La bestia, el demonio y el rey del hielo

13.2K 786 301
                                    

WIRT

"Hace mucho tiempo existió un guerrero llamado Pairen que era el más fuerte y valiente del pueblo, un día Pairen defendió al pueblo de monstruos macabros cortándoles la cabeza por lo que hicieron un gran banquete, esa noche en el banquete conoció a una joven muy hermosa llamada Fyara de la que se enamoró profundamente. Fyara y Pairen empezaron a verse en secreto ya que eran de castas diferentes y su amor era prohibido, se veían sin falta hasta que los descubrieron y asesinaron a Fyara. Pairen estaba destrozado, por lo que vio a un chamán y le ofreció su vida para salvar a su amada, cuando ella volvió se dieron un beso de amor verdadero..." ¡¿Qué clase de basura es esta?! —gritó el demonio que se encontraba sentado en un sofá frente a mí— ¡Tenia fama y grandeza! ¡Pero no, quiso perder su estúpida alma por una estúpida mujer!

—A mi me gustó el principio...

—¡¿Acaso estás sordo?! ¡Acabamos de perder nuestro preciado tiempo con esta historia!

—Aquí no pasa el tiempo, genio. —ambos chicos rubios voltearon a verme una vez decidí detener su tortuosa pelea, para mí mala suerte este lugar no bloqueaba la jaqueca.

—¿Y por eso estas ahí sentado sin hacer nada? —abrí los ojos con molestia. (Aquí es donde se preguntan, ¿cómo rayos supe que voltearon a verme si tenía los ojos cerrados? Fácil, los conozco los suficiente para predecir sus movimientos. Ahora deja de hacer preguntas innecesarias y sigue leyendo).

—Eso no viene al caso, Bill —bajé los pies de la pequeña mesa de madera en el centro de la pequeña sala para agarrar mi lámpara y levantarme—, de casualidad, ¿tú estas haciendo algo mejor?

—¡No! ¡Sigo encerrado en esta horrorosa prisión con dos patanes, siguen mandándome estos inútiles libros para humanos y el único que se divierte es Finn por que siempre anda en otro mundo! —reviré los ojos al verlo levantarse. Hora de su berrinche diario.

Caminó con velocidad hacia una de las paredes de la blanca celda y yo volví a sentarme donde antes, dejando mi lámpara en la mesa. Minutos después volví a tomarla, debería dejar de ser tan desconfiado pero me es imposible dejarlo solo por un rato.

—¡Déjenme salir! —gritó y empezó a golpear y patear la pared, Finn se sentó hecho un ovillo a mi derecha, se tapó los oídos con las manos y empezó a murmurar con pánico.

—Bill, cálmate, estás asustando a Finn-

—¡No me digas que me calme! —se giró hacia mí con evidente frustración— ¡Debo volver a Gravity Falls antes de que se olvide de mí! ¿Acaso- Acaso no lo entiendes, Wirt? —hacía ademanes en un intento de aclarar a lo que se refería, su mirada era cansada y se notaba que aguantaba el llanto. ¿Por qué no solo se rompe en pedazos al igual que hizo Finn? La vida es más sencilla cuando estás completamente loco—, ¿no harías lo que fuera por volver a estar con Greg tan solo un momento?

—Sabes que sí —bajé la mirada a la pequeña flama que bailaba sobre el aceite, con su típico movimiento alegre que ha tenido desde que nació. Lo miré nuevamente—, pero golpear y gritar como desquiciado no los hará volver o reducirá nuestra condena, deberías comportarte mejor y quizá así vayas con tu Pino más rápido.

Pino, el apodo de un apodo, Dipper Pines, ese nombre salió de mis labios como si me repugnara, y me repugna. El demonio suspiró y se sentó a mi izquierda, recargando su cabeza en mi hombro. La rutina de todos los días volvió a repetirse, abrazar a dos chicos rubios mientras uno llora y el otro se queja de un espíritu que va por ahí dejando asquerosas cabezas.

—Esta prisión esta volviéndome loco, Wirt —susurró sin siquiera dirigirme la mirada, no es la primera vez que lo dice, no es la primera vez que no tiene la valentía para mirarme con los ojos rojos e hinchados.

—Más loco de lo que ya estas no creó que sea posible —así como él, recargué mi cabeza sobre la suya—, vamos a salir de aqui pronto, te lo aseguro.

Silencio, un tranquilo y cómodo silencio gobernaba la habitación mientras mis amigos dormían. Cuanto desearía que la paranoia me dejara dormir.

<<¿Por qué no le dices?>>

La voz de mi hermano rebotó en mi cabeza, miré la lámpara y sonreí.

—¿Decirle qué?

<<Que lo quieres>>

—Vamos, Greg, Bill sabe que lo quiero —miré al chico que dormía y luego a mi hermano, en la mesa llena de papeles y cuentos infantiles.

<<Wirt>>

—Sí, sé que no te refieres a eso —un largo suspiro escapó de mis labios—, aún así no voy a decirle, nunca le ganaría a Dipper, ni siquiera puedo considerarme competencia.

<<Hay algo que no estás viendo>>

—¿Ah, sí? ¿Y eso que es? —alcé una ceja.

<<Dipper no está aquí y ustedes nunca saldrán de prisión>>

Silencio, la llama volvió a bailar y la voz desapareció dejando una enorme sonrisa en mis labios. Tiene razón, Bill es mío y solo mío mientras sigamos aquí, es decir, para siempre.

Brillo lunar, que entre nieblas se ve. Lo que se fue, mostrará —me acomodé de una forma en que no despertara a ninguna de las dos criaturas que dormían sobre mis brazos, cantando de forma casi inaudible—. Las cargas pasadas, sólo ecos del ayer. ¿Qué hacemos aquí? ¿y cuál será el fin?

Miré al techo de la prisión siempre blanca, infinita y a la vez finita. La única forma de llevar el conteo de los días es con la luz que apagan cada vez que anochece.

Si un sueño no es real, ¿por qué no jugar? —acomodé el cabello del demonio de los sueños para poder ver su rostro dormido— Como el viento trae las hojas hasta ti, que otoño se llevó...

No creo poder conciliar el sueño, igual, tampoco sería mi primer noche en vela. Cuidando la lámpara, manteniéndola segura y siempre encendida*, cuidando la lámpara, cuidando la lámpara, cuidando a aquel que ilumina mis días, cuidando a un demonio, manteniéndolo seguro y siempre conmigo, cuidando la lámpara, cuidándolo a él.

Amo a Bill así como amo a Finn, los amo a los dos, los adoro, no había sentido tanto cariño hacia alguien desde que conocí a Beatriz, ahora, en una prisión donde el tiempo no avanza**, nuevamente amo a dos rubios que se pelean por cada mínima cosa. Un loco rey de una tierra lejana, un enfermo demonio de otra dimensión. Los amo, los amo, los amo, los amo, los amo, los adoro, los amo, los adoro, los atesoro con mi alma. No es obsesivo, no, claro que no, no es obsesión, solo es amor, ¿cierto? Solo amor, amor, amor, amor, amor, los amo tanto, tanto que no puedo dormir, no puedo cerrar los ojos por un momento o se irán así como Greg se fue, oh, cuánto desearía poder meterlos a mi lámpara para cuidar de sus almas por el resto de mis días.

Prometo que los protegeré así sea lo último que haga.















Hola, luego de dos años, mis hermosos Copitos de Locura.

Pues, luego de pensármelo mucho, decidí editar esta hermosa historia que es una de mis favoritas, Locura Pura. UwU

Espero no hacer muchos cambios que les desagraden, cualquier cosa no olviden comentar, yo leo todo lo que ponen ♡

Ahora, pequeñas aclaraciones:

*No necesita aceite para la linterna debido a que el tiempo dentro de la prisión no avanza.

**Están en una prisión del tiempo, pueden pasar los años y nunca envejecerán, es como si estuvieran en una burbuja, dentro nada pasa, fuera todo sigue normal. Aunque Wirt lleve el "conteo de los días" todo es parte de su locura, la luz ni siquiera parpadea.

También, todos tienen alguna enfermedad mental, según sus síntomas pueden intentar adivinar cuál es ya que no considero del todo importante mencionar cuales son, quizá lo haga, pero no prometo nada. ♡

Los amo.

Locura Pura (Bad End Friends)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora