Capítulo 22: La piel es de quien la eriza...

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Rodrigo llegó a la casa y se dirigió sin pensarlo hacia el despacho, todo estaba oscuro y solo la claridad de la noche alumbraba la habitación. Se preparó un whiskey y mientras se lo bebía, miraba por la ventana la lluvia caer. Pensaba en Valeria y su interés en conocer su apartamento, él sabía que no se había ganado aún la confianza de Valeria como para que ella lo invitara voluntariamente, a pesar de los besos y de los juegos verbales, nada pasaba más allá de eso. Valeria se le mostraba muy cerrada y no encontraba la manera de que se abriera un poco con él, eso comenzaba a molestarlo pues a pesar de los meses que ya habían transcurrido desde que se conocieron, él no había podido descubrirla en algo extraño y comprometedor referente a El Bodegón. Sólo tenía su intuición y no se permitía dudar de ella, si lo hacía corría muchos riesgos y simplemente no estaba dispuesto. Por otro lado, estaba Alejandra, su presencia lo descontrolaba un poco puesto que aún tenía sentimientos hacia ella, quizás de culpa pero también de amor y entendía perfectamente el rechazo de ella hacia él después de todo. Rodrigo terminó su whiskey de un solo sorbo, pensar en Alejandra le afloraba sensaciones extrañas, recordaba todos los momentos bonitos que habían tenido y sobretodo, lo feliz que ella se veía a su lado. Pensar en ella era igual a sonreír aunque su sonrisa estaba teñida de amargura. Rodrigo se sirvió otro trago pero ésta vez se sentó en el sofá del despacho, recostó su cabeza y recordó la amenaza de Alejandra, ella le había dicho que no había venido de visita pero tampoco creía que ella fuese capaz de hacer algo parecido a lo que él le había hecho, ella no era así y se negaba a pensar en que ella hubiese cambiado tan drásticamente, aunque aún seguía sorprendido y tenía gran curiosidad de saber cómo ella se había enterado de que él la estaba buscando. Eso, definitivamente, lo hacía tomar precauciones con respecto a ella, era como una alerta. Luego de tomarse el último sorbo de su trago, Rodrigo suspiró y decidió darse un buen baño antes de acostarse.


Las gotas de la lluvia corrían por la ventana y tal parecía que el clima era un reflejo del estado de ánimo de Valeria. Ella miraba fijamente esas gotas y pensaba que eran sus lágrimas, pero realmente, su cara no reflejaba ninguna expresión. Valeria estaba acostada del lado derecho de su cuerpo y arropada hasta el cuello con la sábana de su cama. No quería pensar, no quería analizar, no quería moverse y sobretodo, no quería sentir. Apenas Rodrigo se fue de su edificio, ella se acostó de esa misma manera, el apartamento estaba a oscuras. La ausencia de Damián era notoria y definitiva. Sería una noche muy larga para ella, sin duda alguna.


Alejandra se despertó, abrió los ojos e instintivamente miró hacia Damián ya que lo podía detallar bien debido a que la luz del cuarto había quedado prendida. Él la tenía abrazada muy cerca de su cuerpo. Ella sonrió y decidió levantarse, no tenía idea de que hora podía ser. Con cuidado se separó de Damián, se sentó en el borde de la cama para terminarse de despertar mejor y en cuanto decidió pararse, Damián le agarró la mano izquierda y la retuvo. Él la haló hacia la cama otra vez y ella perdió el equilibrio, cayendo nuevamente al lado de él. Damián la abrazó nuevamente y ahora estaban de frente el uno del otro. Alejandra rió sonoramente.

"A dónde creías que ibas?"... – dijo Damián en voz baja y con una media sonrisa - ...

"Pensé que estabas dormido"...

"Mmm...pues ya ves que no"... - le guiñó el ojo - ..."aún no respondes mi pregunta"...

"Iba a ver la hora, dejé mi celular en la sala, además, creo que ya dejó de llover"... - Alejandra sintió que Damián la abrazaba con más fuerza - ... "habíamos llegado a un acuerdo, no?"...

"Sip"... - tras una pausa - ... "hay algún problema en que yo rompa ese acuerdo?"...

"En dónde dejarías tu palabra de hombre?"...

Segundas OportunidadesWhere stories live. Discover now