Nota del autor

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Todos los habitantes de Rëlsa, la Cuna del Saber, concentran sus esfuerzos en formarse como grandes eruditos conocedores de amplísimas áreas. Toda nuestra estructurada sociedad tiene como objeto dar con el saber absoluto y dejarlo por escrito para futuras generaciones.

En mi afán por alcanzar dicho conocimiento, llevé hasta sus últimas consecuencias mis investigaciones. Descubrí verdades que jamás debieron ser desenterradas y, en consecuencia, fui exiliado de mi ciudad y repudiado por Svetlïa.

No os importunaré, buen señor o señora, con mis andanzas por esta tierra inhóspita, pues mi único cometido sigue siendo dar a conocer la verdad, ya que considero que sólo entonces la humanidad será capaz de evolucionar y acabar con el mal que gobierna Skhädell desde hace siglos.

Pensaréis que os ofrezco un conocimiento sorprendente y digno de censura que escandalizará a vuestra recta mente, mas comprobaréis que mi obra comienza de manera lenta y resaltando lo que probablemente consideréis obviedades. Es mi intención que comprendáis sin lugar a dudas este conocimiento básico para que así dispongáis de las herramientas esenciales para poder adentraros en los oscuros recovecos de Skhädell.

Yo, el Prelado Vladis Hezrig, degradado y expulsado de la Orden de Chamberleyn, no me detendré hasta haberos entregado todo mi saber.


Apéndices de Skhädell [El canto de la calavera]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora