Capítulo 5:

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Bernard besó los labios de Briley suavemente y dejó que ella tomara el control, y ella lo hizo, él no podía creer que estaba teniendo su primer beso, y no con cualquier chica, esta era la chica que él quería, no sólo le parecía muy sexy y hermosa, también inteligente, y esto era suficiente para sentirse atraído. Briley rompió el besó y volvió a su puesto, mirando a Bernard y sonriendo, a ella también le había gustado el beso tanto como a él.

Después de esto, nadie mencionó nada al respecto, todos querían seguir jugando. Bernard giró la botella y se detuvo apuntando a Briley.

¿Quieres verdad o reto?

—Te reto a que me retes a algo. —Briley le guiñó un ojo.

— ¿Ah sí? Toma un shot de vodka solo, sin nada más.

Briley se puso de pie y caminó hacia la casa, sentía un mareo ligero, pero logró entrar y se dirigió a la cocina para buscar una botella de vodka, agarró una que estaba en la encimera y después caminó por la sala.

Oye Briley, ¿podemos hacer karaoke? —Una chica conocida le pidió permiso.

—Claro, diviértanse. —Briley respondió sin pensar mucho.

La chica retomó su camino hacia el patio y se detuvo un momento, tuvo una ligera sensación de que iba a vomitar, pero por suerte eso no sucedió, así que continuó caminando y cuando llegó, se sentó en su puesto y abrió la botella de vodka, sirviendo en un vaso para shots y derramando un poco la bebida, así que Christie la ayudó. Briley tomó el shot lo más rápido que pudo, sintiendo como la bebida quemaba un poco su garganta.

Es de cereza.

Eso fue lo que dijo antes de girar la botella, preguntándose quien sería el siguiente, se le ocurrió una idea que jamás se le habría ocurrido estando sobria.

El castigo por quien se rehúse a hacer un reto a responder una pregunta, será quitarse algo, pero las pulseras y otras cosas no cuentan, sólo la ropa.

Todos asintieron confusos y justamente la botella apuntó a Emiliana, quien no se veía muy contenta respecto a esa idea, pero ella quería seguir jugando, así que se quedó allí, no podía suceder nada que la hiciera arrepentirse, ¿o sí? El juego continuó, la botella fue girada muchas veces y nadie se había quitado ninguna prenda ya que todos estaban respondiendo a las preguntas y haciendo los retos, nadie quería desvestirse, pero a medida que el juego seguía, las preguntas y los retos se volvían más atrevidos.

Hazle un baile sexy a Jeanine. —Emiliana retó a Briley.

 Briley parpadeó, aún tenía algo de sentido común, y ese reto era demasiado, no le agradaba Jeanine, y por más alcohol que haya tomado, no quería hacer un baile sexy, o al menos no a Jeanine, probablemente hubiese aceptado si en lugar de Jeanine, fuese Bernard o incluso una de sus amigas, así que negó con la cabeza y esto hizo a Emiliana sonreir.

—Entonces me temo que tendrás que quitarte algo. 

—Claro, no soy una cobarde... Mierda...


 Briley recordó que ella tenía un vestido, pero debía seguir sus propias reglas, así que sin pensarlo mucho se quitó su vestido y lo puso a un lado, quedando en ropa interior, Bernard la miraba sorprendido, tenía a la chica que le gusta sentada frente a él en ropa interior, Briley no dijo nada, sólo le dio una mirada asesina a Emiliana y giró la botella, apuntó a Christie y como ésta siempre quería retos, pensó en un reto. 

—Trae a un chico y bésalo frente a todos los jugadores.

—Claro, preciosa. —Christie guiñó un ojo y se levantó, entrando a la casa.

  Mientras Christie estaba adentro, Briley le envió un mensaje, estaba segura de que Emiliana quería arruinar su fiesta y era hora de actuar, le había pedido a Christie que hiciera los retos y las preguntas mucho más atrevidas cada vez que la botella apuntara a Emiliana hasta hacer que se canse y se vaya de la fiesta. Christie regresó con un chico rubio y cuando los jugadores voltearon a verla, lo besó, el chico se sorprendió, como era de esperar, y después preguntó si podía jugar y todos asintieron, metiéndolo al juego, cuando Christie se sentó, miró a Briley y asintió, indicando que estaba de acuerdo con hacer que Emiliana saliera del juego. Las cosas al parecer se ousieron a favor de Briley, pues, cuando Christie giró la botella, apuntó a Emiliana, quien había elegido reto y Christie la retó a mostrarle los pechos a algunos chicos que estaban de expectadores viendo el juego y Emiliana se negó, por lo que tuvo que quitarse la camisa. Cuando Emiliana tuvo un par de turnos más, decidió que no quería seguir jugando.

—No quiero seguir jugando, esto es estúpido.

—Si es tan estúpido, ¿por qué te metiste en el juego? —Briley respondió.

 Emiliana no respondió y sólo se marchó, Briley fue dentro de la casa, olvidando que no tenía su vestido puesto, algunos chicos al verla escupieron sus bebidas, otros dejaron caer sus vasos y otros más la miraron estupefactos y los más atrevidos le dijeron cosas, pero ella no les hizo caso. 

—¿Acaso nunca han visto a una chica? ¡Idiotas!

  Se dirigió a la cocina, pero alguien la detuvo y la llevó hasta la mesa grande del comedor, donde habían unas chicas cantando karaoke con un pequeño público alrededor de la mesa, ella no quería cantar, pero tampoco quería ser una aguafiestas, así que cuando las dos chicas terminaron, se subió a la mesa y tomó el micrófono que le dieron, la canción era Disturbia, de Rihanna, comenzó a cantarla y por suerte se la sabía, ya que probablemente si lee la pantalla, haría el ridículo porque leería todo al revés, ya el alcohol estaba invadiendo su cuerpo porque no le importaba estar de pie sobre su mesa, ni estar usando su nuevo reproductor, y mucho menos estar cantando en ropa interior. Christie y los demás en el patio escucharon su voz y vinieron adentro, Christie fue le primera en abrirse paso hacia la mesa, alentando a Briley a que siguiera hasta que terminó de cantar, después ella se subió a la mesa, quería cantar también, así que le dieron un micrófono y comenzó a cantar The DJ got us falling in love again, de Pitbull con Ne-Yo, después le siguió Briley, ambas se divertían bailando juntas y cantando, todo iba bien hasta que alguien del público le gritó a Briley que se desnudara y ella sin pensarlo se quitó el sujetador y lo arrojó a algún lugar de la sala, y cuando estaba a punto de quitarse sus panties, Christie la detuvo, golpeando su mano. 

— ¿Qué rayos te pasa?

—No, ¡¿qué rayos te pasa a ti?! —Le gritó Christie y bajó de la mesa, recogiendo el sujetador de Briley.

 Briley también bajó de la mesa, casi cayéndose, Christie le cubrió los pechos, Jeanine que estaba cerca, ayudó a Christie a ponerle de nuevo el sujetador a Briley, quienestaba intentando escaparse, después le pusieron el vestido y le dieron un vaso de agua, esperando que eso la calmara y efectivamente logró tranquilizarse un poco.

 —Quiero hacer pis. 

—Uhm, déjame llevarte, en esa condición probablemente terminarás haciendo pis en la alfombra.

 Christie por primera vez en su vida tenía que cuidar de Briley, así que la llevó al segundo piso, ambas tropezando a medida que subían los escalones, pero lograron llegar sin caerse, entraron al baño y Christie se aseguró de que su amiga no confundiera el inodoro con el lavabo y se dio la vuelta para ir hacia la puerta.


—No te vayas, me va a llevar el troll violador.

— ¿¡Qué!? 

  Christie intentó no reírse, pues, le preocupaba Briley, nunca la había visto ebria y lo peor que podría pasar sería que desapareciera, en la fiesta habían muchos chicos que ella no conocía y había visto como le daban éxtasis a las chicas que querían para ellos. Cuando estaba a punto de decir algo, alguien tocó la puerta.

Un sábado en casaWhere stories live. Discover now