Una mañana cualquiera

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Caía y su caída parecía eterna. Gritaba y lloraba de angustia, ira y temor; Sentía que le arrancaban fragmentos de su cuerpo como si se estuviese transformando en otra cosa mientras iba cayendo, no sabía lo que estaba pasando ni mucho menos el porqué de su destierro de las temibles Tierras Oscuras; era un simple y sensato duende.
Pasado un tiempo muy largo sus gritos se desvanecieron en una sensación de sueño. Rato más tarde se despertó en medio de la oscuridad, soltó un jadeo muy profundo e intentó ver luz. Sin embargo, estaba encerrado entre cuatro paredes....

Las Travesias de Liam y JuliusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora