el comandante se las ingeniaba para pasar un rato a solas con su, ahora amante. Al principio iba bien, pero esos momentos fueron poco a poco desapareciendo. Himchan sabía que tenía culpa del porque, a últimas fechas, dormía solo en el cuarto que supuestamente compartía con el mayor.

Esto ocurrió a mediados de noviembre, Yongguk tenía muchas ideas arremolinadas en su cabeza, pero el cansancio le ganaba, tan solo pisar el departamento de bap. Himchan, como buen "amigo" veía la frustración en el líder, así que hizo lo que cualquier persona haría por ese ser especial: sacrifico su poco tiempo con el mayor, para que este pudiera componer. Siendo quien había hecho esa propuesta, ahora no podía quejarse por la total e inexistente atención de Yongguk hacia él. La frustración, ahora enmarcaba el bello rostro del matoki rosa.

- Que aburrido - decía Himchan suspirando pesadamente, tan audible como para que su comentario llegara a oídos ajenos, más fue en vano. Yongguk solo gruño en respuesta, sin prestar realmente atención a lo dicho por Chan.

Si algo le molestaba a Himchan era ser ignorado, por eso, enojado se levanto de su cómodo asiento y salió del estudio, no sin antes mascullar un par de improperios para su pareja. Triste y decepcionado, el matoki rosa, caminaba por los pasillos de la empresa.

Los miembros restantes, no eran ajenos a los problemas de los mayores, se daban perfecta cuenta de la irritabilidad de su comandante y de la ausencia por parte del líder. Pero ninguno se creía con el derecho a hablar del tema. Así que solo se mantenían al margen. O al menos tres de ellos.

Y es que, para Youngjae, las cosas se volvían un dejavu. Justo por estas fechas pero de hacía un año, Himchan padecía por un amor unilateral hacía el mayor de los seis, siendo él, el único testigo de ello. Llevar esa carga había sido un fastidio y no deseaba volver a padecerlo. Intento ignorar los gestos de disgusto y la poca disposición de los más grandes, pero la tensión cada vez era más palpable. Todo apuntaba que tendría que intervenir de nuevo.

- Jae – su mano fue tomada por sorpresa por Daehyun, este le miraba tiernamente, adivinando quizás lo que había dentro de su mente – No te preocupes, ellos ya están grandecitos para arreglar sus problemas. Vamos a casa.

Pero eso no sucedió. Yongguk cada vez aparecía menos por el departamento. Se encerraba día y noche en el estudio, dejándole las responsabilidades de líder a Himchan. No le molestaba, hasta cierto punto, solo cuando el mayor aparecía y todo su esfuerzo lo mandaba al traste, imponiendo su santa voluntad. El colmo fue cierto día que, muy de madrugada, Jongup sufrió de fiebre. En casa no había medicamentos para controlarla. Himchan llamo al manager sin éxito, llamo a Yongguk pero nada tampoco. Sin ganas, despertó a Daehyun y Youngjae para que se hicieran cargo del menor, mientras él iba a comprar lo necesario.

Maldecía al manager, a Yongguk y al frio que arremetía contra él. Tuvo que caminar un largo tramo antes de encontrar una farmacia abierta a esa hora. Compro lo necesario y volvió al departamento.

Con trabajo las tabletas pasaron por la garganta del menor. Himchan envió a dormir a los demás, a Zelo le ordeno dormir en su cuarto, él se encargaría de cuidar de Up. Las horas pasaron, cerca de las 6:30 am, tanto Jongup como Himchan, consiguieron conciliar el sueño.

***

Los gritos desde la sala, hicieron que Himchan se despertara asustado. Miro el reloj y ya eran las 10 de la mañana. Con su pelo desordenado fue hacía donde los gritos provenían.

Molesto, el líder le miraba. Los regaños atacaban al comandante a diestra y siniestra. Ese día tenían una reunión con el CEO de su empresa. Ellos jamás aparecieron, solo Yongguk, quien ya se encontraba en la empresa. Chan estaba avergonzado por su error, había olvidado poner la alarma. Aun así, las reclamaciones de Guk le parecían exageradas. La gota que derramo el vaso o por así decirlo, lo que acabo con su paciencia, fueron las últimas palabras dichas por el mayor: "me has decepcionado"

La ira le cegó y sin pensarlo mucho, su puño se estampo en el rostro de Yongguk. El revuelo que los mayores armaron, llego a oídos de los demás que salieron de sus cuartos solo para encontrarse a su líder tirado y limpiándose los rastros de sangre de su boca. Más que enojado, Yongguk estaba anonadado. Himchan, "su" Himchan, le había golpeado y ahora le miraba con fuego en sus ojos. Nadie dijo nada, nadie se movió, incluso parecía que habían dejado de respirar.

Fue el propio Himchan quien rompió el silencio.

- Yo debería decir eso. Me has decepcionado Yongguk – y sin más, tomo su chamarra y salió del departamento.

***

- Auchhh – se quejaba Yongguk al sentir el rose de la gasa, por su labio. Aun seguía confundido por la actitud de Himchan.

- Lo siento hyung

- Ah, no descuida Up, no duele tanto

- No lo digo solo por eso – Up se sentía culpable de la discusión de los mayores – Si hubiera sido más cuidadoso, no hubiera enfermado y ...

Yongguk, había sido informado de la situación que los llevo a faltar a la cita acordada. No es necesario decir, lo avergonzado que el líder se sintió cuando escucho la narración de los menores. Entendía, la furia de su amante, si es que aun podía llamarle así, pero en el fondo, presentía que en ese ataque de ira por parte del otro, se encerraba algo más.

- No es tu culpa Up. No debí gritar sin escuchar sus razones antes

- ¿Buscaras a Himchan hyung?

- Mmmm, no. Lo conozco y estoy seguro que no me contestara por mucho que insista. Él es así, orgulloso – una fingida sonrisa se escapo de los labios "rotos" del mayor. Sabía que Himchan no le perdonaría tan fácilmente. Y menos porque, no sabía cual era su error para llevar a el estado de furia matoki rosa.

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