Empezo a besarme en el cuello y también haciéndome chupetes lo cual eso hacía que salieran gritos míos, la excitación nos comía vivos, ambos queríamos eso.
Me beso fugazmente y de ahí beso mi cuello, cerré mis ojos con bastante dolor, pues él ya me había penetrado, primero fue lento, dolió horrible, siguió así, fue subiendo el ritmo y una ola de excitación, después de llegamos al maravilloso orgasmo.
Sudor bajaba por mi frente.
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Casada con un narco.-Jos Canela.
FanfictionUn amor raro, ¿quién diría que el amor de mi vida es un narco?