Capítulo 2:

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  Al llegar a la casa, Briley y sus amigas salieron del auto, ésta corrió hacia la puerta al ver a Miu sobre el tapete de la entrada maullando y la recogió, besando su pequeña cabeza, abrió la puerta y entró, las chicas entraron detrás de ella, todas se sentaron en el sofá y se quedaron en silencio, Briley estaba acariciando a Miu, haciéndola ronronear, después Christie la tomó, adoraba a la gata de Briley, Briley se puso de pie y comenzó a caminar en círculos, mientras mentalmente maldecía su mala suerte, siempre caminaba de esa forma cuando estaba nerviosa o estresada, sus amigas lo sabían, así que sólo la observaban.

—Oye, Briley, ¿por qué no abrimos uno de los vodkas y lo tomamos entre nosotras? —Sugirió Dorothy, esto hizo que Briley dejara de caminar en círculos y la mirara con mala cara.

—No, ¡de ninguna manera! Se supone que nos divertiríamos en Groovie's Club, si no estamos allí no tomaremos ni una gota de alcohol, yo planifiqué ir allí y como no resultó ser así no tomaremos nada. —Briley claramente había perdido el control, no le gustaba cuando sus planes se estropeaban.

—Te entendemos, Bri, nosotras también queríamos estar en Groovie's Club, olvidarnos de la universidad por un tiempo y sólo disfrutar. —Dijo Christie y las demás asintieron, estando de acuerdo con ella.

—Es horrible, no quiero quedarme en casa, ya regreso, esperen aquí.

 Briley caminó hacia la cocina luego de haber dicho eso, cuando abrió la nevera, saltó asustada cuando tocaron su hombro, Christie la había seguido y ella no lo notó.

—¿Desde cuándo tú te asustas?—Le preguntó Christie, sonaba sorprendida.

—No lo sé... Creí que estaba aquí sola.

— Pues, no estás sola, todas estamos contigo. —Dijeron Laurie y Dorothy al entrar a la cocina.

— Ya veo... Como sea, adivinen a quién vi esta mañana en Chompers'.

—¿A quién? —Todas preguntaron a la vez.

—A Jeanine...

—¿Jeanine Foster?— Preguntaron y Briley asintió.

—Sí, ella misma, la perra que creía que todos la adoraban cuando en realidad todos la odiaban, lo peor de todo es que me saludó.

—¿Estaba comprando también? —Preguntó Laurie.

—No, al parecer es una cajera nueva, porque siempre voy allí y nunca la había visto hasta hoy.

— Ah, ¿ qué hiciste cuando te saludó? —Todas preguntaron curiosamente.

—Ignorarla, como siempre lo he hecho.

— Bri, tú no cambias. —Dijeron y se rieron.

—Lo sé, soy genial... Bueno, ahora no seremos más que cuatro amigas que se quedan un sábado en casa.

—¿Qué tiene de malo quedarse un sábado en casa?—Preguntó Christie y guiñó el ojo, Briley sólo se encogió de hombros.

 Briley se sirvió un vaso de agua y lo tomó antes de abandonar la cocina sin decir nada, tomó todas las bebidas y las llevó a su habitación para asegurarse de que sus amigas no se las tomen en su ausencia, abrió una de las botellas de vodka y la olió, era de coco, y como olía bien, asumió que sabría igual, así que le dio un sorbo, e inmediatamente arrugó la cara, así que decidió abrir el jugo de piña y tomó un vaso de su estantería, llenó la mitad con jugo y la otra mitad con el vodka de coco y lo mezcló con un palillo de plástico que tenía el logo de Groovie's Club, probó la bebida y le encantó, se sentó en la cama a pensar en un plan para no tener que quedarse en casa aburrida, no podía ir al club gay si no era lesbiana ni bisexual, todas sus amigas eran heterosexuales, así que no podían ir por más que apoyaran a los homosexuales, Briley sabía que si iban, tendrían que lidiar con chicas intentando seducirlas y al rechazarlas iban a descubrir que eran heterosexuales y las echarían del club, y al otro club fue sólo una vez y después de presenciar una horrible pelea y disparos, no le quedaron ganas de volver a ir allí. Suspiró mientras le daba sorbos a su dulce bebida, pensaba que lo dulce del jugo cortaría los efectos del alcohol, pero estaba totalmente equivocada.

Un sábado en casaWhere stories live. Discover now