La despedida

15 1 0
                                    

-Alex, ¿no te despides?- le dije mientras salía de la puerta para subirme al taxi que me llevaría al aeropuerto con mis nuevo padres.

-Adiós- le dice Alex cortante mientras y le estrecha la mano a Mery.

Los ojos de Mery se llenaron de lágrimas, lo trata de mirar a los ojos, pero el le quita la mirada, ella toma sus maletas, no se despide de nadie y se va como si nada. Se subió al taxi y soltó una carcajada muy melancólica.

-¿Fue un sueño?- susurro. -bueno ahora de nuevo... todo.

Mientras tanto Alex.

-¿QUÉ HICE?, NO LA VOLVERÉ A VER LA EN TODA MI VIDA Y MI MALDITO ORGULLO NO ME DEJO DESPEDIRME NI DARLE UN BES... SOY UN ESTÚPIDO- grito tirando todas sus cosas al suelo y poniendo sus manos en su cabeza.

Luego de reflexionar un rato me levanté, levante mis cosas y me dirijo al cuarto de Mery, para revivir los recuerdos, me senté en su cama aún hecha y comenzó a recordar todo, luego de un rato me despierto y veo bajo un mueble que había una hoja, me acerqué y la lei. Era de Mery para mi...

-¿Porque nunca me la paso?- me susurre.

En ese momento una lágrima salió de mis ojos haciendo que la hoja se mojará y callera en su nombre. Me limpie la lágrima y salí de su cuarto y fui a enfrentar a mis padres.

-Como se les ocurre, son unos... unos MALDITOS!!!- grite.

-Era por tu bien- respondió mi madre sin sacar la vista de los platos sucios.

-Se suponía que era tu hermana, y recuerda tu eres el adoptado aquí, no ella- dijo mi padre tomándome de el hombro.

-Lo sé no me lo tienen que recordar, pero yo la amaba.

-Ese amor nunca existió, entiende ella era tu hermana- me dijo mi madre con los dientes apretados.

-¿Porque nunca le dijeron la verdad?.

-Estaba mejor así.

-Quien estaría bien pensando que fuiste huérfano toda tu vida, sin tener a nadie y que cuando te adoptan al fin, con esperanza en una vida mejor, tus verdaderos padres provocan un accidente matando los, solo para que luego robar...

-No la robamos- interrumpe mi madre dándome una cachetada.

La mire, y me fui para mi cuarto, al final yo sabia lo que había pasado, pero nunca tuve el valor de decírselo a Mery, pobre de ella.

Me saque la ropa, ordene mis cosas y me fui al balcón de mi pieza a pensar en Mery, mientras tocaba la canción que tanto le gustaba que tocará en guitarra.

La extrañaba.

AmnesiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora