—Hey, oye... — me interrumpió y chasqueó varias veces — Para ser feliz te necesito a ti ¿entiendes? Tú eres mi sonrisa.

—Pero... — una vez más, él me interrumpió.

—Y sí, dejaré Australia — afirmó — Pero no es para siempre, solo me voy porque iré a un centro de rehabilitación, quizá solo sea un año, pero voy a regresar.

—Te voy a extrañar — esnifé.

—Todavía no me voy — dio una risita.

—Es que solo pensarlo me da nostalgia.

—Quiero que sepas algo — aludió — Sí me voy fuera de la ciudad para ir a un centro de rehabilitación es por ti.

—¿Qué?

—Porque quiero ser una mejor persona para ti, porque quiero tener un futuro a tu lado por el resto de mi vida — él tomo una inhalación profunda y después exhaló — Weigel, quiero algo serio contigo. Te dije que te amo, y siempre lo haré, en esta vida y en mil más. Hasley, lo hago y no me arrepiento, y si eso implica dar mi vida por ti, lo haría, lo haría sin pensarlo porque la mía siempre será la tuya, porque siempre se tratará de ti, siempre ha sido así.

Y en lugar de sonreír, mis sollozos aumentaron más. Luke me abrazó dando pequeñas caricias en mi espalda intentando calmarme, donde solamente eramos los dos, el espacio se redujo y me sentí completa. Tomó mi rostro entre sus manos y besó cada uno de mis ojos para después hacer los mismo con mis mejillas así eliminando las lagrimas que estaban allí.

—Jamás había querido algo con tantas fuerzas como lo hago contigo — Luke murmuró.

—¿Si sabes que te amo? — acaricié su mejilla.

Él no respondió, solo volvió a besarme, pero ahora de una forma intensa, tomó mi nuca y llevé mis manos hasta su cabello, enredando mis dedos y jalar de ellos. Sentí la orilla de la cama y, después, sin darme cuenta, Luke estaba encima mío. Era increíble como las cosas podían cambiar en un corto tiempo, de un momento melancólico a estar besándonos sobre su cama.

Sus labios besaron mi cuello y bajó hasta mi hombro, desanudando la piel de esté y dejar un casto beso allí, regresó a mi cuello y succionó causando un gemido de mi parte.

Su mano se fue hasta debajo de mi blusa y la levantó poco a poco, y esa noche no hice nada para detenerlo, prometí entregarme a él de la forma más honesta y él me tomo de la forma más bella.




[...]


—¿Estas segura de hacerlo? — Luke preguntó por tercera vez, yo reí y asentí.

—Estoy muy nerviosa, pero sí, sí quiero — él dio un suspiro y miró hacia abajo.

—¿Es seguro ésto? — cuestionó volteándose para verle la cara al señor.

—Sí, chico — afirmó éste.

—Bien — asintió volviendo su mirada a mí. Le di una pequeña sonrisa y me le devolvió — No sé en qué momento dije que quería hacer ésto, estoy demente.

—¿Tienes miedo? — reí.

—Sí — afirmó, pero prosiguió negando varias veces — Me refiero a ti, Weigel. No por mí, solo no quiero que nada te pase.

Agrandé mi sonrisa e intenté ocultar mis mejillas que posiblemente ya estaban sonrojadas. Luke había dicho aquella vez que quería saltar de un acantilado, estábamos a punto de hacerlo, el aire a esa altura era muy fuerte y a pesar de que fuera cálido, transmitía un poco de frío. La marea estaba tranquila, no tenía ninguna pizca de que estuviera brava.

—Entonces... ¿Van a saltar o no? — el señor, claramente desesperado por Luke, habló.

—¡Espéreme un segundo! — Luke farfulló — ¡Ahhhh Dios! — chilló y di una gran carcajada, él me dio una mirada fulminante para luego ver al hombre — Cinco minutos, que pasen los que siguen, y prometo tirarme sin mas idioteces.

El hombre suspiró y accedió a la petición de Luke, el chico levantó su pulgar y se alejó un poco de allí, lo seguí incrédula dándole una mirada para que me explicara que acababa de ocurrir hace unos segundos.

—Prometo que lo haré — mencionó. Buscó su pantalón y sacó de allí un rollo blanco. —, solo necesito relajarme — sin más que decir, lo encendió para dar una profunda calada.

—¡Luke! ¡No puedes hacer eso en publico! — reproché al rubio.

—Cállate, Weigel — espetó echando el humo a mi cara.

Rodé los ojos y me crucé de brazos, Luke en este momento se estaba comportando tan insípido. Aunque todo mi mal humor se fue por la borda cuando me di cuenta de algo, últimamente me decía esas dos palabras con tanta frecuencia y me resultó gracioso.

—¿Por qué te ríes? — Luke interrumpió. Me di cuenta que lo estaba haciendo cuando regresé mi semblante a uno serio — Luego dices que el bipolar soy yo — susurró.

—Se me hace gracioso que me has dicho más cállate, Weigel que te quiero — respondí arqueando una de mis cejas.

—Entonces los cállate, Weigel serán mis te quiero para ti — se burló volviendo su vista al rollo.

—Eres un odioso.

—Cállate, Weigel — rió.

—Madura — murmuré.

—Mira — se acercó a mí —, yo no soy el que llega con la ropa manchada o al revés.

Me sonrojé una vez más y lo quise asesinar en ese instante.

—Eres un odioso— mencioné.

—Pero aún así me amas y yo a ti. He de admitir que mi vida se basa en eso y lo digo en un sentido literal.

—Eres grandioso— reí — Gracias por todo.

—No, no— negó—, gracias a ti por seguir aquí conmigo — se mantuvo en silencio unos segundos y volcó los ojos—. Mucho romanticismo en un solo minuto, vamos ya.

—¡Oh! ¡Arruinas los momentos! — reproché y él carcajeó— ¿Ya terminaste?— mofé de mala gana.

—Creo que ya — dio una última calada y lo aventó al mar. Estaba a punto de decirle que eso era contaminación cuando tomó mi mano y gritó — ¡Corré, Weigel!

—¡No! ¡Detente!

Pero era muy tarde, Luke ya había saltado del acantilado conmigo. Lo único que pude escuchar fue el "no te sueltes de mi mano" del chico antes de que nuestros cuerpos se hundieran.

BOULEVARD © #1  [✔]Where stories live. Discover now