Josef Mengele Historia (Parte 3)

69 2 0
                                    

Ciencia al servicio del odio

El interés de Mengele en el genotipo humano rubio de ojos azules es curioso, pues ni él ni sus superiores respondían a esa descripción.

Mengele estaba fascinado por los

ojos azules, y se decía que tenía una colección de ellos en las paredes de su oficina, similar a una colección de mariposas. Constantemente trataba de cambiar el color de los ojos de

los niños.

¿Por qué podría alguien querer

cambiar el color de los ojos?

¿Qué hacía tan especial a los ojos azules?

Mengele intentaba responder

mediante sus experimentos

eugenésicos, ¿Por qué la "raza

superior aria" presentaba más

cantidad de personas con ojos

azules, que con ojos de otros colores característicos de las razas inferiores?

Para resolver el intrincado

rompecabezas genético Mengele

tendría un poder de decisión

absoluto: podía hacer lo que

quisiera.

Personificación del Demonio Nazi

Las investigaciones de Mengele

tenían un fin claramente demarcado: lograr la absoluta perfección de la raza aria y asegurar su reproducción.

Es por ello que intentaba descifrar los secretos de los nacimientos múltiples. Cuando se sabía que tocaba el turno de las rondas de Mengele, la tensión invadía por igual a prisioneros, guardias y doctores de la SS. Todo el mundo se aterrorizaba cuando comenzaba a revisar a los recién llegados, en su frenética búsqueda de gemelos. Cuando él llegaba con su terrible voz, los guardias nazis se aterrorizaban, y eso aterrorizaba aún más a los

judíos. Mengele siempre se

presentaba con su uniforme

impecable y sus botas de cuero

perfectamente lustradas, muy

elegante, como un caballero refinado y aristocrático,caminando como si fuera dueño del universo, absolutamente seguro de sí mismo, mirando a los ojos a cada uno de los

recién llegados.

"Lo veíamos vestido inmaculadamente, con un par de

guantes de cuero en una de sus

manos, y con un pequeño látigo

para cabalgar en la otra. La relación entre "sujetos" y "amo" es muy difícil de explicar, y aún luego de haberla vivido, no puedo explicarla"— (Eva Mozes Kor).

Mengele sabía el efecto que causaba en las mujeres, y calculaba perfectamente sus ademanes para lograr el resultado deseado.

Gissela Weird, una doctora judía prisionera, recuerda: "Mengele se deleitaba presentándose ante nosotras, exquisitamente perfumado... tan elegante y atractivo... Vestía hermosas camisas de color azul. Muchas mujeres decían: “me encantaría pasar la noche con él”. Era su forma de hacernos enloquecer: se debe estar loco para respirar el humo de los crematorios, y seguir viendo en él a un hombre

tan atractivo como para pasar la

noche".

En otras ocasiones, su lado oscuro

surgía descontrolado. Un

sobreviviente lo recuerda ejecutando a un joven de 17 años, por robar carbón. Mengele le disparó en ambas rodillas, luego lo tomó del cabello y le disparó en la cabeza.

"Robar está prohibido, y ustedes

deben respetar las reglas de este

lugar" dijo, para luego salir

caminando como si nada hubiera

ocurrido.

A excepción de ocasionales visitas, Irenna Mengele no convivía con su esposo. Auschwitz era muy poco

cosmopolita para ella, por lo que es dudoso que conociera cabalmente lo que ocurría, como así también que Mengele le hubiera sido fiel durante

su estadía en el campo.

"Mengele gustaba de seleccionar las más bellas mujeres judías para pasar sus horas libres. Las hacía pasar una bella noche, tocando el piano. Pero en todos los casos, por la mañana, las

mataba"— (Siegfried Halbreich,

sobreviviente).

Mengele era un excelente pianista. Incluso se conoce una grabación suya, cantando y tocando. A menudo, tocaba para los invitados, mientras las notas se paseaban, macabras, por el campo, hasta el amanecer.

Illuminatis, Proyecto Monarca Y Lo Que Tienes Que SaberWhere stories live. Discover now